Más del 15% del agua destinada a consumo urbano se pierde en fugas por el mal estado de las cañerías y una mala gestión

Gráfico sobre la pérdida de agua en entornos urbanos
Gráfico sobre la pérdida de agua en entornos urbanos
Carlos Gámez
Gráfico sobre la pérdida de agua en entornos urbanos

"Cada gota de agua cuenta" recuerda el Gobierno ahora que España está inmersa en una catastrófica sequía, con más de 100 días sin lluvias importantes en la mayor parte del territorio, y un grave estrés hídrico debido a unas temperaturas propias de verano en primavera. 

Sin embargo, expertos en el estudio del ciclo del agua en España alertan de que la mala gestión y una red de cañerías obsoleta en más del 40% del territorio está ocasionando un despilfarro del líquido potable destinado al consumo urbano. Un desperdicio que no está siendo ni oportunamente medido ni combatido.

El último informe del INE, de 2020, cifró las pérdidas de agua en el abastecimiento urbano debido a fugas, roturas y averías en la red pública en un 15,4% del caudal (652 hm3). A esto habría que añadir las pérdidas por errores y consumos piratas, que ascienden a 413 hm3.

Expertos como Luis Babiano, gerente de Asociación Española de Operadores de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), recuerdan que en la medición del INE no se refleja correctamente la situación de los municipios de menos de 20.000 habitantes, los que peor red de abastecimiento tienen y están menos tecnificados. 

"Muchos de esos municipios en España según estudios técnicos tienen pérdidas reales del 30% y algunos pierden hasta un 61% del agua potable".

El gerente de Aeopas advierte de que buena parte la red española de conducción de aguas urbanoa "está obsoleta". Según sus cálculos, una cuarta parte de la red (26%) "tiene más de 40 años y eso es mucho". 

La red de suministro más envejecida es la que surte a municipios pequeños y mediano. Por eso padece más fugas, roturas, rebase de depósitos y averías en la distribución y en las acometidas de los usuarios. 

"En los municipios pequeños, que difícilmente pueden invertir sin ayudas de diputaciones, Comunidades o el Estado, las fugas son brutales, y lo que habría que hacer no es solo invertir, hacerles las obras, sino crear organismos de gestión supramunicipal pública", pide Babiano.

Un reciente estudio en Málaga, de 2022, que cita Babiano, reveló fugas en 51 municipios de unos 7.000 millones de litros al año. "Con esa agua se podría abastecer a los 64 municipios más pequeños de la provincia, con unos 90.000 habitantes", ha explicado.  

Fuga de agua en Sant Quize del Vallès.
Fuga de agua en Sant Quize del Vallès.
20minutos

Objetivo: 10% máximo de pérdidas

La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible en España, en su propio diagnóstico, ha reconocido pérdidas del 23% del agua potable a través de redes de distribución y se impone la tarea de reducirlas en un 10%.

Para conseguirlo, el Gobierno ha aprobado financiar un diagnóstico certero y actual de las pérdidas que debe publicarse antes de finales de 2025, en cumplimiento de una directiva europea (PDF). También, un Perte para la digitalización y modernización del sector del agua, que aspira a "ahorrar un volumen de agua significativo y un aumento en la facturación del orden de 700 millones de euros adicionales al año".

Babiano pide fijarse objetivos similares a Alemania, Dinamarca o Países Bajos "donde se marcan no superar un 10% de pérdidas. Deberíamos estar ahí, dado que somos, además, un país con un gran reto de cambio climático, que lo hace más prioritario", asegura.

Leandro del Moral es catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla. A lo largo de los últimos 20 años ha estado investigando y evaluando los procesos de toma de decisiones relativas a la gestión del agua en Andalucía, España y la Unión Europea. Del Moral coincide con Babiano en que la situación de pérdidas en la red de suministro de agua urbana "es muy variada" dependiendo del municipio.

Para Del Moral Sevilla es un ejemplo de lo que habría que hacer. "Después de la anterior sequía, la que afectó a España de 1991 a 1995, se ha modernizado y ha bajado la pérdida de agua, las fugas, del 25 al 11%". Es una cantidad asumible, dicen los expertos, porque rebajarla al nivel de ciudades como Zurich, en torno al 5%, "conlleva costes muy altos". 

"Lo que sí es conveniente decir es que España ya no llega a tiempo para recuperar ese agua en la sequía actual, sino que las inversiones que se piden lo son para prepararse para la siguiente. Esto no se hace en tres meses o seis meses. Reducir las pérdidas de las redes urbanas es un trabajo de años. Pero hay que ponerse", reivindica el catedrático.

El consumo domiciliario, en  mínimos y bajando

En cada sequía que sufre España, la Administración pide a los consumidores prudencia en el gasto de agua. Las campañas han cumplido su función de concienciación social y el consumo de agua de los hogares está en mínimos históricos (133 litros por habitante y día). 

"Los técnicos se resisten a aceptar estos resultados, creyendo como creen en la lógica del crecimiento de la demanda constante, pero el consumo del agua va para abajo y puede seguir bajando", explica Del Moral. "Hay un cambio de cultura respecto a los grifos abiertos. Y a su vez los electrodomésticos consumen menos agua. En la anterior sequía no todo el mundo tenía friegaplatos. Ahora es muy frecuente y, si se usa lleno, consume una cuarta parte de agua de un fregado manual". Además señala el ahorro de las cisternas de los inodoros, que han pasado de soltar 12-14 litros a 6 u 8 litros por pulsación "y prestan el mismo servicio".

El catedrático sevillano incide en la relevancia del ahorro por consumo. "El suministro bruto de los embalses a la estación de potabilización en Sevilla era en 1995 de 174 millones de metros cúbicos. Actualmente es de 96. En ese descenso se cuenta la reducción de fugas, de 14 puntos, gracias a inversiones en la red y en el control, pero es que la eficiencia en el uso del agua ha permitido bajar el gasto 45 puntos".

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