La inflación baja del 2%, pero el euríbor sube y encarece la hipoteca 252 euros al mes

Una mujer comprando en el mercado.
Una mujer comprando en el mercado.
EFE/Emilio Naranjo
Una mujer comprando en el mercado.

Buenas y malas noticias para las familias españolas. Por un lado, el Índice de precios de consumo (IPC) registró ayer un importante freno, cayendo al 1,9%, un alivio en los precios, que solo subieron un 0,6% en junio respecto a mayo. Por otro, el euríbor superó en junio la barrera del 4%, lo que supone un encarecimiento de hasta 252 euros en la mensualidad de una hipoteca promedio (150.000 euros a 25 años, con un diferencial de un punto y una revisión anual).

El euríbor sigue causando dolor a los alrededor de cuatro millones de hogares españoles hipotecados a tipo variable. La media de este indicador a 12 meses, la principal referencia que se utiliza para actualizar los préstamos variables, ha superado en junio la barrera del 4%, algo que no ocurría desde hacía casi 15 años.

En poco más de un año, este índice ha pasado de una tasa negativa a marcar máximos en 15 años, arrastrado por las bruscas subidas de tipos aplicadas por el Banco Central Europeo (BCE) para tratar de aplacar la inflación. Solo en los últimos doce meses, el euríbor se ha quintuplicado (ha pasado del 0,85 al 4%). Con esta nueva cota, la aportación de una hipoteca promedio subirá 3.022 euros al año.

Si a esta le sumamos la revisión que ya sufrió el año pasado –que aumentó la cuota mensual en otros 91 euros– esta hipoteca media se habrá encarecido en 343 euros al mes desde 2021. Es decir, una subida de cuota del 64% en apenas dos años.

Y no solo sube el euríbor, también el diferencial: el tipo medio de los préstamos con saldo vivo en España ha pasado del 1,14% en abril de 2022 al 2,86% en abril de este año. Y las nuevas hipotecas que se firman lo hacen ya a un interés medio del 3,6%, más del doble que el 1,55% que se registraba hace un año.

No obstante, la estadística bancaria no da indicios todavía de que se estén produciendo impagos de manera significativa, aunque se da por hecho que irá al alza. En este sentido, la fortaleza del mercado laboral, con datos récord de afiliación a la Seguridad Social, es clave.

Mientras los hipotecados conserven su empleo podrá haber impagos, pero lejos de los niveles de la anterior crisis, cuando la tasa de dudosos llegó al 13% en 2014.

La mayoría de analistas vaticinan que el euríbor está cerca de su techo, si es que no lo ha alcanzado ya. El panel de Funcas, formado por 18 prestigiosos analistas económicos, apunta a que este indicador se mantendrá muy cerca del 4% durante el segundo y el tercer trimestre para después ir reduciéndose paulatinamente ya en 2024.

Por el momento, el encarecimiento de las hipotecas se deja notar en el consumo, que ha sufrido un drástico revés en los últimos dos trimestres. Tras más de un año de fuertes subidas de precios y una hipoteca cada vez más cara, los españoles están reduciendo cada vez más su gasto cotidiano.

Las buenas noticias

Compensando el revés para los propietarios de hipotecas variables, la bajada del Índice de precios de consumo (IPC), que en junio situó el dato de inflación en el 1,9% interanual, ha puesto un importante freno en las subidas de precios. Se trata de un mínimo sin precedentes desde marzo de 2021, cuando este indicador alcanzó el 1,3%, y de la primera vez que el IPC cae por debajo de la barrera del 2%.

El dato sitúa la inflación 1,3 puntos por debajo de los niveles registrados el mes pasado, caída favorecida por los precios de los carburantes, la electricidad y los alimentos, que aumentaron algo menos que en junio del año pasado. Si comparamos mes a mes, los precios aumentaron un 0,6% en junio respecto a mayo. Una cifra que, si bien es mucho menor a la registrada en junio del año pasado (1,9%) está por encima de la media histórica para este mes.

La cara menos amable de la moneda sigue siendo la inflación subyacente, que se situó en junio todavía en el 5,9%, una lectura apenas dos décimas menor que la registrada en mayo y que sigue todavía muy lejos de los niveles anteriores a la crisis.

Este indicador descuenta del cálculo los precios de la energía y determinados alimentos no elaborados, así que es el que más nota el consumidor, pues los productos que forman este indicador suponen más del 80% de la cesta de consumo de los hogares españoles.

La mayoría de analistas coinciden en que la inflación rondará el 2% al menos hasta agosto. A este respecto, Funcas cree que volverá a repuntar al 3,5% en septiembre y llegará al 5% en diciembre de 2023. A partir de esa fecha, el IPC volvería a moderarse, pero no caerá por debajo del 2% hasta diciembre de 2024

Dos lecturas positivas para el IPC

La caída del IPC al 1,9% conlleva dos aspectos esperanzadores. Por un lado, permite que los trabajadores recuperen una pequeña parte del poder adquisitivo perdido durante la crisis. La estadística de empleo en las grandes empresas publicada por la Agencia Tributaria (AEAT) ya refleja subidas salariales del 5% en 2023, mientras que los incrementos en los nuevos convenios hasta mayo recogían mejoras salariales del 4,28% de media.  

Por otro lado, tiene un componente simbólico muy importante: la inflación vuelve a estar por debajo del umbral máximo permitido por el Banco Central Europeo por primera vez en más de dos años

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