España rechaza la última propuesta de limitar el gas entre 160 y 200 euros en un Consejo de Energía que vuelve a terminar sin acuerdo

  • España considera "inasumible" el último texto de la Presidencia checa, que incluía un precio mínimo de 200 euros.
  • Alemania ha empezado la jornada abierta a negociar para negarse después a aceptar cualquier límite inferior a 200 €.
Teresa Ribera y las ministras de Transición Ecológica de Bélgica y Francia, este martes en el Consejo extraordinario de Energía.
Teresa Ribera y las ministras de Transición Ecológica de Bélgica y Francia, este martes en el Consejo extraordinario de Energía.
EFE
Teresa Ribera y las ministras de Transición Ecológica de Bélgica y Francia, este martes en el Consejo extraordinario de Energía.

Los países de la UE han vuelto a fracasar este martes en un nuevo intento de llegar a un acuerdo para limitar el precio del gas. España es uno de los países que se ha negado a apoyar la última propuesta que ha presentado la Presidencia Checa, un umbral de entre 160 y 200 euros MWh durante tres días y por 35 euros por encima del precio del gas natural licuado a partir del cual se activaría el mecanismo de corrección de precios y también un "suelo", es decir, un precio mínimo que la UE debería comprar el gas, también a 200 euros. 

Fuentes españolas han tachado de "inasumible" una propuesta sobre el umbral de precios que varió a lo largo de la jornada, de 220, a 200, y después a entre 200 y 160 euros. Así, el Consejo de Energía se ha clausurado una vez más sin acuerdo. Ahora el tope del gas podrá volver a la mesa de los jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo de este jueves y los ministros de Energía volverá a reunirse el lunes que viene, donde de nuevo apuestan por alcanzar un acuerdo. Es aquí donde quizá podría prosperar una ultimísima propuesta que ha planteado la Presidencia checa este martes para estudiar un umbral de entre 160 y 200 euros a partir del cual se activaría el mecanismo de corrección de precios. 

Precisamente esta cuestión, qué precio del gas debe permitirse antes de que la UE active el límite, es el principal asunto que queda pendiente porque los gobiernos siguen sin ponerse de acuerdo. En un lado están Alemania y Países Bajos, que temen que un tope demasiado bajo ahuyente a los productores, que prefieran vender su gas en otros mercados. Por otra parte, un bloque de 15 países que quiere un tope lo más bajo posible o que ni siquiera se fije un umbral, como es el caso de España. Según ha explicado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, España apuesta por que se fije un precio dinámico que se determinaría a partir de lo que se pague por el gas en distintos mercados más una "prima" para hacer a la UE un mercado atractivo para los productores. "El punto más sensible es si se necesita que el precio del gas haya alcanzado un umbral muy alto para poner en  marcha el mecanismo. Nosotros pensamos que no y otros que sí hace falta y que alcance un nivel muy elevado", ha indicado. 

El Consejo de Energía de nuevo ha fracasado para acordar un límite al precio del gas después de una jornada de negociaciones que realmente empezó anoche, a 27 países, a 15, a 17 y finalmente a nueve con la Comisión Europea y el Consejo. El presidente semestral y ministro checo de Industria, Jozef Síkela, ha puesto después sobre la mesa una última propuesta -un límite entre 160 y 200 euros- que España y otros países ha rechazado de plano.

"Estábamos a muy poquito de llegar a un acuerdo. Lo que ha faltado probablemente es estar dispuestos a asumir ciertos riesgos sin hacer más consultas y, por otra parte, quizá la idea de que estos cambios no están del todo equilibrados. Pero en unos días se puede resolverse todo esto", ha dicho Síkela, que ha vuelto a confiar en un acuerdo el lunes que viene. Si lo hay, también se desbloquearán los otros dos reglamentos que España y otros 14 países mantienen vetados hasta que no se ponga un límite al gas, para acelerar los permisos de proyectos de renovables y para formalizar la plataforma de compras conjuntas.

La infructuosa búsqueda del acuerdo ha terminado en un umbral que en lugar de fijar un umbral de 275 euros como planteó la Comisión hace unas semanas o de 220 como el propio Sikela había propuesto hace días, limitaría el precio del gas en la UE cuando este llegue a entre 160-200 MWh durante tres días. Además, este último borrador rechazado incorporaba una propuesta que a primera hora de la mañana, en una reunión informal antes de que empezara el Consejo mismo, había hecho el ministro de Alemania, Robert Habeck, para que la UE fijara no ya un precio máximo, sino uno mínimo al que está dispuesta a pagar el gas y que una mayoría de ministros habían rechazado. En el último documento este precio mínimo sería también de 200 euros.

Ribera en concreto ha rechazado este planteamiento y también el que Sikela ha hecho a última hora, de fijar un umbral entre 160 y 200, con la intención de cerrar el acuerdo el lunes. De momento, el último borrador no establece ninguna cifra y sobre ella deberán seguir negociando los Veintisiete.

"Nos parece que es un precio elevadísimo, no es una señal a los mercados de lo que consideraríamos inasumible, sino al que orientar la venta de gas y nos parece un error", ha incidido la vicepresidenta española, acerca de su convencimiento de que fijar un umbral a partir del cual la UE limite el precio del gas no hará más que elevar los precios hasta alcanzarlo.

