La reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición, que ha entrado en vigor este jueves, ya tiene su primera consecuencia en relación al procés: la retirada de la acusación por ese ilícito penal al expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, huido en Bélgica desde 2017. Y ese movimiento del juez Pablo Llarena ha generado división en el grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, uno de los que impulsaron la reforma de la sedición: mientras su presidente y portavoz de En Comú -la rama catalana de Unidas Podemos-, Jaume Asens, lo considera "una buena noticia en términos antirrepresivos", Podemos asegura que Asens habla únicamente por sí mismo y no representa la opinión de todo el grupo.

El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos se expresó a través de dos mensajes de Twitter en los que celebró que el auto del juez Llarena retirando la acusación de sedición da, a su juicio, "la razón" a quienes prometieron que la reforma del Código Penal eliminaría la sedición y no la sustituiría por otro delito equivalente. "La sedición se ha derogado, no hay una sustitución por un nuevo delito", celebró Asens, que aseguró que "los desórdenes públicos agravados", el ilícito penal recién creado, "no se pueden aplicar a los acusados o condenados por sedición, como decían algunas voces de Junts y el PSOE".

"Queda trabajo por hacer, pero esta es una buena noticia en términos antirrepresivos", planteó Asens. Y en términos similares al dirigente, aunque de manera mucho más tibia, se expresó el secretario general del PCE, Enrique Santiago, que mostró su respeto a la decisión judicial y consideró "lógico" que no se aprecie delito de sedición tras la reforma del Código Penal porque ese tipo penal ha desaparecido del ordenamiento jurídico. Santiago se mostró confiado en que la situación "se normalice del todo en Cataluña" con el fin de que "todas las personas que no están en el país puedan estarlo lo más pronto posible".

Frente a estas reacciones, en Podemos, el principal partido de la coalición Unidas Podemos, la dirección guardó silencio. Ni el portavoz Pablo Echenique, ni la secretaria general, Ione Belarra, ni la número dos, Irene Montero, se refirieron a la decisión del juez Llarena, y fuentes de Podemos del grupo parlamentario aseguran que Asens "se representa a sí mismo" con sus declaraciones o, como mucho, a En Comú Podem, pero no al conjunto del espacio.

No es la primera vez que existen estas diferencias de criterio en el seno del grupo parlamentario de Unidas Podemos en torno a la reforma del Código Penal que se tramitó y aprobó a finales del año pasado. No obstante, hasta ahora las principales discrepancias habían surgido en torno a los cambios en el delito de malversación, que Podemos apoyó sin demasiado entusiasmo pero que Asens sí vio con mejores ojos.