Fedea advierte de que la reforma de las pensiones "condena" al déficit de la Seguridad Social a un rápido crecimiento

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en una imagen de archivo.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (archivo).
EFE
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en una imagen de archivo.

El agujero que dejan las pensiones en la Seguridad Social no solo no se reducirá con el acuerdo anunciado el viernes por el Gobierno de coalición, sino que seguirá aumentando "rápidamente" en los próximos años. Así lo ha advertido la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que ha publicado este lunes un balance provisional sobre los efectos presupuestarios de la reforma de las pensiones en el que avisa de que "en torno a 2050 tendremos que inyectar cada año a la Seguridad Social recursos extra por valor de unos 4,5 puntos del PIB, lo que viene a ser el 60% de la recaudación del IRPF".

"La reforma en curso condena al componente contributivo del sistema público de pensiones a un déficit básico elevado y rápidamente creciente durante las próximas décadas", afirma el informe, firmado por el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente. Según los cálculos del think tank económico, las medidas aprobadas y las que están actualmente en negociación no son suficientes para garantizar el equilibrio financiero del sistema de pensiones, que ya en 2019, antes de que la pandemia obligara a hacer esfuerzos extra, acumulaba un déficit de unos 16.600 millones de euros, es decir, un 1,3% del PIB.

La Seguridad Social no solo no logrará un aumento significativo en sus ingresos para cubrir ese agujero, sino que además tendrá que hacer frente a un mayor volumen de gasto, según el balance. El centro de estudios achaca el incremento del gasto a varios factores. Por un lado, aunque no se tomara ninguna medida, la partida destinada a pensiones estaría avocada a crecer por el envejecimiento natural de la población, ya que en los próximos años se jubilará la generación del baby boom, lo que tensionará el sistema hasta alcanzar el coste su punto álgido en 2050.

No obstante, Fedea advierte de que algunas de las medidas que se están discutiendo actualmente contribuyen a incrementar aún más ese gasto. Es el caso de la fórmula alternativa de los 29 últimos años cotizados descartando los dos peores para calcular el periodo de cómputo de la pensión, frente al periodo de los últimos 25 años cotizados que se aplica actualmente y por el que se podrá seguir optando. "Claramente, la medida solo puede incrementar el gasto en relación con el modelo actual, pues solo optarán por el período ampliado de cómputo aquellos que obtengan una mayor pensión con esta opción", sostiene el informe.

El balance de De la Fuente lamenta que no se haya apostado por una fórmula de cómputo que compense el incremento del gasto que ya se comprometió al aprobar la revalorización de las pensiones conforme a al inflación. "Desaparece, por tanto, una de las posibles fuentes de ahorro con las que se esperaba controlar en alguna medida el crecimiento del gasto, compensando en parte los efectos de la primera fase de la reforma", valora. Fedea calcula que la vuelta a la indexación al IPC incrementará el gasto en pensiones entre 3,8 y 4,7 puntos del PIB en 2050, una previsión que el Ministerio de Economía y la AIReF rebajan a 3,5 y 3,2 puntos, respectivamente.

"A una situación inicial ya de por sí apurada y con perspectivas de empeorar en un escenario sin cambios de política, hay que añadirle el fuerte incremento del gasto en pensiones que resultará de la derogación de la reforma del 2013", expresa "Habría que sumar el incremento de gasto generado por el cambio en el procedimiento de cálculo de la pensión inicial y por las mejoras previstas a pensiones mínimas, complementos de brecha de género y relleno de lagunas de cotización", añade. 

En ese sentido, la de las medidas más significativas de las propuestas en el acuerdo del Gobierno consiste en vincular las pensiones mínimas a la renta de los hogares, ajustando la prestación mínima de una persona con cónyuge a sus cargo al 60% de la renta mediana entre 2024 y 2027 y las no contributivas, al 75% del umbral de la pobreza para un hogar unipersonal. Asimismo, se pretende reforzar el complemento de brecha de género con un incremento del 10% adicional a la revalorización anual de la pensión durante 2024 y 2025 y ampliar las lagunas de cotización por los años 'en blanco' en los que un trabajador no cotiza porque cae en desempleo (sin prestación) o se retira del mercado laboral.

Ingresos "muy limitados"

Por el lado de los gastos, según el informe de Fedea la reforma de las pensiones no consigue compensar el alza del gasto, pese a la ampliación del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), el destope de las cotizaciones y la nueva cuota de solidaridad. De la Fuente calcula que estas tres medidas incrementen respectivamente 0,40, 0,15 y 4,7 puntos del PIB la recaudación de la Seguridad Social, elevando la ganancia de ingresos hasta 0,68 puntos de PIB, una quinta parte de lo que sería necesario para compensar el incremento esperado del gasto.

Según el estudio, el impacto de estas medidas, que califica como "claramente insuficientes" para garantizar la sostenibilidad del sistema, "será muy limitado", en buena parte porque se concentran "en un segmento muy reducido" de la masa salarial, el que corresponde a aquella parte de los salarios que se sitúa por encima de la actual base máxima de cotización, que solo supone un 2,6% del PIB y un 5,3% de las rentas totales del trabajo.

"Habría que considerar también el impacto de la reforma del sistema de cotización de los autónomos y de la introducción de incentivos para la prolongación de la vida laboral", añade el balance, que califica de "inciertos y difíciles de estimar" los efectos de estas medidas. "Me inclino a pensar que ninguno de ellos generará ahorros significativos a largo plazo", valora De la Fuente, que cifra en "un tercio de punto" el ahorro que ambas iniciativas puedan generar. "El efecto conjunto de las medidas 'compensatorias' incluidas en las dos fases de la reforma ascendería a 1 punto del PIB en 2050", sentencia.

"Nos quedarían por financiar 2,5 puntos del PIB de incremento del déficit hasta 2050 debido a la reforma, a lo que habría que añadir 1,3 puntos del déficit inicial y 0,7 de su aumento esperado durante el mismo periodo en ausencia de medidas políticas", concluye. En consecuencia, será necesario cubrir el agujero de las pensiones con ingresos generales o deuda, lo cual "dejará poco margen para financiar un mayor gasto en casi cualquier otra cosa, incluyendo sanidad y dependencia, con necesidades rápidamente crecientes debido al rápido envejecimiento de la población", según advierte De la Fuente.

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