La Justicia francesa condenó este jueves al etarra Mikel Irastorza a 3 años, de los cuales 17 meses exentos de cumplimiento salvo en caso de reincidencia y, como ya estuvo entre rejas tras ser arrestado y luego con brazalete electrónico, no tendrá que volver a la cárcel.

Xantiana Cachenaut, la abogada de Irastorza -al que la policía española presentaba como el jefe de la banda al ser capturado en el País Vasco francés en noviembre de 2016- anunció este viernes que no recurrirán la sentencia, que pasará a ser definitiva siempre que la Fiscalía tampoco la recurra en un plazo de diez días.

Cachenaut explicó que estaban satisfechos con varios de los elementos de la decisión de la sala XVI del Tribunal Correccional de París, en particular porque no se alineó con la requisitoria del Ministerio Público, que había solicitado cinco años de prisión, con 40 meses exentos de cumplimiento.

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Los jueces tampoco le impusieron, como pedía la Fiscalía, una pena que le impidiera presentarse a unas elecciones durante diez años.

La defensa no pretendía que el donostiarra de 47 años quedara absuelto de los cargos por los que estaba encausado, y ante el tribunal hizo hincapié en que los elementos de prueba que lo vinculaban a la organización terrorista eran para un periodo muy breve y después de que ETA hubiera proclamado en 2011 el abandono del fin de la lucha armada.

Además, también insistió en que se tenía que tener en cuenta la situación política actual en el País Vasco.

La imputación cubría un periodo entre 2012 a 2016 y no incluyó en ningún momento el cargo de dirección de organización terrorista pese a que las autoridades en España lo habían presentado como el sucesor al frente de la banda de David Pla e Iratxe Sorzábal cuando ambos fueron capturados en septiembre de 2015 también en el País Vasco francés.

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Irastorza, que por su parte fue arrestado el 5 de noviembre de 2016 en la localidad de Ascain, donde le albergaba la pareja compuesta por Denise y Xabier Arin, no tiene otras causas abiertas ni en Francia ni en España, precisó su letrada.

Estuvo en prisión provisional hasta agosto de 2017 y tras salir de la cárcel tuvo que llevar durante unos meses un brazalete electrónico. Últimamente, su control judicial se había relajado, y se limitaba esencialmente a fichar en comisaría. Ha estado viviendo de nuevo en Ascain y trabaja como periodista en un medio abertzale.