Bruselas rechaza regular la fijación del precio de la electricidad como pidió España y plantea ayudas también para la nuclear

  • El borrador de la Comisión para reformar el mercado eléctrico apuesta por contratos privados a largo plazo en lugar de subastas reguladas.
  • Se alinea con Alemania en reforma puntual y reduce el papel de los Gobiernos a otorgar ayudas públicas para producir y almacenar electricidad.
  • La energía nuclear recibiría un mismo trato que las renovables frente al papel que quería otorgarle España.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras la aprobación del noveno paquete de saciones de la UE contra Rusia, en respuesta a la invasión de Ucrania.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
OLIVIER HOSLET / EFE
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras la aprobación del noveno paquete de saciones de la UE contra Rusia, en respuesta a la invasión de Ucrania.

La Comisión Europea considera que el mercado de la electricidad de la UE tiene que potenciar el desarrollo de energías renovables y estabilizar los precios de cara a los consumidores por medio de contratos a largo pazo para producirla, pero rechaza que estos acuerdos se firmen bajo la batuta del Estado, a través de contratos por diferencias o subastas reguladas como planteaba el Gobierno español. En su lugar, plantea que sea por medio de contratos privados entre operadores en un mercado en el que el papel de los gobiernos será conceder ayudas para apoyar nuevas inversiones tanto para generar como almacenar electricidad, a instalaciones de renovables pero también de energía nuclear.

Estos elementos forman parte del borrador de la propuesta que la Comisión Europea hará a los Veintisiete para reformar el mercado de la electricidad en la UE. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, refleja un planteamiento divergente a los principales puntos de la propuesta que hizo España. El Gobierno español planteaba un cambio radical, que acabase con el sistema marginalista -en el que el precio de la última tecnología a la que se recurre, y la más cara que suele ser el gas, es el que marca el precio del conjunto- pero la Comisión da por buena la conclusión de las consultas que ha llevado a cabo e incide en que "se debería preservar el mecanismo de precio marginalista" porque "funciona bien dando una correcta señal de precios".

De momento, el borrador que se ha filtrado a la prensa no ha llegado a los gobiernos europeos de manera oficial. Con el documento que se conoce, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, ha afirmado este miércoles que va "en la buena dirección". 

"De momento no hay propuestas formales. Hay algunas filtraciones que van en la buena dirección", ha declarado en una charla organizada en Bruselas por el diario Politico con motivo del Día Internacional de la Mujer. Aún así, ha añadido que "hay cosas que aún hay que ajustar, hay que dar comodidad a inversores, para que sepan cómo van a obtener beneficios, y a los consumidores".

Más puntual que radical

La reforma que plantea Bruselas es más puntual, como querían Alemania y otros seis países de la UE, frente a otra de mucho mayor calado como defienden España o Francia. Como la propuesta que remitió Ribera en enero, la Comisión incide en la necesidad de incrementar el papel de las renovables en la generación eléctrica para ir abandonando los combustibles fósiles y no solo en la necesidad de producir sino también de almacenar electricidad como una forma de estabilizar los precios y que estos no dependan tanto como ahora de circunstancias coyunturales. Para ello, además, la Comisión también coincide en que la mejor manera son los contratos a largo plazo para la generación de electricidad.

Sin embargo, las diferencias entre la propuesta española y la que previsiblemente presentará la Comisión a los países de la UE son evidentes en la manera de conseguir estos objetivos y también qué tecnologías tener en cuenta. Una vez más, y en línea con el contencioso sobre esta cuestión entre España y Francia, Bruselas pone en el mismo saco a las energías renovables y las energías de bajas emisiones, donde entra también la energía nuclear, que tal y como apuntó hace unas semanas la comisaria de Energía, Kadris Simson, en su propuesta tiene un papel más importante de lo que querría el Gobierno español.

Garantías para contratos privados

Uno de los aspectos más evidentes, por la importancia que se les dio en España, tiene que ver con los contratos a largo plazo. El Gobierno planteaba que fuera mediante los llamados "contratos por diferencias", es decir por subastas organizadas por un órgano regulado todavía por determinar para establecer qué cantidad de electricidad podría generarse en un determinado plazo de tiempo a un precio determinado. La realidad es que las últimas subastas de renovables han fracasado, con un sector más inclinado hacia los contratos privados -los denominados PPA-, a los que la Comisión Europea tiene mucho más en cuenta en su borrador de reforma del mercado eléctrico.

En el Ministerio de Transición Ecológica se creía que los productores de electricidad por medio de renovables que ahora firman PPAs con operadores o grandes consumidores se irían progresivamente a los contratos por diferencias. Pero la Comisión plantea algo muy distinto. Sin descartar el papel de las subastas, plantea "mejorar y clarificar el acceso a contratos a largo plazo (ya sea apoyados por el Estado o privados como PPA) para procurar ingresos más seguros y estables para los desarrolladores de renovables y energía de bajas emisiones", dice el borrador. "Los Estados miembros considerarán el papel potencial de los PPAs, junto con otros acuerdos de mercado y apoyos públicos para cumplir con los objetivos" de incremento de renovables al mismo tiempo que se "preservan mercados de electricidad competitivos y con liquidez".

En lugar de la seguridad que el Gobierno español considera que representan las subastas reguladas para el desarrollo a 10 ó 12 años vista del sector renovable, lo que plantea la Comisión es que los Estados puedan otorgar seguridad a los contratos de naturaleza privada mediante la creación "mecanismos de garantías" para reducir los riesgos y protegerlos en caso de impago. Podrán otorgarse a todas las tecnologías excluidos los contratos para producir electricidad generada con combustibles fósiles como el gas.

Energía nuclear para producir electricidad

La propuesta de Bruselas supone otro revés para las intenciones españolas por lo que respecta al papel de la energía nuclear. El documento que remitió Ribera en enero minimizaba el papel del gas y de la energía nuclear, que dejarían de ser tecnologías para producir electricidad y pasarían a ser una especie de seguro, de modo que se celebrasen subastas diferenciadas junto con tecnologías de almacenamiento, en este caso, para asegurar las reservas de electricidad.

En su borrador, la Comisión Europea devuelve a la energía nuclear la función de generar electricidad -no solo de garantizar su disponibilidad cuando no es suficiente con la de origen renovable- al permitir que los Estados puedan otorgar ayudas a las "nuevas inversiones en fuentes de generación" ya sea con energía eólica, fotovoltaica, geotérmica, hidráulica y nuclear. 

A cambio de estas ayudas, la Comisión contempla una estructura de "dos sentidos", de modo que se fije un precio mínimo de la electricidad pero también uno máximo y los ingresos por encima de este umbral se redistribuyan entre los consumidores en base a su consumo.

Potenciar el autoconsumo

Por otra parte, la Comisión quiere que la reforma del mercado eléctrico de la UE sirva para "potenciar a los consumidores creando el derecho de compartir directamente energía de origen renovable", si necesidad de crear comunidades energéticas.

Para ello, plantea poder compartir los excedentes de las placas solares instaladas en los tejados con los vecinos.

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