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Ana baila sin ver, Johann y Lucía (con autismo y síndrome de Down) emocionan con su música: "Ser diferente no debería ser limitante"

Talento sin etiquetas.
Ana, Johann y Lucía, talento sin etiquetas.
20minutos
Talento sin etiquetas.

Dar visibilidad y poner en valor las capacidades de las personas con discapacidad a través de la música y la danza. Era el objetivo de la Gala más IN, el mayor evento de arte inclusivo producido en España, que tuvo lugar este miércoles en los Teatros Canal de Madrid. La Fundación Grupo SIFU, entidad dedicada a promover la inserción sociolaboral de estas personas, impulsa este espectáculo, que reunió a más de 80 músicos y bailarines con y sin discapacidad para demostrar que el talento no tiene límites ni etiquetas.

La Gala de la INtegración, INclusión e INterpretación estuvo dirigida por el violinista Oriol Saña y fue conducida por Sara Andrés, profesora y deportista profesional de atletismo adaptado. El evento reunió a ocho actuaciones de música y danza, que van desde la música clásica hasta el flamenco, pasando por disciplinas urbanas como el parkour, todas ellas producidas en exclusiva para el espectáculo. Además, el reputado cantautor Víctor Manuel, invitado especial de la gala, protagonizó una emocionante actuación junto a algunos de los artistas interpretando la canción ‘Solo pienso en ti’, tema que compuso inspirado en una pareja con discapacidad.

Expresar con música lo que no puedes hacer con palabras

En el evento participaron artistas becados por la Fundación Grupo Sifu con una de las becas SuperArte, que buscan fomentar la formación artística y empleabilidad de personas con discapacidad. Una de ellas fue Johann Sebastian Salvatori, barítono venezolano de 27 años afincado en Toledo, para el que la música es su vía de "superación de dificultades y adversidades". El joven tiene trastorno del espectro autista (TEA) y, de pequeño, padecía mutismo selectivo: apenas hablaba y solo se comunicaba con los demás cantando. "Desde muy pequeño la música ha sido una herramienta para expresar todo eso que con palabras no expresaba", cuenta.

Johann Sebastian Salvatori, barítono lírico

Johann comenzó con 14 años a formarse en el mundo de la música, una disciplina que le cambió la vida. "Yo antes quería esconder todos mis rasgos autistas, quería ocultar el hecho de que tenía una discapacidad y de que había personas con discapacidad que debían ser aceptadas", cuenta. Su participación en un coro le cambió la vida por completo porque ya que, asegura, entendió que "todos somos capaces, todas las personas tenemos un talento y solamente hay que esforzarse y aferrarte a ello".

El barítono lírico tiene una gran implicación social. En 2017, recibió el Premio Talento Joven de la Comunidad de Madrid por su proyecto ‘Mi voz por un mundo más humano’, en el que utiliza el canto como "herramienta de ayuda para otras personas de colectivos menos favorecidos". "Ser diferente no debería ser limitante, hay algunas personas que tienen ciertas dificultades para lograr ciertas cosas, pero no por eso debe ser imposible. Solamente hay que explorar, esforzarse y soñar", asegura.

Johann actuó junto a Víctor Manuel: "Es la primera vez que canto con un cantautor de esta magnitud y realmente es una experiencia maravillosa, no tengo palabras". Por su parte, Víctor Manuel se mostró "encantado" de participar en la gala porque "espectáculos como este contribuyen a integrar a estas personas en la sociedad". "En la discapacidad hay talento también y puede haber arte", añade.

Johann cantando junto a Víctor Manuel en la gala
Johann cantando junto a Víctor Manuel en la gala
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Una apasionada de la música y "crack" del contrabajo

Lucía Sanguino también actuó junto al reconocido cantautor. La joven, de 20 años, tiene síndrome de Down y toca el contrabajo, aunque también está aprendiendo a tocar el piano. Esta extremeña emana talento e ilusión por la música: "Es mi vida, es muy importante para mí. Me siento viva cuando actúo en un concierto delante del público". "Tengo un poco de nervios, pero después se me quitan y doy caña al contrabajo", nos contó emocionada pocas horas antes de la actuación

Lucía Sanguino

La contrabajista cursa el cuarto año de enseñanzas elementales en el Conservatorio Esteban Sánchez de Mérida y es otra de las becadas Superarte 2022. "Yo me fijaba en mis profesores y quería ser cómo ellos", asegura la joven, una apasionada de la música: "Cuando estoy en mi cuarto me vuelvo loca cantando, bailando, tocando…", añade.

