Alberto Núñez Feijóo va a tener un julio caliente por los pactos con Vox, justo lo que espera Pedro Sánchez para animar a su electorado. Al líder de los populares se le va a hacer muy cuesta arriba la campaña electoral si los representantes de Vox campan a sus anchas y hacen declaraciones que tienen difícil arreglo. Mal aliado es el partido de Santiago Abascal si lo que se busca es el centro o la moderación.

En nuestra Comunitat la última polémica es por los símbolos. En Náquera, el acuerdo de Gobierno entre el PP y Vox incluye la prohibición de las banderas arcoíris en los edificios públicos, justo unos días antes del día del Orgullo. Y mientras en la localidad valenciana se firmaba ese acuerdo, la dirección nacional del PP desautorizaba la decisión. Resbalón tras resbalón.

La izquierda valenciana, desarbolada tras los últimos resultados electorales, ya ha encontrado algo a lo que agarrarse para movilizar a sus votantes: la reivindicación del colectivo LGTBI y del término ‘violencia de género’. El Consell en funciones y los candidatos al Congreso de los Diputados han puesto el foco en estos asuntos para contrarrestar el ‘Verano Azul’ que prometen los populares.

Orgullo LGTBI masivo y reivindicativo en Valencia: "Nos quieren devolver al armario, pero les faltarán papeleras"

La duda que surge es si el PSOE logrará réditos suficientes en votos. Es posible que los tonos de las reivindicaciones vuelvan a dañar a los socialistas. Pedro Sánchez reconoció recientemente los efectos de ciertas políticas entre sus votantes; el presidente ofrece ahora un tono más conciliador que en la pasada campaña de autonómicas y municipales. Con Ximo Puig ocurre igual. Es difícil, no obstante, que los dos aparezcan ante los votantes como moderados cuando durante sus mandatos, sea por sus socios de Gobierno o no, se ha buscado más el ‘trágala’ que el acuerdo. Feijóo debe tenerlo presente.