Las autoridades italianas han sancionado al barco humanitario Aurora, de la ONG alemana Sea Watch, con un bloqueo de 20 días y una multa de 3.333 euros después de que el martes desembarcara a 39 migrantes en la isla de Lampedusa, al sur del país, en lugar de dirigirse al puerto que le asignaron, a 32 horas de navegación.

"A bordo del Aurora viajaban menores no acompañados y una mujer embarazada. Personas afectadas por una larga travesía y el miedo a morir. Por eso optamos por desembarcar en Lampedusa. Por ello se nos castiga con 20 días de detención y una multa de 3.333 euros", denunció la ONG en sus redes sociales.

El navío rescató a 39 migrantes en el Mediterráneo central y, según sus tripulantes, tras contactar con las autoridades italianas recibieron la orden de atracar en el puerto de Trapani, una localidad situada al noreste de Sicilia y a 32 horas de navegación, en lugar de Lampedusa, la isla más meridional del país y próxima a su ubicación.

"Como hemos informado repetidamente a las autoridades, una travesía tan larga habría supuesto un peligro para los rescatados, sin refugio frente a las olas y el mal tiempo", explicó la organización, tras detallar que el Aurora es una "patrullera de 14 metros no apta para largas travesías".

Se trata de la segunda embarcación humanitaria que este mes toma la misma decisión y es sancionada con el bloqueo de 20 días. El barco de la ONG alemana MareGo desoyó a las autoridades italianas el 2 de junio y desembarcó también en Lampedusa a 36 migrantes por el mismo motivo.

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A su llegada a la isla, según MareGO, agentes de la Guardia Costera y de la agencia de control fronterizo europeo Frontex tenían un despliegue preparado para interceptar el buque humanitario.

Desde entonces, la nave permanece bloqueada junto al Sea Eye 4, otra embarcación humanitaria que realizó dos rescates seguidos antes de desembarcar en Ortona (centro del país). Uno de ellos fue de 17 personas cerca de Libia y el segundo, de 32 migrantes.

Las ONG y el Ejecutivo italiano mantienen un pulso a raíz de su último decreto migratorio, que limita los rescates a una operación de socorro por trayecto y asigna puertos lejanos, en ocasiones a varios días de navegación.