Cómo ayudar a nuestro gato a adaptarse a la casa de verano: ¿es adecuado llevarlo con nosotros de vacaciones?

Un gato reposando al sol.
Un gato reposando al sol.
Sgrunden / PIXABAY
Un gato reposando al sol.

Con la llegada del verano son muchos los que optan por pasar las vacaciones en la casa del pueblo o en el apartamento de la playa, especialmente estos últimos años cuando el teletrabajo nos ha ofrecido más flexibilidad a la hora de escoger desde donde trabajamos.

No obstante, para aquellos que conviven con animales de compañía, ver qué hacer con sus perros, gatos u otros animales, pude suponer un quebradero de cabeza. Especialmente si hablamos de gatos, una especie acomodada a las rutinas y que, en general, no lleva bien los cambios.

Pero entonces, ¿es recomendable llevarnos al gato a la casa de la playa o al pueblo? Ana Anglada, experta en medicina felina e integrante de la plataforma EliteVeterinaria.org, explica que esto siempre es algo que dependerá del gato. "Debemos tener en cuenta que cada gato tiene sus propias necesidades, por lo que, antes de decidir a la ligera qué es mejor, debemos pensar qué necesita nuestro gato", comenta.

"Tenemos que preguntarnos si está enfermo, si necesita alguna medicación, cómo es su temperamento, dónde vive, si tiene acceso al exterior, qué edad tiene, si puede que se frustre al quedarse solo en casa...", añade. De las respuestas que obtengamos saldrán las opciones de dejarlo bajo los cuidados de una persona que venga a alimentarlo, acudir a una residencia o llevárnoslo con nosotros.

Qué hacer si nos llevamos al gato de vacaciones

Como explica Anglada, si nuestro gato tiene un vínculo muy fuerte con nosotros, es mejor que venga de viaje a nuestro lado en vez de optar por una residencia o por alguien que pase a verles a casa a diario, no obstante, tenemos siempre que pensar en cómo estará el felino durante las vacaciones

"Hay gatos que no extrañarán nada la nueva casa y en seguida se acostumbrarán, pero habrá otros que puede que los primeros días estén escondidos", afirma. "En cualquier caso, si la casa es nuestra y hay posibilidad de que alguien, una semana antes, por ejemplo, enchufe feromonas en la casa, estaría genial, e incluso llevar cosas suyas que huelan a él".

En este sentido, Anglada explica que debemos pensar que se trata de un cambio de territorio para el gato y que los olores pueden afectarle. "No sabemos, por ejemplo, si hay otros gato en el vecindario o si es una casa con jardín (y si otros gatos habrán entrado en él mientras no estábamos, dejando marcado con sus feromonas", detalla.

Hay gatos que no extrañarán nada la nueva casa y se acostumbrarán rápido, pero habrá otros que los primeros días estén escondidos

Para facilitar una adecuación más sencilla, lo principal que debemos hacer es evitar atosigarle. "Si vemos que se esconde en una zona, hay que dejar los recursos cerca a su disposición (agua, comida, areneros, juguetes...) y no intentar sacarle de allí", expresa.

"En ese momento el gato se siente vulnerable y si le presionamos puede ser contraproducente", añade. "También, recordemos poner redes en las ventanas y terrazas para evitar accidentes, que en verano solemos tenerlas abiertas casi todo el día".

En este sentido, debemos intentar que el gato se adecue respetando su ritmo, es decir, bajo ningún concepto debemos forzarle a estar en una zona de la casa donde él no quiera o incluso con nosotros, tenemos que dejarle aclimatarse a la nueva casa (su nuevo territorio)".

Será el propio veterinario, en función de cada caso, el que de el visto bueno o no a viajar

En cuanto a la vuelta a casa, la veterinaria especializada en medicina felina explica que, generalmente, no es necesario pasar por un periodo de adaptación. "Si por lo que sea el gato se vuelve a esconder, habrá que dejarle tranquilo", afirma. "Obviamente, confirmando que come, bebe y hace sus necesidades (tanto a la ida a la casa de verano, como a la vuelta".

La experta en comportamiento felino termina recordando que, esto son los pasos ideales para aquellos gatos que tienen un fuerte vínculo con nosotros y que pueden viajar, pero que no debemos olvidarnos de, antes de tomar la decisión de llevarlo con nosotros, acudir al veterinario para confirmar que el animal está en condiciones de viajar.

"Será el propio veterinario, en función de cada caso, el que de el visto bueno o no a viajar y, no tanto por el cambio de domicilio, sino por el viaje en sí y el estrés que éste puede suponer", concluye.

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