Aficionada también a la gimnasia rítmica y al balonmano, Lucía es una auténtica "crack" y una "máquina", como ella misma dice. Su sueño es tener su propia banda de música y ser profesora, aunque admite que también le gustaría ser entrenadora de gimnasia. La joven defiende su talento por la música, a pesar de su discapacidad: "Soy igual de capaz, soy Down y soy como los demás. Lo consigo, es complicado, pero hay que sacarlo, estudiando mucho", dice orgullosa. "Quiero que me traten como una persona mayor, porque yo ya no soy tan pequeña y ahora tengo más madurez y ganas de trabajar", reclama.

Facilitar que el talento prevalezca a la discapacidad

La Gala más IN contó, además, con una actuación de danza flamenca, en la que participa Ana Urréjola, de 28 años. Esta bailarina de danza contemporánea tiene la enfermedad de Stargardt, una degeneración de la retina poco común que le provoca, desde los 11 años, una pérdida de la agudeza visual. "Al principio mi problema de visión me afectaba solo a los estudios, y la danza me servía para desconectar, pero con 18 sufrí un pico y ya empecé a notar realmente las limitaciones", cuenta la joven que, con siete años, ya formaba parte de una escuela de danza en Zaragoza.

Ana Urrejola, bailarina de danza contemporánea

La bailarina reconoce que debe enfrentarse a distintos retos a diario por sus limitaciones visuales, ya que tiene dificultades a la hora de aprender ciertos movimientos de forma rápida, memorizarlos o para calcular las distancias. Sin embargo, defiende que "con trabajo, como todo, se intentan solventar para poder seguir el ritmo y seguir mejorando". Pese a las limitaciones, Ana ya es una bailarina consagrada en el panorama artístico. Su discapacidad visual no le ha impedido conseguir una importante trayectoria artística, con actuaciones en importantes escenarios.

La joven defiende que el talento debe prevalecer a las dificultades a las que se enfrenta por su enfermedad: "Yo me sentía un poco limitada a la hora de ir a una audición. No quería decirlo porque sabía que eso me podía excluir. Quería demostrar que tengo una técnica y valgo como bailarina".

Ana bailando junto a una compañera durante la gala
Ana Urréjola bailando junto a una compañera durante la gala
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Sin embargo, Ana reclama que se le den ciertas ayudas: "Muchas veces necesito decir qué me pasa para que me den la facilidad de estar más cerca del coreógrafo o una explicación en una pieza con detalles más pequeñitos que yo no veo. Simplemente para tener las mismas oportunidades que el resto y que me elijan porque les gusto por cómo bailo. La discapacidad va completamente aparte". Además, pide que "se valore el trabajo que hay detrás". "Que yo no me queje no significa que no sea durísimo", admite.

Oriol Saña: "Son personas con súper capacidades"

El violinista Oriol Saña es el Director Artístico de la gala y de la Fundación Grupo Sifu, con la que desarrolla, además de cinco galas anuales, conciertos. El músico define el evento como una "experiencia única". "Juntas a personas con y sin discapacidad y no ves ninguna diferencia", asegura. Es más, subraya: "Las personas con discapacidad son personas con unas capacidades diferentes, con súper capacidades, porque tienen una sensibilidad exponencial. La manera de trabajar es muy fácil, tienes mucha complicidad con ellos".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Reportaje artistas con discapacidad.
El violinista Oriol Saña, director artístico de la gala y de la Fundación del Grupo Sifu.
JORGE PARÍS

"Yo con ellos estoy haciendo conciertos profesionales porque las capacidades que tienen, por ejemplo, auditivas, superan a las de cualquier profesional. Además, son gente que viene súper motivada, con muchas ganas de hacer las cosas", añade, y termina reclamando: "Las diferencias las pone la sociedad porque cuando estuvimos en Madrid no pudimos tocar en teatros de la Gran Vía porque no eran accesibles y todo el mundo tiene derecho a expresarse artísticamente".

Los Teatros del Canal, recintos totalmente accesibles para personas con discapacidad, albergaron la pasada tarde el talento de jóvenes como el barcelonés Guillem León, pianista de 22 años cuya discapacidad visual no le ha impedido cosechar reconocimientos como el segundo premio en la European Music Competition 2019 o Mireia Jerez, estudiante de danza con síndrome de Down que ha marcado un hito siendo la primera persona con diversidad funcional en competir en el ránking nacional ordinario de la Federación Española de Baile Deportivo (FCBD).

Además, también participaron en el evento musical la Orquesta Sinfónica Camerata Musicalis, nacida con el propósito de hacer la música clásica accesible a todos los públicos, y la Escuela Superior de Música Reina Sofía, que a lo largo de los años ha puesto en marcha varios proyectos donde la música se convierte en un vehículo para la sanación y el desarrollo de colectivos especiales. También se sumaron al espectáculo el bailaor y coreógrafo José Galán, junto a miembros de su Compañía Flamenco Inclusivo, y alumnos del Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona.

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