Ropa y calzado para facilitar a niños con discapacidad vestirse solos: "Es importante ajustarnos a su nivel de desarrollo"

Un niño junto a unas zapatillas de velcro
Las zapatillas de velcro pueden ser una opción para niños con discapacidad
FREEPIK
Un niño junto a unas zapatillas de velcro

Desde edades muy tempranas, un niño aprende a vestirse solo. Lo hace de forma natural, en un proceso esencial para el desarrollo de su autonomía. Pero para adquirir esta habilidad, a priori una tarea fácil para la mayoría, se deben desarrollar antes distintas destrezas. "El vestido, al igual que otras actividades, requiere la puesta en marcha de distintas destrezas: motoras gruesas y finas, perceptuales, de praxis, mentales y cognitivas. Sin olvidarnos del componente motivacional, el 'querer hacer y participar de forma activa", comenta Andrea Lasheras, terapeuta ocupacional.

Algunos niños presentan dificultades para aprender a vestirse de forma autónoma, no solo por un problema en la adquisición de una de estas habilidades, sino porque tengan una discapacidad derivada de una enfermedad o trastorno que implique problemas para el desarrollo de muchas de ellas. "También hay casos más leves de niños que tienen dificultades de motricidad fina debido a problemas de motricidad gruesa y control postural, en la reactividad y percepción de estímulos sensoriales (especialmente táctiles) y, con frecuencia, problemas de praxis", señala la terapeuta ocupacional.

La motricidad fina, vital para el manejo de cierres

La motricidad fina, encargada de la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos, es responsable de acciones tan cotidianas como escribir, comer o vestirse. Implica habilidades como "la percepción de estímulos táctiles a través de los dedos y la mano, la coordinación óculo-motora, integración bilateral y uso de las dos manos de forma coordinada, la disociación de los segmentos del brazo y de los dedos, la estabilidad en la muñeca o la capacidad para formar presas, agarres y distintos tipos de pinza con los dedos".

En cuanto a la tarea del vestido, "la motricidad fina es un componente necesario, pero no esencial en la mayor parte de las acciones que implica, salvo en el caso del manejo de cierres". Por tanto, explica la terapeuta ocupacional, "si el niño solo tiene problemas de motricidad fina, es muy posible que consiga realizar la mayor parte de las tareas del vestido, aunque le costará mucho el abotonado, hacer nudos y lazos o abrocharse la cremallera".

El simple acto de subir una cremallera, desabrochar un botón o atar unos cordones puede suponer un auténtico reto para niños con discapacidad. "Frecuentemente, el manejo de distintos tipos de cierres suele ser lo más complicado para los niños que vemos en terapia", señala Lasheras. No obstante, la dificultad para llevar a cabo esta acción, explica, "no solo suele estar asociada a dificultades de motricidad fina sino, con mayor importancia, a dificultades de integración y coordinación motora bilateral, es decir, a la habilidad de utilizar ambas manos de forma coordinada y colaborativa".

Debido a que el vestido está presente en el día a día de cualquier persona, es esencial la estimulación en niños que presentan dificultades en la adquisición de esta habilidad. Los terapeutas ocupacionales trabajan de forma multidisciplinar con otros profesionales: "En algunos casos, no podríamos trabajar sin un logopeda que nos ayude a comunicarnos de alguna forma; tampoco sin la ayuda del psicólogo o el neuropsicólogo que favorezca que el niño mantenga la atención o que se capaz de secuenciar una acción". Además, en casos de discapacidad motora, será imprescindible la labor del fisioterapeuta para "mantener el control del tronco o realizar una extensión activa de él al ponerse una camiseta, o permitir ampliar el rango articular necesario en un brazo para poder realizar el movimiento".

Ropa adaptada al nivel de desarrollo del niño

Para favorecer la autonomía en el vestido, tanto en terapia como desde casa, la terapeuta ocupacional considera importante "ajustarnos en la medida de lo posible al nivel de desarrollo del niño, seleccionando prendas con las que necesite una ayuda mínima o nula". No obstante, también es primordial "ir buscando prendas que le permitan ir entrenando habilidades de forma progresiva, en pequeños pasos".

"En ocasiones, la perspectiva del adulto, sin querer, pierde de vista la realidad del niño y su nivel de desarrollo. Muchas veces, vemos a niños menores de 6 años con camisas de tela dura con botones pequeños. Es bastante difícil que puedan manejar esos botones ellos solos, teniendo en cuenta que, según los hitos del desarrollo, las habilidades manipulativas y, en especial, el desarrollo de la musculatura que nos permite realizar los movimientos más complejos del pulgar, no se consigue hasta los 6 o 7 años", explica Lasheras.

La terapeuta ocupacional recomienda utilizar prendas de ropa ligeramente amplias, de telas blandas y no muy rígidas, que permitan mayor libertad de movimiento y que contengan algún tipo de distintivo que permita identificar la parte de delante de detrás, "como un dibujo en la parte de delante, en el caso de las camisetas, o un cordón o cierre fácil, en el caso de los pantalones".

