Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Carta a Pilar Alegría desde un colegio electoral

Pilar Alegría recibe la vista del CEIP El Santo en el Ministerio de Educación.
Pilar Alegría recibe la vista del CEIP El Santo en el Ministerio de Educación.
Ministerio de Educación
Pilar Alegría recibe la vista del CEIP El Santo en el Ministerio de Educación.

Hola, Pilar, mujer de partido. Estoy junto al colegio en el que suelo votar. Está pegado a un río y hay un pequeño camino en el que los gatos y los patos conviven en armonía. Ya nadie se come a nadie. Es la democracia zoológica. Pienso que este colegio es una metáfora de tu vida profesional: educación y partido, ministerio y portavocía, clases y urnas. Me pregunto si no será todo lo mismo y cómo compatibilizas algo tan elegante y profundo como ser ministra de educación con algo tan batallero como ser la jefa de la oposición de la oposición.

Intuyo que entre semana eres más ministra y los fines de semana tiras más a portavoz, aunque siempre hay excepciones. Los fines de semana los políticos os vestís con menos rigor y habláis más con el corazón que con la cabeza. Haces un marcaje a Feijóo muy interesante, pareces Carles Puyol. Supongo que tendrás alarmas o gente que te ayuda a vigilarlo. Después, corres al Twitter como la delegada de clase que sale a apuntar en la pizarra cuando se va la profesora. Es un trabajo duro, pero tienes que estar ahí. Por cierto, cuida la ortografía. Le puede pasar a cualquiera.

Tengo un amigo que me manda enlaces de tu Instagram. Eso ya es otra cosa. Ahí se ve a la persona, porque tú eres una persona normal. Muy de tu pueblo y muy de los tuyos. Los políticos os empeñáis en mostrar cómo vivís la normalidad y eso es complicado. Es como si quieres enseñarle a la gente un pulmón. Ya sabemos que debe estar ahí dentro, pero verlo se hace raro y un poco forzado. Te hemos visto disfrazada de Harry Potter, en un concierto con una piruleta o tomando un café en camiseta. Normalidad democrática. Todo en orden.

Menos mal que las palabras “alumnado” y “profesorado” han llegado para traer el equilibrio.

Ser ministra de educación tiene sus complejidades. Las competencias transferidas te convierten en un complemento circunstancial. Hay que citar mucho a Finlandia y a los países nórdicos, como si tuviéramos algo que ver con ellos. Es importante también conseguir que los directores de los centros y los profesores hablen como políticos para que ellos se encarguen de que los niños también hablen como políticos y tengamos una sociedad perfecta, abierta, tolerante e inclusiva. Menos mal que las palabras “alumnado” y “profesorado” han llegado para traer el equilibrio. Desde que las utilizamos todos, ya no hay ningún problema en las aulas. Qué cosas.

Ahora que vienen las elecciones, las mujeres y los hombres de partido tenéis que aparecer mucho.  El que se mueve no sale en la foto. No te despistes. Tú ya ganaste unas elecciones en tu ciudad, pero no te dejaron gobernar y te marchaste. Lo hacen todos los políticos, claro. Es lo que tiene el servicio público, que se presta mejor en el gobierno que en la oposición. Te mando mucho ánimo. Tiene que ser duro vivir rodeada de gente que te hace la pelota y que te lleva a lugares en donde te reciben como si fueras la reina. No te fíes de nadie. Hay mucha gente con ganas de apuñalar por ahí. Qué vida más dura. A ver si nos vemos.

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