El ruido en Ponzano, el puente de Vallecas y el VIH dejan los Presupuestos en segundo plano

El alcalde 'popular', José Luis Martínez-Almeida, durante el pleno de Cibeles de este martes.
El alcalde popular, José Luis Martínez-Almeida, durante el pleno de Cibeles de este martes.
Rafa Albarran | Ayuntamiento de Madrid.
El alcalde 'popular', José Luis Martínez-Almeida, durante el pleno de Cibeles de este martes.

El Pleno de Cibeles se celebra el último martes de cada mes, cuando los grupos municipales se dan cita en el salón del palacio homónimo para abordar los temas que más preocupan a los madrileños. Este martes de noviembre, la nueva normativa frente al ruido de Ponzano, el scalextric de Vallecas o la lucha contra el VIH han centrado la agenda. Aunque también se han colado en sus márgenes otros asuntos que poco tienen que ver con la ciudad de Madrid, como el anuncio de Igualdad que señala a Pablo Motos. Y han desaparecido cuestiones que en la última sesión coparon titulares, véase el supuesto pelotazo urbanístico en la Ermita del Santo

Lo que a estas alturas del año y con la importancia que se le presupone parece inaudito es que en Cibeles nadie hable ya de los presupuestos de Madrid para 2023. La gran hoja de Excel que establece qué se hace con los impuestos de los ciudadanos, a qué partidas se destinan, si se acometen  bajadas tributarias, se retira alguna tasa... Ni mu. En el pleno de este martes las dos únicas intervenciones al respecto han versado sobre todo menos negociar las Cuentas. La concejala del PSOE Emma López empleó sus minutos en el atril para despachar acerca de "los 7.000 millones" que tiene el Consistorio y que "no va a mejorar la vida de los madrileños en nada". Y su homóloga de Vox, Arantxa Cabello, preguntó por enésima vez a la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, por qué no se pueden aprobar a parte las Ordenanzas Fiscales, lo que puso a prueba los nervios de la máxima responsable del plan económico. 

"Siéntese con nosotros, negocien los presupuestos y hagan que tengan esa bajada de impuestos para el año que viene", explotó Hidalgo dando un golpe sobre la mesa.

El alcalde, por su parte, se limitó a hablar sobre los presupuestos en la rueda de prensa que habitualmente concede en el ecuatorial del pleno. Y fue para responder a una pregunta: ¿Los madrileños pueden dar por perdidos los Presupuestos? "Nosotros no damos por perdidos los presupuestos para el año que viene, vamos a seguir hablando con los grupos municipales y tratando de decirle al señor Smith que es un factura excesivamente alta que porque pueda ir en su coche por Gran Vía los madrileños paguemos 120 millones de euros más en impuestos". Escasos dos minutos de respuesta de José Luis Martínez-Almeida, que dejan entrever que no se ha avanzado mucho en la negociación.

Los concejales de pleno municipal en pie, a primera hora, para guardar un minuto de silencio en Cibeles.
Los concejales de pleno municipal en pie, a primera hora, para guardar un minuto de silencio en Cibeles.
Ayuntamiento de Madrid.

Es una foto fija desde hace más dos meses, antes incluso de que se presentara el proyecto presupuestario. El Grupo Mixto, con los que Almeida aprobó normativas claves de su mandato como el nuevo Madrid Central, la regulación de la terrazas o los últimos presupuestos, sufrió la escisión de Marta Higueras, perdiendo la mayoría que le volvía útil para sacar adelante nuevas iniciativas. Por tanto, esa vía ya no es transitable. Y Vox, socio de investidura de los populares hace no tanto, dibujó una línea roja para sentarse a hablar "legalmente imposible" de satisfacer por el alcalde: suspender las restricciones y multas a los vehículos con etiqueta A [los más contaminantes] hasta que los tribunales se pronuncien sobre los recursos que ellos mismo interpusieron. Del resto de grupos, Más Madrid y PSOE, el Gobierno municipal no podrá rascar nada, en las antípodas ideológicas, a menos de cinco meses para las elecciones. 

Pese a todo, el alcalde se niega a tirar la toalla. O por lo menos, ha hacerlo delante de las cámaras y los micrófonos. Aunque su último argumento para defender la mínima esperanza de que Ortega Smith acceda a negociar pruebe que la negociación está grogui. "Vox manifestó en declaraciones a un periódico de tirada nacional [el 18 de noviembre] que no querían derogar Madrid Central. Ortega es el portavoz, supongo que se hace responsable de lo que su grupo le dice a los medios, y no lo han desmentido. Si su gran obstáculo es derogar el Madrid Central de 'Carmeida', como él dice, y no quiere derogar, es que no hay obstáculo". Después de decir esto en el pleno, cedió en mitad de su turno la palabra al propio Ortega para salir de dudas. Y el exsecretario de Vox tiró al traste su razonamiento con un lacónico: "Sí queremos derogar Madrid Central".

Todo apunta a que el Gobierno municipal tendrá que prorrogar los presupuestos actuales, dejando caer algunos proyectos como la rebaja del IBI al mínimo legal, las obras en la plaza Benavente o Santa María de la Cabeza, los contratos de limpieza interbloques, la incorporación de más de 1.083 nuevos efectivos de Policía, Bomberos y Samur-Protección Civil o la colocación de cámaras de vigilancia en espacios como la Plaza Elíptica y del Dos de Mayo. Fue hace dos semanas cuando el regidor dio a conocer "ante la cerrazón" de los grupos a brindar su apoyo que Hacienda ya trabajaba en un "escenario de prórroga presupuestaria". Este martes no lo mencionado. Tampoco hacía falta. Será en el próximo pleno de Cibeles cuando se cierre el capítulo de los presupuestos, y salvo sorpresa mayúscula, no parece que acabe en final feliz para los de Almeida. 

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