La salud mental de nuestros perros y gatos también importa: cómo saber si tienen deterioro cognitivo

Un perro viejo en una foto de archivo.
Un perro viejo en una foto de archivo.
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Un perro viejo en una foto de archivo.

La demencia senil no es exclusiva de los seres humanos. También afecta a nuestros compañeros de cuatro patas, quienes pueden experimentar una pérdida gradual de memoria y un deterioro cognitivo a medida que envejecen. Este trastorno, conocido como síndrome de disfunción cognitiva canina (SDCC) o demencia senil en perros y gatos, plantea desafíos emocionales y de cuidado para los propietarios, así como un enigma para los investigadores veterinarios.

Al igual que en los humanos, la demencia senil en nuestrso peludos se caracteriza por una disminución progresiva de las capacidades mentales, especialmente en la memoria, la atención y el aprendizaje. Los perros y gatos afectados pueden mostrar signos de confusión, desorientación, olvido de comandos previamente aprendidos y cambios en el comportamiento, entre otros.

A medida que nuestros fieles compañeros envejecen, es fundamental estar atentos a los posibles signos de demencia senil, ya que la detección temprana es crucial para brindar el apoyo y los cuidados adecuados a nuestros perros. Irene Espadas, especialista europea en neurocirugía del Hospital Veterios de UNAVETS, explica a 20minutos.es cómo viven nuestros peludos esta enfermedad.

Cómo identificar si nuestro perro pierde memoria

"A medida que nuestros perros y gatos van cumpliendo años, su cerebro sufre cambios naturales como consecuencia de su envejecimiento", explica Espadas. "Esto ocasionas cambios lentos y progresivos tales como una disminución del número de neuronas, alteración del riego sanguíneo cerebral y un aumento de fluido del cráneo, los cuales pueden cursar con una demencia senil o deterioro cognitivo de variable severidad".

En este sentido, la especialista explica que tanto los perros como los gatos que sufren disfunción cognitiva o demencia senil "pueden sufrir cambios en su comportamiento, actividad física, orientación, perdida de memoria y retraso en el aprendizaje", entre otros síntomas. "La severidad de estos signos suele ser proporcional a la edad de la mascota", añade.

Existen muchas formas en que podemos identificar que nuestro perro o gato está perdiendo la memoria: "Pueden dejar de responder a órdenes que conocían peor o dejar de responder a todos ellas, les puede costar aprender comandos nuevos y parecer desorientados en ambientes conocidas, puede que tenga 'accidentes' en casa donde se puede orinar o defecar y, en muchos casos, también sufren de alteración del ciclo del sueño", enumera Espadas.

La demencia senil puede afectar a la calidad de vida de la mascota

La especialista en neurología veterinaria explica que cierto grado de disfunción cognitiva o demencia senil es inevitable cuando nuestras mascotas alcanzan la edad de los 9 y 12 años (perros y gatos, respectivamente), pero que podríamos retrasar la aparición de los síntomas con "actividad física regular" y con "una dieta de alta calidad fortificada con antioxidantes y ácidos grasos de cadena media".

"Además, nuestro veterinario de confianza puede aconsejarnos sobre el mejor tratamiento, siendo típico recomendar el tratamiento multimodal, que incluye ciertas pautas de cambio de estilo de vida, como por ejemplo, incrementar los paseos en el exterior, los juguetes interactivos o un buen descanso nocturno", detalla Espadas.

No obstante, no todos los perros y gatos se ven afectados de la misma forma por esta patología. "Existen varios grados de severidad pero, por lo general, la pérdida de memoria tiende a ser más acusada cuanto más mayor se hacen", explica la experta.

"La demencia senil puede afectar a la calidad de vida de la mascota, ya que se muestran más miedosos o pueden desarrollar la ansiedad por separación. Además pueden experimentar desorientación, inquietud durante el día y falta de descanso nocturno, fobias y estrés", concluye.

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