Entrevista

María Luisa Segoviano, candidata al TC: "Quiero que la persona que presida el Constitucional sea la idónea para el puesto"

María Luisa Segoviano, nueva magistrada del Tribunal Constitucional.
María Luisa Segoviano, nueva magistrada del Tribunal Constitucional.
Mariscal / EFE
María Luisa Segoviano, nueva magistrada del Tribunal Constitucional.

María Luisa Segoviano (Valladolid, 1950) hizo historia al convertirse en 2020 en la primera mujer en presidir una Sala del Tribunal Supremo (TS). La magistrada, profundamente feminista, se jubiló hace 68 días, pero el compromiso con una carrera judicial en la que lleva casi 40 años ha hecho que vuelva a ponerse la toga para convertirse en candidata a integrar el Tribunal Constitucional (TC) gracias a su elección por unanimidad por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y contribuir, de esta manera, al desbloqueo del tribunal de garantías, que sumía a España en una importante crisis institucional. El pleno del TC decidirá hoy su idoneidad como aspirante junto a la de César Tolosa, también seleccionado por el CGPJ, y a las de Laura Díez y Juan Carlos Campo, propuestos por el Gobierno.

Hace poco más de dos meses que se jubiló y dejó de ser presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo. Vaya momento para volver del retiro...Bueno, como yo no estaba demasiado contenta en la jubilación, prefería estar activa, para mí ha sido fantástico. Ha sido el regalo de Navidad. No podía haber un regalo mejor.

¿Fue usted la que deseó postularse como candidata al Tribunal Constitucional (TC)? ¿Habló con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para manifestar su interés?Sí. yo hablé con el Consejo hace tiempo. Cuando se empezó a plantear que era el momento de renovar el Constitucional yo llamé al presidente del Consejo (Carlos Lesmes, entonces en funciones) para que tuviera en cuenta mi candidatura.

¿Se cierra ya la crisis institucional con sus nombramientos?Hay que ir paso a paso. Con estos nombramientos se cierra un aspecto yo diría que muy importante de esta difícil situación institucional. Del TC faltaba por renovar una tercera parte, que es mucho. Que hubiese que renovar a cuatro magistrados y que no se hiciese fue grave. Afortunadamente, esto ya se ha resuelto. Ahora solamente falta nombrar a una persona más para el TC. Un nombramiento que le corresponde al Senado. Confiemos en que, ya que se ha iniciado esta senda positiva, esto se plasme también en el último nombramiento. 

¿Ha podido dar el TC una mala imagen por la suspensión del trámite parlamentario para cambiar la forma en la que se renueve el propio tribunal?Ha sido una decisión polémica, pero tal decisión debe ser acatada. Veremos, ahora que se ha renovado el TC, si sigue o no adelante ese proyecto. Pero tenemos que esperar, hay que ser muy cautos.

Precisamente, fuentes del Gobierno ya han adelantado que la renovación del TC no implica que se desvíe de su hoja de ruta para presentar en el Congreso una proposición de ley que elimine la mayoría de tres quintos para nombrar a los magistrados. ¿Considera necesaria la modificación de la norma?Esperemos a ver si la mantiene o no. Si entiende que es mejor no exigir mayorías cualificadas para nombramientos de miembros del TC, no podemos olvidar que al final se votará la ley y será la mayoría parlamentaria la que decida.

¿Se han hecho daño mutuamente el poder legislativo y el poder judicial?Lo primero, quiero aclarar una cosa: ni el CGPJ ni el TC son poder judicial. El poder judicial son los jueces y magistrados que han accedido a la carrera judicial El CGPJ es el órgano administrativo de Gobierno de jueces y magistrados. No dicta sentencias, no dicta resoluciones judiciales . Y al TC, a pesar de estar formado por magistrados y dictar sentencias, nuestra Constitución lo excluye del poder judicial por el diseño que hace de él. El TC es un tribunal de garantías que controla la constitucionalidad de las leyes y, a través de recursos de amparo, si se han vulnerado o no derechos fundamentales, pero no forma parte del poder judicial. 

Los tribunales no son un buen lugar para solucionar conflictos políticos

¿Por qué entonces desde la política se ha repetido tanto la expresión ‘bloqueo al poder judicial’ cuando no se renovaba ni el TC ni el CGPJ?A ver, técnicamente no es bloqueo al poder judicial. Pero, indirectamente, hay unos efectos colaterales. Si no se renueva el CGPJ, como se impulsó (por el Gobierno) la ley en la que se decía que el CGPJ no renovado no podía hacer nombramientos discrecionales (la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial). Todos los nombramientos discrecionales están paralizados: presidentes de Audiencias Provinciales, presidente y magistrados del TS, presidentes del TSJ...

