Unidas Podemos se divide ante la reforma de la malversación que pide ERC y estudia el PSOE

La vicepresidenta Yolanda Díaz, el ministro Alberto Garzón y el portavoz Pablo Echenique.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, el ministro Alberto Garzón y el portavoz Pablo Echenique.
EFE
La vicepresidenta Yolanda Díaz, el ministro Alberto Garzón y el portavoz Pablo Echenique.

Primeras grietas en el seno del Gobierno y, más concretamente, en la coalición Unidas Podemos en relación a la posible reforma del delito de malversación de caudales públicos. Este martes, apenas un día después de que el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, expresara la buena disposición de la rama catalana de los morados a modificar este delito, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, matizó que el grupo parlamentario no tiene aún una posición común sobre la reforma de la malversación, y advirtió de que los morados no decidirán qué hacer hasta que no tenga una propuesta por escrito sobre la mesa.

A diferencia de lo ocurrido con la sedición, cuya reforma apoyan todos los partidos que forman parte de Unidas Podemos, la posibilidad de aprobar también un cambio en el delito de malversación ha resultado una cuestión espinosa, porque abriría la puerta a algunas consecuencias que, para Podemos, son inasumibles, como podría ser que se beneficiaran de la reforma algunos condenados por casos de corrupción. Por ello, el portavoz morado aseguró que el apoyo de Asens a rebajar las penas por ese delito a quienes no se enriquezcan personalmente es únicamente a título personal o, como mucho, como portavoz de En Comú Podem, y no representa a la totalidad de Unidas Podemos.

Para Podemos, el partido más grande de esa alianza, "así como la derogación de la sedición es claramente positiva", una "supuesta reforma del delito de malversación tiene aristas, como no se le puede escapar a nadie". La reforma de este tipo penal, dependiendo de su contenido, podría servir para reducir las penas de inhabilitación de los dirigentes independentistas condenados, que es lo que busca ERC. Pero, de rebote, también podría beneficiar a otros sentenciados por malversación como el expresidente andaluz José Antonio Griñán, y eso es lo que no gusta a Podemos.

En privado, fuentes del partido morado argumentan que una reforma de un delito como la malversación puede tener consecuencias muy inciertas, porque abriría la puerta a nuevas interpretaciones de los jueces a la hora de aplicar el nuevo tipo penal. Se trata de un discurso muy diferente al esgrimido el lunes por Asens, quien incluso no llegó a descartar que Unidas Podemos presentara una enmienda propia en el Congreso para modificar el delito de malversación junto a la reforma de la sedición planteada conjuntamente con el PSOE.

Las diferencias en torno a la malversación, no obstante, trascienden a Podemos y En Comú. Enrique Santiago, secretario general del PCE y uno de los hombres más cercanos a la vicepresidenta Yolanda Díaz, también se mostró este martes favorable a reformar el delito, y argumentó que, al igual que ocurre con la sedición, es necesario "adaptar otros tipos penales que tampoco están actualizados". Se trata, aseguró Santiago, de "adecuar el Código Penal español a los requerimientos de la justicia europea", y para ello, sostuvo, es necesario diferenciar entre el "manejo indebido, erróneo o inadecuado de recursos público" y el hecho de "robar" este dinero.

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