El histórico contrabandista de Vilagarcía de Arousa Luis Falcón Pérez, conocido como 'Falconetti', de 82 años, es uno de los dos ocupantes del vehículo que este domingo a última hora de la noche perdió el control en una verbena de San Miguel de Deiro durante un concierto, dejando una docena de heridos, algunos de gravedad, en el municipio costero de Villanueva de Arosa, en Pontevedra (Galicia).

El vehículo lo conducía la esposa de Falcón, Digna Díaz Oubiña, una octogenaria que perdió el control de su Smart automático embistiendo una carpa en la que había decenas de personas viendo un concierto de la orquesta París de Noia.

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Algunos vecinos optaron por asistir al concierto desde el coche. Es lo que hacían Digna Díaz Oubiña y su marido, el histórico contrabandista Falconetti, condenado por la Audiencia de San Sebastián a una pena de 12 años de prisión por tráfico de hachís, de los que cumplió seis.

Nuevo juicio por presunto blanqueo 

En 2012, veinte años después de la primera condena, Falconetti tuvo que volver a un banquillo judicial, en ese caso también iba acompañado de su mujer. Cada uno se enfrentaba a una petición de tres años de prisión por un presunto delito de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico por una investigación de 1997.

Falconetti negó que blanquease dinero procedente del narcotráfico, como sostenía el fiscal. 'Falconetti' atribuyó sus ingresos sin justificar a que no declaró ante Hacienda todo el dinero que ingresaba por sus empresas en la construcción y la hostelería.

El procesado señaló que los desequilibrios contables se debían a que sólo declaraba a Hacienda el 5% de lo que ganaba en hostelería y en sus negocios de construcción ocultaba entre el 10 y el 15% de los beneficios.

"Nunca he traficado con droga ni traficaré nunca con droga, nadie me puede acusar de haber traficado con droga", insistió ante el tribunal.

Los negocios de Falconetti

Falconetti explicó entonces al tribunal que le juzgaba que dejó el colegio a los 12 años, para dedicarse a los negocios más variados: desde moler maíz a distribuir marisco, dueño de una barra americana y de otros negocios de hostelería y finalmente promociones inmobiliarias.

En cuanto a su esposa, Digna Díaz,  llegó a llorar dos veces durante su declaración, manifestó que cuando supuestamente cometió los delitos estaba enferma de bronquitis atrófica y padecía una profunda depresión.

Digna Díaz negó toda vinculación de su marido con el narcotráfico. "Por favor, jamás. Ni lo he conocido yo ni anduvo jamás", declaró. La Audiencia Provincial optó por dictar la absolución del matrimonio alegando "contradicciones en la prueba pericial".