Una transición fallida, una potente fuerza paramilitar y, detrás de todo, el oro: el nuevo golpe que vuelve a hundir a Sudán en el caos

Un portavoz del Ejército de Sudán comparece ante los medios la semana pasada.
Un portavoz del Ejército de Sudán comparece ante los medios la semana pasada.
LAPRESSE
Un portavoz del Ejército de Sudán comparece ante los medios la semana pasada.
El jefe del Ejército de Sudán, Abdelfatá al Burhan, ha ordenado este lunes la disolución de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Europa Press

Sudán es uno de los países más pobres del mundo. Ahora mismo atraviesa una severa recesión económica. El último capítulo de su inestable historia reciente son los combates entre facciones militares por controlar el país. Los enfrentamientos han dejado decenas de civiles muertos (casi un centenar) y cientos de heridos.

El choque es entre el ejército sudanés y la principal organización paramilitar del país, las Fuerzas de Apoyo Rápido, en lo que parece un intento de golpe de Estado. Cuando Sudán intentaba iniciar una transición hacia la democracia, el levantamiento de los paramilitares puede llevar al país a una nueva guerra civil.

Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) afirman tener en su poder el aeropuerto internacional y el palacio presidencial y llaman a toda la población, incluidos los soldados, a levantarse contra el Ejército. A continuación, algunas de las claves del conflicto:

¿Que son las FAR?

Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) las creó el dictador Omar al Bashir en 2013 para protegerse de los intentos de golpe de Estado. Aunque no hay jerarquía ni son un grupo regular, hoy son la fuerza paramilitar más poderosa del país, formada por miembros de la unión de milicias armadas.

Según Human Rights Watch, las FAR fueron responsables de crímenes contra la humanidad, incluidos asesinatos sistemáticos de civiles y violaciones, en Darfur en 2014 y 2015. También se considera que fueron el principal responsable de la masacre de Jartum del 3 de junio de 2019.

¿Quién dirige las FAR?

Mohamed Hamdan Dagalo es el líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Conocido como Hemedti, ya fue vicepresidente del Consejo Militar de Transición tras el golpe de Estado de 2019. En el pasado, Hemedti utilizó a las FAR para apoderarse de minas de oro y detener al líder rival de la milicia Janjaweed en noviembre de 2017. Así se convirtió en el mayor comerciante de oro de Sudán a través de su empresa Al Junaid.

Según Alex de Waal, investigador británico sobre la política de las élites africanas, Hemetti es "uno de los hombres más ricos de Sudán... en el centro de una red de clientelismo, acuerdos secretos de seguridad y sobornos políticos".

Más del 70% de la producción de oro en Sudán se hace de forma informal.
El 70% de la producción de oro en Sudán se hace de forma informal.
FLICKR/Ollivier Girard/CIFOR

¿Cuándo y cómo fue el anterior golpe de Estado?

Abdelfatah al Burhan es el jefe del Ejército oficial del Estado. Es más que eso; es el líder de facto de Sudán tras su golpe de Estado que expulsó a los civiles del poder.

Después de tres décadas de dictadura, la de Omar al Bashir, y cuando se buscaba una transición democrática, un nuevo golpe de Estado envió todo a la casilla de salida. Abdelfatah al Burhan se hizo con el poder el 25 de octubre de 2021.

En marzo de 2022, más de 1.000 personas, entre ellas 148 niños, fueron detenidas por oponerse al golpe, hubo 25 denuncias de violación y 87 personas fueron asesinadas, entre ellas 11 niños.

En aquella asonada Burhan y Hemedti estuvieron juntos. Pero con el tiempo, Hemedti se ha distanciado hasta el punto de ponerse del lado de los civiles en las negociaciones políticas que se llevan a cabo desde hace meses.

¿Qué separa a Burhan y Hemedti?

Tras largas negociaciones, en diciembre pasado se alcanzó un acuerdo político para sacar al país del punto muerto. La alianza de partidos opositores Fuerzas de la Libertad y el Cambio y los militares que gobiernan el país firmaron el 5 de diciembre de 2022 un acuerdo para poner fin a la crisis.

Rubricado en presencia de la ONU y la Unión Africana, el documento preveía la formación de un Gobierno civil y la constitución y elección de instituciones de los tres poderes. Éstas iban a gobernar el país durante dos años y luego se convocarían elecciones. Pero el acuerdo no se había aplicado aún.

Pero persisten las diferencias entre los dos hombres fuertes de Sudán, Burhan y Hemedti, que se refieren esencialmente al futuro de los paramilitares, esto es, a su integración en las tropas regulares. El Ejército no rechaza esta integración pero quiere imponer sus condiciones de admisión y limitar en el tiempo de incorporación de las milicias paramilitares. En cambio, Hemedti exige una amplia inclusión y sobre todo su puesto en el Estado Mayor.

¿Está detrás de todo el oro sudanés?

La venta de oro supone cerca del 50% de los ingresos que genera Sudán por sus exportaciones. El país ingresó 150.900 millones de libras sudanesas (unos 2.500 millones de dólares) gracias a las 41,8 toneladas de oro que exportó en 2022.

Eso según fuentes oficiales, porque en realidad las autoridades no son capaces de determinar la producción total de oro en el país por culpa del contrabando, que se extiende a través de 800 yacimientos en todo el país. Más del 70% de la producción de este mineral se hace de forma informal. Y, ya hemos visto, Hemedti es el mayor comerciante de oro de Sudán.

El país depende en gran medida del oro para ingresar divisa extranjera, y más aún después de que la independencia de Sudán del Sur en 2011, que provocó la pérdida de tres cuartos de los ingresos en exportación de petróleo de Sudán, informa EFE.

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