Barcelona prohíbe las cocinas y los supermercados fantasma en su trama urbana

  • Las cocinas fantasma se podrán ubicar solo en Zona Franca y separadas por 400 metros de distancia entre ellas.
  • Los bares y restaurantes con reparto a domicilio tendrán que dar espacio de descanso a los 'riders'. 
Interior de una 'cocina fantasma'.
Interior de una 'cocina fantasma'.
BOOH!
Interior de una 'cocina fantasma'.

El gobierno barcelonés ya puso el primer coto a las cocinas industriales fantasmas o 'dark kitchens' dentro de las calles de la ciudad en marzo del año pasado, y aseguró que solo permitiría este tipo de negocios pensados exclusivamente para el reparto a domicilio en zonas industriales. Ahora, tras un proceso de participación, se ha presentado la propuesta definitiva de regulación de estas actividades económicas, desterrándolas de la trama urbana y ciñéndola a la Zona Franca.

Este viernes, el Ayuntamiento ha explicado que a finales de enero aprobará la nueva normativa del Plan de Usos que desterrará estas cocinas industriales de los barrios (actualmente no hay ninguna abierta y las dos que querían implantarse en la calle Puigcerdà de Sant Martí y en la calle Felipe de Paz de Les Corts ya no podrán hacerlo, es decir, no podrán pedir licencia de actividad aunque sí que tenían la de obras) y únicamente dará permiso para ubicarlas en la Zona Franca y separadas por 400 metros entre si (distancia equivalente a tres manzanas del Eixample).

El Consistorio, además, va más allá con la nueva legislación y elimina igualmente de las calles los 21 supermercados fantasmas que operan. De forma inmediata a la aprobación de la nueva normativa en el Pleno del próximo 27 de enero, estos negocios tendrán que reconvertirse en supermercados de alimentación mayoristas o en minoristas, es decir, abiertos al público. En caso contrario, deberán bajar la persiana y ya no podrán operar como almacén alimentario con reparto a domicilio, una actividad que ejercían "alegalmente". 

Lo han explicado este viernes la regidora de Urbanismo, Janet Sanz, y la de Movilidad, Laia Bonet. Ambas han dejado claro que detrás de esta legislación municipal "pionera" está la intención de preservar el comercio de barrio y de proximidad y protegerlo contra estas actividades "depredadoras" y minimizar las molestias de cocinas y súpers fantasmas para vecinos, tanto por malos olores como por ruidos, riesgo de incendio y saturación del espacio público por la presencia de los repartidores y de sus vehículos en las aceras entre repartos.

En esta prohibición no entran, ha explicado Sanz, "muchas otras actividades con reparto a domicilio, como la que realizan los mercados municipales de la ciudad, que está regulada como un servicio complementario". 

Bares y restaurantes tendrán que pedir permiso de reparto

El nuevo Plan de Usos a punto de aprobarse contempla la regulación del reparto a domicilio de bares y restaurantes, que tendrán un plazo de dos años pera pedir un permiso para ejercer esta actividad y cumplir, asimismo, con algunas condiciones. Una vez aprobado, el Consistorio iniciará la respectiva actividad inspectora e informativa, ha dicho la teniente de alcalde Bonet.

Estos negocios tendrán que destinar, además, un mínimo del 40% de la superficie del local a uso público y de libre concurrencia (comedor para clientes) con el fin de evitar "cocinas industriales encubiertas". Del mismo modo, tendrán que permitir a los repartidores el acceos al local y a sus servicios (descansar, beber agua, usar los lavabos) para que así "no queden tirados en las calles como hasta ahora" y "preservando sus derechos laborales", ha explicado Sanz. 

La nueva reglamentación detallará que los locales a partir de 200 metros cuadrados de superficie deberán reservar un espacio físico dentro del mismo o compartido con otros equivalente a 10 metros cuadrados para los riders. A partir de los 300 metros cuadrados deberán ser 15 metros cuadrados reservados a los repartidores, 20 metros cuadrados a partir de los 400 metros cuadrados de local y, así, sucesivamente. 

Cocinas fantasmas en Zona Franca con limitaciones

Las 'dark kitchens' que pidan abrir en Zona Franca, de momento el Ayuntamiento no ha recibido ninguna petición, ha indicado Sanz este viernes, también tendrán restricciones. Además de estar separadas entre ellas por 400 metros de distancia tendrán que reservar a los repartidores o también conocidos como riders 10 metros cuadrados de área de descanso por cada 100 metros cuadrados de superficie. 

"Sentencia" al 'delivery', según el gremio de restauración 

El Gremi de Restauració de Barcelona ha "lamentado" este viernes que el Consistorio apruebe definitivamente un plan especial que obligará "a los restaurantes a partir de 200 metros cuadrados con reparto a domicilio a disponer de un espacio de espera para los riders". 

Argumenta que esta premisa parte "de un error manifiesto: que Barcelona no tiene un problema de acumulación de repartidores en las puertas de los establecimientos", como sí que han asegurado las tenientes de alcaldía Bonet y Sanz en sede municipal. 

Recuerda igualmente que el delivery ha supuesto especialmente desde la pandemia "un complemento que ayuda a completar la facturación" de los bares y restaurantes. 

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