Contracrónica

En Madrid no te encuentras con tu ex... salvo en el polideportivo Magariños

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y los líderes de Más País e IU, Íñigo Errejón y Alberto Garzón.
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y los líderes de Más País e IU, Íñigo Errejón y Alberto Garzón.
EFE
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y los líderes de Más País e IU, Íñigo Errejón y Alberto Garzón.

En una de esas entrevistas de precampaña que los políticos se preparan con argumentarios que terminan sonando mejor en la cabeza del asesor que los escribe que en su propia voz, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso dijo que "en Madrid puedes cambiar de pareja y no te la encuentras nunca más". Pero seguro que Ayuso no contaba con que, dos años después, la izquierda iba a quitarle la razón en su propio feudo, en la capital, y más en concreto en el polideportivo Magariños, donde este domingo hubo varios reencuentros de exparejas políticas de la izquierda que se ha ido fracturando en pedazos desde 2016 y que Yolanda Díaz aspira a recomponer. 

A oleadas, y con escisiones o rupturas de diferente signo e intensidad, todo el espectro progresista que hace siete años estuvo reunido en Unidas Podemos y sus confluencias autonómicas se ha ido disgregando con el paso de los años. Pero muchas de las caras que se vieron en el polideportivo Magariños fueron compañeras de viaje en esa alianza, y, sin embargo, este domingo los únicos ausentes fueron, precisamente, los máximos dirigentes de Podemos.

Como decía el eslógan con el que Díaz promocionó el acto, "hoy empieza todo", y aún queda prácticamente todo por construir en un Sumar que, por no ser, no es ni siquiera aún un partido ni una coalición. Pero la vicepresidenta puede ya presumir de haber juntado en un mismo auditorio a ex tan incompatibles en otros tiempos como Alberto Garzón e Íñigo Errejón, lo más parecido al agua y el aceite que podía encontrarse en el Unidos Podemos primigenio: la izquierda clásica, la estrella roja y la bandera republicana frente a la transversalidad, el discurso amable y la apelación a las mayorías desideologizadas.

Errejón, no obstante, no fue el único exPodemos en acudir a escuchar a Díaz. También hicieron acto de presencia Mónica García o Rita Maestre, otrora dirigentes moradas en Madrid y ahora candidatas de Más Madrid a las elecciones autonómicas y locales, respectivamente. Igualmente, estuvieron Jorge Lago y Ariel Jerez, miembros del primer Podemos que se alejaron de la formación morada. 

Y Santiago Alba Rico, ideólogo morado en los inicios del partido y que después ha sido muy crítico con su evolución. 

Y el exdiputado Miguel Vila

Y los exlíderes autonímicos de Podemos Daniel Ripa, Nacho Escartín o Lander Martínez, de los cuáles solo el segundo sigue militando en el partido morado.

Vaya, que si alguien de Podemos -o, por ampliar el foco, de Unidas Podemos- hubiera querido encontrarse con un ex este domingo, sin lugar a dudas el lugar indicado era el polideportivo Magariños de Madrid. El ambiente, desde luego, era similar al que había en los mítines de los mejores tiempos de los morados: la cola que empezaba en el auditorio serpenteaba hasta llegar a la Castellana, y el aforo del auditorio -3.000 personas entre gradas y pista, según la organización, aunque con bastante espacio libre- se quedó corto y tuvieron que habilitarse pantallas gigantes en el patio para otro par de miles de espectadores.

Tampoco es que hubiera mucho misterio: después de meses y meses de espera y varios retrasos, todo el mundo tenía claro que había ido allí a escuchar a Díaz anunciar que será candidata a las generales. Pero eso no impidió que, cuando la susodicha lo confirmó, el auditorio reventara como lo hacía cuando cuando el Estudiantes aún jugaba allí y ganaba algún partido clave: tanto se celebró que a Díaz apenas se la escuchó pronunciar las últimas frases de su discurso.

Para redondear, la organización puso inmediatamente después del anuncio de la líder de Sumar la canción Girl on Fire (‘chica pletórica, a tope’, en su traducción al español), de Alicia Keys, porque para qué andarse ya con sutilezas después de más de medio año de gira por España en el que Díaz ha estirado y estirado los tiempos antes de confirmar su candidatura. 

Muy musical había sido también el comienzo de su discurso, con referencias a cuando Radio Futura cantaba aquello de "el futuro está aquí" en su tema Enamorado de la moda juvenil. Y de moda también hubo referencias en la puesta de largo en la carrera presidencial: alguien de la organización también pensó en repartir pegatinas con fotos de la líder y dos eslóganes: "La Fashionaria" y "Yolanda presidenta". Fueron un éxito rotundo: cosas de la política pop. Entre las referencias musicales, también hizo hueco la gallega a las literarias: en concreto, a los versos de su admirada paisana Rosalía de Castro y a Clara Campoamor.

Con este cierre, el público salió del auditorio con las pilas cargadas. Ahora, no obstante, a Sumar le queda hacer lo más feo: la negociación sobre listas, cargos, reparto de recursos y cuotas que acompaña inevitablemente a toda organización política que se presenta a las elecciones. Pero eso será a partir de mañana o, probablemente, del 28M. Por ahora, Díaz ha conseguido lo que buscaba: poner on fire el Magariños en su puesta de largo.

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