Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Networkings anónimos

Un networking en fase de cocción.
Un networking en fase de cocción.
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Un networking en fase de cocción.

Sí, esta columna es lo que parece: una comparación entre las reuniones de alcohólicos anónimos que hemos visto en las películas y las series y los modernos networkings en los que un grupo de personas que se conocen poco o nada intentan venderse la burra unos a otros sin ningún tipo de reparo porque han quedado para eso.

Las reuniones de alcohólicos anónimos dan la posibilidad de utilizar un nombre alternativo o de no dar información propia. Los networkings, en cierto modo, también. Uno no es quien es, sino lo que vende. La ficción, la imaginación y la exageración están a la orden del día, están permitidas y, en ocasiones, incentivadas. La sinceridad radical es también una herramienta muy utilizada.

El networking se ha convertido en un relleno para ferias y congresos.

El networking se ha convertido en un relleno para ferias y congresos. Cuando no hay nada que hacer entre una charla y otra, se coloca la palabra mágica en el programa y queda todo redondo. Es entonces cuando surgen algunas especies invasoras que se mueven muy bien en estos espacios: el vendemotos digital, el comercial disfrazado, el tontico de las sinergias, el que reparte tarjetas, el pesado tres sesenta, el que tiene un invento tecnológico para intercambiar contactos que no acaba de funcionar, el tonto del fotocol, el que intenta ligar por aquello de la facilidad del acercamiento y porque se ha confundido con first dates, el petardo que habla de transformación digital, algún joven empresario y, por supuesto, la víctima propiciatoria.

Los networkings tienen algo de caza de mamut. Un grupo de cavernícolas acosa a la pieza con lanzas y cuchillos para conseguir su carne. El mamut, que ha sido ponente en alguna charla o tiene una empresa de éxito, no es tonto y consigue esquivarlos con cierta destreza. Si la cosa se pone difícil, a veces, suelta una cornada y se escapa de allí agarrando el móvil como quien se amarra al último flotador del Titánic.

Hay superhéroes que inventaron el networking de pago. Esto ya es para nota. Es el mortal con doble tirabuzón del mundo de la empresa. También existen algunas reuniones con estructura de secta o de club secreto que funcionan con una estructura parecida. La vida es larga y el hambre es muy mala. Es mejor hacer networking que robar. 

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