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Entrevista

Albert Campabadal: "La LOMLOE menosprecia la educación especial porque entiende que no es inclusiva y es un error"

Albert Campabadal, presidente del CEDDD
Albert Campabadal, presidente del CEDDD
CEDIDA
Albert Campabadal, presidente del CEDDD

El Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) y la Asociación Nacional de Centros de Educación Especial (ANCEE) defienden la educación especial y el derecho de los padres a elegir centro, en un manifiesto que ha sido firmado ya por más de una veintena de entidades y espera seguir sumando apoyos. El documento pide la derogación de la llamada LOMLOE, al entender que pone en peligro la supervivencia de los centros de educación especial y vulnera el derecho de los padres a elegir centro para sus hijos.

Hablamos con Albert Campabadal, presidente del CEDDD y del Grupo SIFU, Centro Especial de Empleo, sobre la conocida como 'Ley Celaá'.

¿Hace la LOMLOE una interpretación equívoca del término "inclusión"?Tal y como está redactada la ley, solamente se le da el valor de inclusiva a la escuela ordinaria. La LOMLOE menosprecia la educación especial de entrada porque entiende que no es inclusiva y esto es un error. Para un niño con discapacidad una educación inclusiva es aquella en la que tiene todos los apoyos que necesita y que lo prepara de la mejor forma posible para la etapa posterior a la educativa. Si eso lo consigue la educación especial, será tanto o más inclusiva que la ordinaria. No todos los niños con discapacidad tienen la misma discapacidad ni el mismo grado. Entonces, para algunos lo más inclusivo puede ser la educación ordinaria y, para otros, la especial. 

La ley no dice expresamente que se vaya a producir el cierre de los centros de educación especial. ¿Qué sucederá, entonces?Se trata de una forma muy sibilina de decir que no te cargas la educación especial cuando en realidad te la estás cargando. La ley, tal y como está redactada, prácticamente aboca a la desaparición de las escuelas de educación especial y esto nos parece nefasto, un error, porque son escuelas con decenas de años de experiencia y son un instrumento que funciona. Además, estamos hablando de alrededor de 40.000 alumnos. Cada vez habrá menos niños en escuelas de educación especial, con lo cual tendrán que ir cerrando.

Según la LOMLOE, los centros de educación especial se encargarán ahora de escolarizar a los alumnos "que requieran una atención muy especializada" y desempeñarán "la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios". ¿Qué significa esto?No está claro. Primero, los alumnos que están en centros de educación especial son niños que tienen ya necesidad de una educación muy especializada. Por otro lado, decir que desempeñarán la función de centros de referencia y apoyo es un brindis al sol. Pueden ser referencia y apoyo para la educación ordinaria si es una escuela viva, potente, con estructura y preparada, pero, una vez la has vaciado de alumnos y de profesores, no es ni referencia ni apoyo ni es nada, es una escuela muerta.

En cualquier ámbito, los padres deben tener el derecho a escoger una escuela donde se forme al niño en los valores que crean fundamentales e importantes

Aseguran en su manifiesto que la nueva ley quita la potestad a la familia para elegir la educación del menor con discapacidad. ¿Por qué?Los padres no tienen poder de elección ahora porque es el funcionario quien deriva al niño a qué escuela tiene que ir, obviando el criterio de los padres, algo nefasto tanto para el menor como para los padres. La LOMLOE piensa que los padres no son los mejores para escoger la educación de sus hijos, y que un funcionario estará más preparado para hacerlo, pero quien más conoce al menor son los padres. Además, la ONU y la Constitución española reconocen el derecho de la libre elección de los padres a la educación de sus hijos. Por ello, negarles esa capacidad o derecho es una equivocación muy grande. En cualquier ámbito, los padres deben tener el derecho a escoger una escuela donde se forme al niño en los valores que crean fundamentales e importantes.  

Bajo su punto de vista, ¿cómo debe ser la convivencia entre la educación ordinaria y la educación especial?Una persona con discapacidad lo ideal es que esté integrada en todos los ámbitos de la sociedad en el máximo grado posible. Un niño con discapacidad con un recorrido en la educación ordinaria, que pueda tener una convivencia razonablemente buena con otros alumnos que no tienen discapacidad, será mejor que no vaya a un colegio de educación especial porque puede ser contraproducente. Pero está claro que personas con determinadas discapacidades no van a poder estar integradas en ámbitos normalizados y la educación especial será mejor para ellas porque está más especializada y es el ámbito donde mejor desarrollan sus capacidades mientras se están formando. También donde son más receptivos, están más cómodos y tienen todos los apoyos necesarios. En definitiva, donde mejor se les prepara para su etapa posterior.

Cuando el ámbito más propicio es la educación especial, ha de poder convivir con la educación ordinaria sin mayor problema y sin verse atacada por el Estado, al contrario. 

Por otro lado, ¿tiene la escuela ordinaria suficientes recursos para atender a 40.000 alumnos de educación especial más?No, no tienen los suficientes recursos, no hay una dotación económica suficiente. Y, cuando tú configuras un proyecto educativo y no lo dotas de recursos económicos es un brindis al sol, es un proyecto abocado al fracaso. Si ya hay problemas con los 180.000 niños con necesidades educativas especiales que están en educación ordinaria, si les sumamos 40.000 más va a haber problemas importantes. Es absurdo pensar que en cada aula de escuela ordinaria los dos o tres niños con discapacidad que haya tendrán técnicos en educación suficientes para que desarrollen al máximo su etapa escolar.

¿Qué puede suceder, entonces, si no se deroga esta ley?Que, cuando estos niños se encuentren en escuelas ordinarias sin recursos suficientes, no van a tener la educación óptima, aquella educación que necesitan y no van a llegar a la etapa adulta con la preparación que podían haber tenido. Además, van a sufrir, porque se verán muy apartados. Hay estudios que indican que más del 80% de los niños con discapacidad sufren bullying en la escuela ordinaria, mientras que en educación especial ese porcentaje no llega al 5%. Lo primero debe ser la felicidad del menor.

¿Y qué sucederá con los profesores de educación especial?Conforme las aulas se vayan vaciando, las escuelas los tendrán que ir despidiendo. No hay otra opción porque una escuela, entre comillas, es una empresa donde tienes unos ingresos y unos gastos y, si te faltan los ingresos, ¿cómo mantienes en nómina a todos los profesores? Es imposible. Hay centenares de maestros de educación especial, gente muy vocacional y muy preparada, pero nadie dice cómo quedarán protegidos en sus derechos laborales.

La LOMLOE está ya en marcha. A efectos prácticos, ¿dónde está afectando?De momento, en las autonomías quien deriva a estos niños a una escuela o a otra ya es un funcionario. Esto ya está sucediendo y lo están sufriendo las escuelas de educación especial. Además, ya hay poquísimos dictámenes de educación especial, casi ninguno.

Cuanto más tiempo se tarde en derogar esta ley, más difícil y más tiempo costará volver otra vez al modelo anterior

La ley da un plazo de 10 años para este cambio. ¿Hay vuelta atrás?Va a ser una muerte lenta, pero yo espero que el próximo gobierno modifique la ley. Nosotros pedimos que se derogue, a menos en cuanto a lo que concierne a la educación especial. En este año de elecciones no sabemos si habrá cambio de Gobierno. Parece que Vox y el Partido Popular van a favor de la educación especial, pero vamos a ver qué hacen si gobiernan. Además, algo fundamental para que no se derogue esta ley es que el CERMI está a favor de que desaparezcan las escuelas de educación especial. No obstante, el Gobierno tiene que ser valiente porque no vamos a cesar en reivindicar el derecho que tienen estos niños y padres. Eso sí, hay que tener en cuenta que, cuanto más tiempo se tarde en derogar esta ley, más difícil y más tiempo costará volver otra vez al modelo anterior. 

Vuestro manifiesto ha sido apoyado ya por más de una veintena de entidades. ¿Cómo está siendo la acogida?Muy buena, estamos sumando cada vez más apoyos y esperamos que no solamente las entidades, escuelas, o AMPAS se sumen, sino que también lo hagan los padres de niños con discapacidad, de forma individual. Queremos conseguir los máximos apoyos posibles porque estamos en un país en el que muchas veces no se te da la razón por tenerla, sino por ser muchos. Cuando tienes la razón y no te la dan, como mínimo, hay que tener un altavoz para poder decir, como Miguel de Unamuno: "Venceréis, pero no convenceréis". Por eso, es tan importante que, de forma multitudinaria, la gente que crea que este manifiesto tiene todo el sentido nos apoye. 

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