En cuanto a los cierres, aconseja "botones de mayor tamaño, con ojales amplios" y asegura que "las cremalleras más fáciles suelen ser las de chaquetas tipo sudadera de algodón y, si queremos ir entrenando la habilidad poco a poco, podemos incluir camisetas deportivas o de invierno que incluyen una cremallera en el cuello". En abrigos, explica, "cuanto más largo sea, más suele costar enganchar la cremallera". Por ello, es recomendable que contengan "otro tipo de cierres, como corchetes o enganches". Además, señala, "si la tira de la cremallera es muy pequeña, siempre podemos añadir una ayuda extra como un cordón con un bolita, una goma de pelo o incluso un alambre limpiapipas".

Prendas suaves y sin costuras para hiperreactividad táctil

Por otro lado, existen niños con hiperreactividad táctil, es decir, que reaccionan de manera desmedida ante sensaciones que a la mayoría no nos incomodan. Estos niños pueden repeler determinadas prendas de ropa o telas: "Suelen rechazar prendas de ropa muy ajustadas y telas ásperas o muy duras porque les molestan y les resultan desagradables. También son niños que suelen mostrarse muy molestos con las etiquetas. En estos casos, lo más recomendable suelen ser prendas suaves de algodón y, por qué no, sin costuras y sin ningún tipo de etiqueta".

En definitiva, la terapeuta ocupacional considera que los padres y familiares deben ser "flexibles y respetar los deseos y gustos del niño". "Cómo nos vestimos tiene que ver mucho con nuestra personalidad e identidad, así que por qué no dejar que el niño pueda ir construyendo su propia identidad eligiendo qué ropa ponerse. Muchas veces, su elección nos dice mucho sobre sus capacidades, ya que, con bastante frecuencia, eligen prendas de ropa que pueden manejar y rechazan aquellas que les resultan difíciles".

Calzado sin cordones

El vestido no solo implica ponerse distintas prendas de ropa, sino que también conlleva calzarse y, en algunos casos, atarse los cordones. Una de las acciones que suele resultar más difícil para estos niños es la realización de nudos y lazadas. Para desarrollar esta destreza, deben realizar un "entrenamiento progresivo y desarrollar distintas habilidades que, en un desarrollo típico, los niños adquieren entre los 5 y 7 años". En niños con dificultades, si queremos fomentar su autonomía, es aconsejable que primero utilicen zapatillas que no requieran atar cordones, por ejemplo, de velcro

"Es importante que tengamos en cuenta que, para dar el salto de los velcros a los cordones, deberemos introducir antes pasos intermedios", señala. En este sentido, la terapeuta ocupacional destaca que "existen numerosas alternativas y calzados de todo tipo: botas con cremallera y un broche, por ejemplo, o multitud de cordones con adaptaciones". "Una opción bastante práctica son los cordones elásticos que no necesitan nudo, sino que se ajustan con una bola de las que se suelen poner en el cordón de las sudaderas. Para ajustar la bolita, debemos utilizar ambas manos, lo cual es un aspecto clave para poder manejar cordones".

Todas estas opciones son especialmente útiles para aquellas personas que, por sus dificultades, no lleguen nunca a aprender a atarse los cordones. En algunos casos sí podrán hacerlo y la terapeuta ocupacional trabajará esta habilidad en un proceso que comienza por "aprender a deshacer nudos, primero con cuerdas grandes o limpiapipas de alambres, puesto que son más fáciles de manipular y menos escurridizos que los cordones finos". "Otra cosa que ayuda es un cordón de cada color para identificar cual cruza", añade.

Además, subraya Lasheras, "hay que tener en cuenta que los niños deben realizar la acción dentro de su campo de visión, por lo que se empieza a practicar con la prenda o los cordones con un bastidor colocado encima de la mesa". "Es importante también que el niño esté sentado cuando empezamos a hacer nudos, porque esto disminuye los requisitos de control postural de la tarea. También ayuda decir cada paso en voz alta, a modo de autoinstrucciones, y repetir la secuencia siempre de la misma forma y con los mismos pasos", añade.

Dar espacio y tiempo al niño

En muchas ocasiones, por impaciencia o por el mero ajetreo del día a día, los padres pueden caer en realizar las tareas de vestido de sus hijos por ellos, algo que no favorece el desarrollo de su autonomía. "Tenemos que dar al niño el tiempo necesario para hacerlo. En el día a día hay momentos, como la hora de ir al colegio, en los que hay prisa, pero también otros en los que se pueden trabajar estas habilidades. No debemos hacer las cosas por ellos, sobre todo aquellas que ellos pueden hacer, porque les estamos quitando oportunidades de aprendizaje", afirma Lasheras.

La terapeuta ocupacional recomienda siempre "ayudarle, no hacerlo por él": "A veces, el niño puede hacer parte de la tarea y no toda. En esos casos, le dejamos hacer o le damos las indicaciones y apoyo necesario para hacer parte y nosotros hacemos lo que realmente no puede". Además, aconseja a los padres "distanciarse física y mentalmente del niño cuando está haciendo algo, incluso ponerse a realizar otra tarea, para dejarle a él que haga todo lo que pueda o que al menos lo intente". 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento