Este sábado se difundió la noticia que muchos sectores políticos, incluidos en la izquierda, llevaban esperando meses: que el Gobierno ha decidido modificar la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como 'ley de solo sí es sí', para evitar el descrédito debido al goteo incesante de rebajas de penas a delincuentes sexuales que la norma ha propiciado.

Pero desde el mismo momento en el que surgió la información, que añadía que la decisión partía del lado socialista del gobierno de coalición, la parte de Unidas Podemos se puso a la defensiva, negando que hubiera acuerdo alguno para cambiar la ley. Y este domingo, la principal responsable del texto, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha roto su silencio.

Montero ha marcado al PSOE cuáles son sus líneas rojas de cara a una posible reforma del texto: que el consentimiento "siga en el corazón del Código Penal", ha dicho en un acto de su partido en la isla canaria de Lanzarote. 

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A juicio de la ministra de Igualdad, "el PP ha ofrecido sus votos para volver al modelo anterior, a la distinción entre agresión y abuso. Vamos a proteger el corazón de la ley, lo vamos a hacer juntas y haremos lo que sea necesario para proteger a las mujeres y a los avances feministas frente a los que quieren aprovechar esta situación para hacernos retroceder después del mayor avance en materia de lucha contra las violencias machistas en los últimos 20 años".

Al igual que hicieron algunos de sus compañeros el sábado, Montero señaló hacia "sectores reaccionarios" como los autores de presiones para que se regrese a la anterior ley.

"Quieren que el resultado de esta alarma generada producto de las decisiones judiciales que están rebajando las penas termine en una vuelta al modelo anterior y que las mujeres tengamos que volver a demostrar que nos hemos resistido", dijo Montero.

La titular de Igualdad volvió a arremeter contra los jueces, a los que acusa de no aplicar la ley de forma correcta: "Los avances feministas necesitan de mucha pedagogía y que todo el mundo acepte que España está por encima de sus interés, sus opiniones o su voluntad a la hora de aplicar la ley".

La oferta del PP y lo que quiere el PSOE

En efecto, este sábado, el Partido Popular, por medio de su secretaria general, Cuca Gamarra, ofreció al PSOE un pacto en el que ponía a disposición sus votos en las Cortes Generales para que se pudiera llevar a cabo una modificación de la ley, que ha permitido la rebaja de condena de más de 250 delincuentes sexuales, sin necesidad de la intervención de Unidas Podemos.

En realidad, el Gobierno quiere dejar en manos de Igualdad esos retoques, con la supervisión de la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, pero en cualquier caso, se trata casi más de un gesto de cara a la galería que de una medida efectiva para evitar más rebajas de penas.

De hecho, el Gobierno es consciente de que a efectos prácticos nada cambiará, pero ante la proximidad de las elecciones locales y autonómicas del próximo 28 de mayo, y ante el descrédito del Ejecutivo con el incesante goteo de rebajas de penas y excarcelaciones, que han llegado incluso a despertar cierta alarma social, Pedro Sánchez ha decidido que lo peor es no hacer nada y por eso quiere que se retoque la ley.

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Podemos, que antes de la aprobación de la ley desoyó los avisos del CGPJ de lo que iba a ocurrir (la propia ministra Irene Montero calificó las informaciones al respecto como "propaganda machista"), ha adoptado siempre una actitud de cero autocrítica y ha cargado contra el estamento judicial, al que ha acusado de interpretar la ley de unas maneras que "distan de la voluntad del legislativo y del ejecutivo", como este mismo viernes dijo la número dos de Igualdad, Ángela Rodríguez 'Pam'.

No en vano, la 'ley de solo sí es sí' es la norma estrella del ministerio más emblemático de la parte morada del gobierno de coalición, por lo que toda admisión de su fracaso podría interpretarse como un síntoma de debilidad del partido, no solo ante los comicios, sino también ante Yolanda Díaz en las todavía inciertas negociaciones para el encaje de Podemos en la plataforma Sumar que impulsa la política gallega.