Las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla siguen sin abrirse definitivamente pese a acordarlo Sánchez y Mohamed VI hace un año

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el historiador del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrin (2d), después de visitar el Mausoleo de Mohamed V, a 2 de febrero, en Rabat (Marruecos).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el historiador del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrin (2d), después de visitar el Mausoleo de Mohamed V.
D.Zorrakino. POOL / Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el historiador del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrin (2d), después de visitar el Mausoleo de Mohamed V, a 2 de febrero, en Rabat (Marruecos).

La apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla con Marruecos continúa sin tener una fecha de apertura definitiva. Y si la tienen, el Gobierno sigue esquivando la decisión de hacerla pública. Este fue uno de los puntos acordados entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey alauí Mohamed VI hace un año, cuando el jefe del Ejecutivo fue invitado a celebrar el iftar para reanudar las relaciones entre ambos países, antes dañadas por la acogida de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y enemigo declarado de Marruecos, en un hospital de Logroño.

Las fuentes gubernamentales consultadas explican que las "aduanas" -sin el apellido de comerciales- sí están abiertas. "Están abiertas y seguimos acomodándolas a las diferentes necesidades que hemos detectado durante las pruebas", señala un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, que destaca que el paso fronterizo de Ceuta es la primera vez "en la historia" que se establece. En una respuesta parlamentaria dada el pasado mes de febrero a un senador del PP, el Ejecutivo añadía que el paso abierto en la actualidad en Ceuta "está preparado para gestionar las formalidades aduaneras aplicables a las importaciones y exportaciones que puedan realizarse desde o hacia Marruecos" y está compuesto por seis funcionarios del Cuerpo Técnico de Hacienda.

No obstante, una comparecencia del ministro José Manuel Albares en la Cámara Alta semanas después probó que esa aduana no funciona al completo ni de forma definitiva en el ámbito comercial. El jefe de la diplomacia española habló de una apertura el pasado 27 de enero. "Sea experimental o no", dijo, refiriéndose a la primera prueba piloto que se realizó con "productos de higiene personal" que cruzaron el paso del Tarajal en una furgoneta desde esta ciudad autónoma hasta el país vecino. Luego, confirmó que no era definitiva porque, anunció, vendrían "otros pasos hasta la apertura definitiva". "Porque la decisión de abrirla está", añadió Albares.

En Ceuta, efectivamente, es la primera vez que se establecerá una aduana del estilo. En Melilla ya existía, pero fue cerrada por decisión del reino alauí el 1 de agosto de 2018. Esto supuso un grave efecto económico en la economía melillense: según datos de la CEOE, en el año anterior de su cierre se habían facturado 40 millones de euros. 

Es por eso que fuentes del Gobierno de Melilla, además de confirmar que no se ha reabierto, piden un calendario. "Y que lo hagan público", exigen fuentes de la ciudad autónoma, algo que rechaza el Gobierno. "Hay un calendario acordado, pero no queremos avalanchas ni cientos de personas. No queremos volver al pasado, pero lo verán ustedes", señaló Albares en la comparecencia antes citada. El paso de personas en ambas ciudades autónomas sí está abierto desde mayo del pasado año.

Con todo, los gobiernos español y marroquí pactaron imprimir velocidad al asunto el pasado mes de febrero, en la Reunión de Alto Nivel (RAN) que celebraron en Rabat en febrero de este año. Ese encuentro fue la confirmación de que ambos países apuestan de forma clara por una relación de confianza, en la que los dos reconocieron la soberanía del otro sobre el Sáhara Occidental y sobre Ceuta y Melilla, se comprometieron a evitar las "ofensas" y cerraron importantes acuerdos comerciales. Entonces, el rey no recibió a Sánchez -pese a que le invitó a volver de nuevo en un viaje que todavía no tiene fecha-, al contrario que en 2022.

Hace justo un año, el 7 de abril del curso pasado, fue invitado al desayuno con el que Mohamed VI rompía el ayuno del Ramadám, algo al alcance de pocos dirigentes mundiales. Fue un gesto del monarca marroquí tras más de un año de desavenencias entre ambos países que comenzaron en 2021 después de que el líder del Frente Polisario y principal opositor de los intereses marroquíes fuese atendido en un hospital de Logroño y de que unas 8.000 personas, muchas de ellas menores, cruzasen la frontera con Ceuta en apenas 48 horas.

Meses antes, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump había aceptado la oferta marroquí en la que proponía una especie de "autonomía" para el Sáhara Occidental, un territorio sobre el que España sigue siendo administrador de iure. Hasta entonces, España se había mostrado neutral, pero finalmente Sánchez acabó aceptando -por carta- el plan marroquí, que supone enterrar de facto cualquier expectativa de independencia para la antigua provincia española, pues implicaría convertirse en una región autónoma, pero con competencias limitadas en materia administrativa y económica y quedando bajo los designios de Rabat en cuestiones de soberanía o defensa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento