Un año más, Ecologistas en Acción ha elaborado el Informe Banderas Negras, donde señalan cuales son las 48 playas de España que merecen ser distinguidas con una 'Bandera Negra', ya sea por su mala gestión, por sus desarrollos urbanísticos en el litoral o por el vertido de sustancias contaminantes en sus aguas.

Para la asociación, uno de los mayores problemas es la "turistificación y urbanización de la costa" y recalcan en su informe que "no están todas las playas que las merecen, que por desgracia podrían ser más", poniendo el foco en una situación que preocupa y ante la que se necesitan medidas inmediatas.

Después de inspeccionar más de 8.000 kilómetros de costa por toda España, Ecologistas en Acción ha otorgado 48 distintivos negros, los cuales se dividen en:

Las seis playas de la Comunidad Valenciana

En el caso de la Comunidad Valenciana, son seis las playas que se han llevado una bandera negra, dos por provincia. De las seis, tres son por mala gestión y otras tres por contaminación de las aguas.

Cala Mosca

El único tramo de costa sin ladrillo del municipio de Orihuela (Alicante) es Cala Mosca. Se trata de una playa de aproximadamente 1 km de extensión, con un pequeño acantilado y una gran riqueza medioambiental. Se trata de un claro representante del litoral mediterráneo, con una gran biodiversidad y especies perfectamente adaptadas a un ecosistema árido, con pocas precipitaciones y la influencia del mar.

Según Ecologistas en Acción, desde hace aproximadamente veinte años hay planes para urbanizar este último reducto de costa virgen. Todo el territorio a su alrededor está construido y sobreexplotado urbanísticamente, con construcciones a pie de playa, la mayoría de ellas de uso turístico, y con un gran déficit de servicios públicos e infraestructuras. 

El ayuntamiento de Orihuela no es capaz de gestionar adecuadamente esta falta de recursos y los vecinos no quieren más construcciones, que implicarían más saturación, más carencias y más atascos en la carretera N 332. Todo esto le ha conducido a llevarse una bandera negra por mala gestión de un lugar importante de conservar.

Playa del Arenal en Jávea

La zona del Arenal cuenta con un grave problema de vertidos, por lo que se le ha otorgado la bandera negra por contaminación. Cada vez que se producen episodios de fuertes lluvias y temporales, la costa aparece llena de toallitas y otros restos entre los cuales destacan las fatbergs (piedras formadas por cal, detergentes, restos fecales, grasas y celulosa). Estos vertidos son masivos y su extensión abarca tanto la playa del Arenal como los tramos de costa próximos.

Desde la asociación destaca el abandono de cientos de neumáticos que eran utilizados como muertos o boyas en las dársenas. Cientos de estos neumáticos acabaron en el fondo marino tanto del canal, como de la playa del Arenal como de la cala de la Punta Romana o del Ministre.

También hacen énfasis en la impunidad y permisividad con la que se incumplen las normas de navegación más básicas. Las motos de agua y lanchas con frecuencia salen y entran del canal a toda velocidad, se introducen en cuevas o navegan en zonas donde tienen el acceso restringido, además de echar el ancla en reservas de fondos marinos o directamente sobre posidonia.

Playa de l'Arbre del Gos

La playa de l'Arbre del Gos, en Pinedo (Valencia) ni siquiera ha podido ser evaluada para Bandera Azul este verano, porque estará en obras hasta el 2024, ya que la van a rellenar con toneladas de arena, otra vez, y le van a hacer más espigón. Y todo ello a pesar de estar dentro del Parque Natural de l'Albufera, y ser un espacio de la Red Natura2000, por ser ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). 

La pésima gestión que se hace de la dinámica de retroceso de las playas ha hecho que se le conceda este negativo distintivo por una mala gestión. La Playa de l'Arbre del Gos es la que más anchura de playa ha perdido de las ubicadas al sur del puerto de València, con 65 metros de arena menos. 

Estas playas desaparecen principalmente debido a dos motivos: la existencia de infraestructuras costeras, el puerto de València, que es una barrera total al transporte de arena costero del norte hacia el sur. Además, el río Túria, que proveería de sedimentos a esta playa de forma natural, ahora acaba en una rotonda del puerto, porque fue desviado para sacarlo de la ciudad y se ha convertido en un cajón de hormigón totalmente artificial.

Playas de València

La bandera negra por contaminación en València es para los servicios de las administraciones local, autonómica y estatal encargadas del control de la contaminación de las aguas residuales depuradas en el municipio de València. Por un lado, por el control de la calidad de las aguas costeras y, por otro, por la opacidad de estas administraciones y la dificultad en obtener información pública sobre contaminación de las aguas.

Playa del Fortí

La playa del Fortí, en Vinaròs (Castellón), está regenerada con arenas de machaqueo y sometida a nuevas labores de construcción y reparación de espigones desde 2018. Estas medidas, según la asociación, se amparan bajo falacias como la "adaptación de la costa al cambio climático e implementación de las estrategias marinas y de los planes de ordenación del espacio marítimo".

Desde 1985, la playa urbana natural del Fortí, formada por depósitos de gravas, arenas y sedimentos procedentes de las escorrentías del río Cervol, ha sido transformada, ampliada y artificializada por el departamento de Costas, con el beneplácito del Ayto de Vinaròs. De este modo, han creado una playa turística de arenas doradas mediante el depósito de cientos de tonelada de arenas de machaqueo procedentes de materiales calizos y arenas de dragado de diferentes zonas del puerto comercial de Vinaròs.

Ecologistas en Acción otorga la bandera negra por mala gestión a la playa del Fortí y por todas las obras de destrucción del litoral que se están efectuando sin paliar los efectos del avance del cambio climático.

Playa del Surrach

La playa de Surrach, en Benicarló (Castellón), es un paraje natural de cantos rodados, de unos 400 m de largo, que no es sometida a operaciones de limpieza estival por parte de las administraciones y en la que se acumulan, año tras año, enormes cantidades de residuos sólidos de diversa naturaleza. Esta playa logra en 2023 su sexto galardón negro consecutivo, siendo la playa más sucia del litoral de Castellón.