El 60% de los fijos discontinuos que no trabaja está buscando empleo

Imagen de archivo de un camarero atendiendo una terraza en Madrid.
Imagen de archivo de un camarero atendiendo una terraza en Madrid.
Jorge París
Imagen de archivo de un camarero atendiendo una terraza en Madrid.

Seis de cada diez trabajadores fijos discontinuos que no estaban trabajando en el último trimestre de 2022 estaban buscando empleo. Así lo comunicó este jueves el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, en la rueda de prensa de análisis de los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA)

De esta forma, Economía arroja algo de luz a la polémica sobre qué ocurre con este tipo de trabajadores cuando pasan a la inactividad. Sin embargo, la incógnita principal aún permanece. Todavía no hay ningún registro que refleje con precisión cuántas personas con este tipo de contratos están en esta situación de inactividad y búsqueda de empleo. Un dato que el Ministerio de Trabajo que comanda la vicepresidenta Yolanda Díaz se ha comprometido a divulgar próximamente.

El secretario de Estado precisó que, según los datos preliminares que maneja Economía, el efecto de los fijos discontinuos "no ha sido un elemento diferencial" en la subida del paro registrado en el cuarto trimestre que refleja la EPA. En concreto, el desempleo aumentó 43.800 personas en el trimestre final del año en comparación con el anterior. Un incremento que se produce en un contexto de estancamiento económico.

García destacó también que el INE no ha cambiado los criterios con los que se computa a los trabajadores fijos discontinuos en la EPA. Una estadística que, a diferencia de los datos que proporciona mensualmente el Ministerio de Trabajo, sí incluye a los fijos discontinuos como parados en los periodos en los que estos no tienen actividad, aunque no precisa cuántos cumplen esta condición.

La ausencia de datos dificulta conocer cuántas personas con contratos fijos discontinuos que actualmente no trabajan están buscando empleo. Antes de que la reforma laboral entrara en vigor el año pasado, esta cuestión no era un problema, pues este tipo de contratos eran minoritarios. Sin embargo, tras la entrada en funcionamiento de la nueva norma, la cantidad de contratos de este tipo que se han firmado se ha multiplicado por nueve. En todo caso, la proporción de trabajadores en activo con este tipo de contrato sigue siendo baja, en torno al 3,4% de toda la fuerza laboral ocupada en el cuarto trimestre, según la EPA.

Centros de investigación como Fedea o BBVA Research han reclamado en varias ocasiones al Ministerio de Trabajo que publique esta información para facilitar el análisis. Una demanda a la que se han unido recientemente los sindicatos, que, en todo caso, matizan que los fijos discontinuos representan "una minoría muy importante" de los contratos indefinidos. 

El departamento que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz ya ha anunciado públicamente que está trabajando para difundir la cifra exacta de fijos discontinuos inactivos que están inscritos como demandantes de empleo. Hasta ahora, a estos trabajadores se les incluye en la categoría de "demandantes de empleo con relación laboral", un cajón en el que, por ejemplo, también se contabiliza a las personas en ERTE. En diciembre del año pasado había 622.184 personas incluidas en esta categoría, el doble de los que se registraban en el mismo mes de 2019.

Un colectivo difícil de detectar

Si bien la EPA arroja algo más de luz sobre la influencia que tiene este colectivo sobre el paro total, lo cierto es que incluso esta encuesta -que mide con más precisión el desempleo que los registros de Trabajo- también tiene dificultades para medir a los fijos discontinuos.

Tal y como señala Fedea en su último Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, "no es sencillo registrar correctamente en cada momento la situación de actividad o inactividad de estos trabajadores, que suelen tener periodos de trabajo cortos e intermitentes, lo que hace que la medición de este colectivo sea un tanto incierta".

La alta intermitencia de estos trabajadores o el mero desconocimiento de su estatus laboral también arrojan dudas sobre su contabilización. "El problema de la EPA es que la gente no tiene muy clara su situación. Hay gente que es fija discontinua, le preguntan y al final parece que sale como parado cuando en realidad es un ocupado", señala Manuel Hidalgo, investigador en Esade.

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