La raza moderna del hovawart cumple, este año, un siglo exacto desde que algunos criadores ubicados en el macizo del Harz, la cordillera más alta al norte de Alemania, fundaron el Hovawart Club (en alemán Rassezuchtverein für Hovawart-Hunde Coburg), y que aún existe en la actualidad, con el objetivo de proteger a una antiquísima raza de perro guardián en esta región agrícola y rural. Podríamos decir que el intento llegó un poco tarde, dado que existían tan pocos ejemplares de ese tipo de perro, cuyo nombre era “hovewert”, tan solo una letra que las distinga, que debieron introducir pastores alemanes, leonberger, terranovas y kuvasz para regenerar la raza y crear nuevas líneas de sangre saludables.

Una vez más, las dos guerras mundiales afectaron severamente a esta raza y en 1948 se tuvo que repetir el proceso de recuperación ante el reducido número de ejemplares supervivientes.

El estándar del hovawart admite tres colores de manto: negro y fuego, negros o rubios.

Fuerte instinto protector y excelente trabajador

Expertos y convivientes con hovawart insisten en la necesidad de proporcionarles actividades, aun cuando se mantenga en un entorno puramente familiar. Es un perro con gran predisposición al entrenamiento, especialmente en actividades de olfato como búsqueda y rescate o deportes caninos de rastreo. Hablamos, por lo tanto, de unos perros que no son aptos para todo el mundo y requieren conocimientos previos de la raza y un compromiso para cubrir sus necesidades físicas de ejercicio. 

Desarrollan un fuerte vínculo con su unidad familiar más cercana, hacia la que mostrarán mucha protección y, por lo general, el hovawart puede presentar un comportamiento dominante hacia otros perros y ser muy desconfiado con personas ajenas a su entorno. Esto implica que requieren una sociabilización temprana para evitar problemas de conducta, y también se recomienda supervisión en la interacción con niños pequeños.

Gracias a las estrictas condiciones que Alemania ha exigido a sus criadores, pese a ser un perro de tamaño mediano-grande, su estado general de salud se considera muy bueno y la presencia de enfermedades hereditarias como la displasia de cadera es de las más bajas entre todas las razas caninas. En cuanto a su mantenimiento, carecen de subpelo y por lo tanto no exigen mucha frecuencia en los cepillados, salvo en épocas de muda estacional.

Para ampliar información sobre la raza y contactar con criadores, se puede acudir a la Federación Cinológica Internacional (FCI), al club mencionado al inicio del artículo o a la Federación Internacional de Hovawart, con sede en Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Sugerimos que se valore la adopción y hoy presentamos a Eddie, de tan solo 5 meses, que busca un hogar definitivo.

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