Nada por encima de 200 euros, nada por debajo

A pesar de los avances -por ejemplo, tener en cuenta el precio del gas en distintos mercados para determinar cuál debería ser el límite en la UE- las posiciones han terminado igual de enfrentadas que siempre entre países que quieren actuar limitando el precio a un nivel bajo y quienes quieren dejarlo subir antes de actuar. En cifras, España y los otros 14 países no están dispuestos a aceptar nada por encima de 200 euros y Alemania nada que no supere esa cifra, han resumido fuentes diplomáticas al término de una reunión que empezó con cierta esperanza y que ha terminado con un nuevo fracaso ocho horas después.

En realidad, la jornada empezó mucho antes, la noche pasada. En los últimos días, los contactos entre los Gobiernos habían sido "intensos" y este lunes Ribera se mostró "extremadamente preocupada" por la última propuesta que estaba sobre la mesa, la de fijar un umbral de 220 euros MWh durante cinco días a partir del cual la UE activaría el mecanismo para limitar el precio.

Este tope era inferior a los 275 que planteó la Comisión Europea y que fue rechazado de forma general pero a ojos del Gobierno español todavía quedaba lejos de algo "aceptable". Al margen de los argumentos relativos a los riesgos de desabastecimiento que Alemania o Países Bajos llevan meses esgrimiendo para oponerse a un límite demasiado bajo que lleve a los productores a preferir vender su gas en otros mercados, Ribera criticó abiertamente otro motivo que subyace en el bloqueo al límite del gas: el hecho de que los operadores de energía de países como Alemania firmaron contratos de compra el pasado verano, con el gas en máximos históricos, y ahora quedarían en desventaja si la UE limita el precio por debajo del que ellos se comprometieron a pagar.

Todo esto lo dijo la vicepresidenta en Madrid antes de coger un avión hacia Bruselas, donde anoche mismo siguió negociando, ya en persona, con los otros 14 países que en noviembre se plantaron y vetaron el acuerdo sobre los reglamentos para acelerar los permisos de renovables y las compras conjuntas de gas en la UE, si antes no había un acuerdo para limitar su precio.

Según indican fuentes diplomáticas, anoche el bloque seguía robusto en esta posición y, a primera hora de este martes, los 15 ministros se volvieron a reunir para confirmar su posición. También invitaron a los ministros de Alemania y Países Bajos, Robert Habeck y Rob Jetten, y esta reunión a 17 países ya se convirtió en un foro de negociación que incluso tuvo que disolver Jozef Síkela, el presidente semestral del Consejo y ministro checo de Industria -su país forma parte del bloque de los 15- para que entraran en la sala del Consejo y pudiera dar inicio la conversación.

Para ese momento, sobre las 11.00 horas, las sensaciones eran de cierto optimismo. "El clima por la mañana era muy positivo, con muchos Estados miembros diciendo que querían llegar a un acuerdo esta noche", decía muchas horas después Sikela. Por la mañana el bloque de los 15 se había movido hacia una posición cercana a la que ha defendido España todo este tiempo, a un tope dinámico que tuviera en cuenta los precios con los que se comerciaba el gas en distintos mercados internacionales, aunque todavía quedaba por determinar qué era "un precio excesivo" o qué plazas comerciales se tendrían en cuenta.

Por la otra parte, fuentes al corriente de la negociación también vieron señales positivos por parte del ministro alemán, que dijo que debía consultar con Berlín, y el holandés, conjurado a conseguir un acuerdo este martes. Tan bien pintaba la negociación que el presidente del Consejo dio inicio a la reunión de los Veintisiete ministros con una ronda rápida de intervenciones para hacer después una pausa en la que Sikela y la comisaria, Kadris Simson, se reunieron con nueve ministros -de Alemania, Países Bajos, Francia, Bélgica, Rumanía, España, Italia, Grecia y Polonia- para intentar conformar un texto que fuera aceptado por todos.

Berlín vuelve a endurecer su postura

Ha sido en esta reunión, que se ha demorado varias horas más de lo previsto, donde han comprobado que la postura de Alemania había vuelto a endurecerse, tras la llamada que el ministro alemán ha hecho a Berlín. La idea que cunde en otra delegación es que el canciller, Olaf Scholz, calcula que tiene otras herramientas para ayudar a su industria que no pasen por poner un límite al gas que perjudicaría a los operadores de energía de su país, aunque sea a costa de la industria de otros países de la UE, que acusan el elevado precio del gas de los últimos meses,

"El origen del problema es la disponibilidad y el precio del gas y cómo afecta esto al precio de la electricidad, a la inflación, a la industria y a la pobreza energética", ha apuntado Ribera, que ha insistido en que "en España no hay problema de suministro de gas pero los ciudadano españoles sí se ven afectados por cómo evolucionan los precios del gas en toda la UE y que es importante que no siga subiendo solo en la UE y no en el resto del mundo" debido a que la UE no es capaz de lanzar un mensaje sobre el máximo al que está dispuesta a pagar el gas.

Esta señal deberá llegar el próximo lunes, si es que entonces los ministros de Energía alcanzan un acuerdo que llevan meses buscando en reuniones extraordinarias que de momento no han dado resultado. Se verá entonces si el checo Síkela puede descorchar finalmente la botella de champán como en noviembre prometió que haría este martes. "La última vez esperaba abrir una botella de champán para brindar por un acuerdo, pero parece que tenemos que dejarla en el frigorífico, todavía no está suficientemente fría".

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