Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Cuestión de perspectiva

Vehículos militares destruidos en el sur de Jartum, Sudán, jueves 20 de abril de 2023.
Vehículos militares destruidos en el sur de Jartum, Sudán, jueves 20 de abril de 2023.
LaPresse
Vehículos militares destruidos en el sur de Jartum, Sudán, jueves 20 de abril de 2023.

Hoy se cumplen 427 días desde el inicio de la guerra en Ucrania. El lector se sorprenderá, probablemente, de la escasez de noticias que han circulado los dos últimos días sobre la evolución de ese conflicto; un despliegue del ejército ucraniano en la orilla oriental del Dnieper a la altura de Jersón, drones ucranianos impactando en Sebastopol o en una población próxima a Moscú o rusos haciendo lo propio en Jarkov, la interminable carnicería de Bajmut, en fin, ese paisaje que a fuer de repetirse nos acaba sonando a familiar, lo que equivale a decir cotidiano y despersonalizado. Los muertos y heridos lo son, pero nos resultan menos relevantes.

Si abandonamos siquiera un momento esa perspectiva “eurocéntrica” y nos permitimos ampliar el foco a otra crisis emergente (por citar una) con un enorme potencial destructivo y me estoy refiriendo a Sudán, podremos apreciar que el sufrimiento, la destrucción y la muerte están creciendo en este tercer decenio del siglo XXI, cuando se esperaba de nuestro “orden internacional basado en normas” que fuera capaz de contener las crisis y minimizar o resolver sus consecuencias.

No sé si el término correcto a emplear es endurecidos o anestesiados, pero la realidad es que solo nos conmueve aquello sobre lo que se ejerce una presión mediática continuada, que nos resulta próximo o afín, y sobre lo que se toma decidido partido, independientemente de los actores, de los antecedentes y de las consecuencias. África está en llamas, el Sahel es un polvorín al que el salafismo yihadista ha prendido fuego por los cuatro costados (Mali, Niger, Burkina Faso, Costa de Marfil…) y a nosotros, los de la visión eurocéntrica, parece importarnos de poco a nada. Hoy es noticia Sudán, pero no se preocupen, dejará de serlo en breve como ocurrió con Darfur y la tragedia humanitaria que se produjo; ¿se acuerdan de Sudán del Sur, de las milicias gubernamentales paramilitares y de los yanyauid?

Los valores, o lo que creemos que lo son, no se pueden exportar a países que tienen como único recuerdo inmediato la explotación, la servidumbre y el abandono en el último momento

Para que el mal triunfe basta con que los hombres buenos no hagan nada”, eso decía Sir Edmond Burke. Ya basta de rasgarse las vestiduras con objetivo limitado, de erigirse en campeones de la democracia, de los valores liberales y de un mundo que es ajeno a casi dos tercios de quienes lo habitan. Las cosas malas ocurren, las cosas impensables también ocurren, lo que es realmente decisivo es tener la voluntad, la capacidad y la integridad para hacer lo que hay que hacer, independientemente de quién obtiene el beneficio inmediato de lo que se consigue. Si no es así todas las acciones que se adopten serán cortoplacistas y el número de desafectos irá creciendo, porque los valores, o lo que creemos que lo son, no se pueden exportar a países que tienen como único recuerdo inmediato la explotación, la servidumbre y el abandono en el último momento. 

Si queremos resolver la guerra de Ucrania hay que convencer a China, India, Brasil y Sudáfrica que la “R” de los BRICS (Rusia) no ha estado a la altura, supone una amenaza colectiva para el progreso y que nada de lo que se está haciendo es para perpetuar el papel hegemónico del principal sostén de Ucrania: Estados Unidos. Difícil, ¿verdad?

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