Y con el discurso político, ¿no se crea confusión? ¿Entiende que exista una percepción social de que es muy difícil diferenciar entre poder legislativo y poder judicial, y que se crea que se cruzan líneas constantemente?El tema no es fácil. Es muy técnico saber qué es y qué no es el poder judicial. El esquema lo tenemos todos: poder ejecutivo, judicial y legislativo independientes, que no tiene que preponderar uno sobre otro y actuar con total autonomía. Pero cuando aparecen estos órganos de difícil encaje en la separación de poderes es cuando surgen estas dudas. Se dice: ‘uy, cómo está el Poder Judicial’. No, no. El poder judicial está como siempre. La actuación del CGPJ no es actuación del poder judicial y la actuación del TC tampoco. Entonces, puede haber apariencia de choque entre poderes del Estado, pero en realidad no es así. Sí ha habido enfrentamientos o crisis entre instituciones, pero en ningún caso ha sido el poder judicial el protagonista de estos desencuentros. 

¿Ha mermado la crispación política la imparcialidad que debe presuponerse en los órganos?Yo creo que estos órganos actúan con imparcialidad, pero no pueden dejar de sustraerse a la situación política. La situación política, desafortunadamente, ha sido en los últimos meses de crispación entre los dos grandes partidos por antonomasia. Eso se transmite a la sociedad y a órganos que tienen que tomar decisiones muy delicadas. Algo (de esta crispación) se siente, pero esto no implica que no actúen con imparcialidad, como tiene que ser.  

¿Cree que cada vez más los partidos utilizan los tribunales para resolver conflictos políticos?Un conflicto político suele ser un conflicto de intereses, y los tribunales no resolvemos conflictos de intereses, sino jurídicos. No es buen sitio para buscar una solución. No es el sitio. 

Una de sus primeras misiones en el TC será la elección del nuevo presidente. Los mejores posicionados son Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer. ¿Le gustaría que fuera una mujer la que lo presida?Yo lo que quiero es que sea la persona más idónea, que a lo mejor me equivoco. No importa que sea hombre o mujer, sino una persona que encarne los valores óptimos para presidir un tribunal. Yo he presidido varias salas y sé que es muy importante la capacidad de gestión, de organización, de empatía con los miembros del tribunal para conseguir un ambiente distendido.

Quiero que la persona que presida el TC sea la idónea. No importa si es un hombre o una mujer

¿No sabe entonces a quién votará?No lo sé. Todavía no he llegado (al TC). No he podido ni contactar con mis compañeros. Cuando vea qué planteamientos y formas de abordar determinadas cuestiones hay, lo decidiré.

El TC está a punto de alcanzar un hito: contar con la mayor presencia femenina de su historia. Usted, que siempre ha alzado la voz contra la escasez de mujeres en la cúpula judicial, ¿lo considera un logro profesional?Es un logro para todas las mujeres que se vaya avanzando en el camino de la igualdad. Si no se consigue la igualdad real entre hombres y mujeres, y no se les da las mismas oportunidades que a ellos en cúpulas directivas, nos estamos perdiendo el talento de la mitad de la población. 

¿Hace falta más perspectiva de género en los tribunales?Sinceramente, me he llevado una sorpresa cuando he comenzado a ver normas fundamentalmente de Seguridad Social y de Derecho Laboral que cuando se analizan con la perspectiva de género ves que contienen una incidencia peyorativa para las mujeres. Hay que analizarlo todo porque no puedes decir: ‘La norma es igual para hombres y mujeres’. Porque lo cierto es que la incidencia puede ser negativa para ellas. Te pongo un ejemplo: Cuando se exige, para ascender en una empresa, que los trabajadores estén a jornada completa, indirectamente se perjudica a las mujeres porque en empresas grandes donde la mayor parte de trabajadores son mujeres jóvenes suelen tener jornadas a tiempo parcial porque tienen hijos pequeños y se ocupan de ellos. 

¿Confía en que durante presencia en el TC haya por fin sentencia sobre la ley del aborto de 2010?Desconozco por completo por qué lleva tanto tiempo parado este recurso. Pero creo que estos asuntos no pueden quedarse en un cajón.

¿Es partidaria de que se rebajen las penas a los presos por violación o abuso sexual que recurren su condena debido a la aplicación de la ley del ‘solo sí es sí’?Es un asunto muy complejo. En estos momentos prefiero no pronunciarme. Es un tema que tiene muchas aristas.

¿Está más desprotegido el Estado con la supresión del delito de sedición o era necesario reformarlo?Desprotegido no está. A ver cómo sale la reforme y qué figura delictiva se va a contemplar. Quizá sí que es cierto que, en ocasiones, hay que revisar ciertos tipos penales porque lo que hace un siglo se adaptaba a una determinada situación social, ahora no lo hace y hay que hacerlo más acorde con la realidad social. En realidad, eso es el derecho, ¿no? Ir regulando las situaciones atendiendo a las realidades sociales en las que se producen. 

¿Es una quimera la reforma de la Constitución, tantas veces planteada?De hecho, algún artículo ya se ha reformado. En alguna ocasión por imperativo europeo. Imposible no es. Lo que hay que hacer es no precipitarse. Las normas deben ser muy pensadas, muy meditadas y, técnicamente, deben estar bien hechas.

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