Sánchez y González lamentan el "triunfo del extremismo" tras romper el PP el pacto del CGPJ: "La Constitución se cumple de pe a pa"

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González.
EFE
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González.

La ruptura in extremis del pacto entre el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha sobrevolado este sábado la conmemoración del 40º aniversario de la victoria de Felipe González en 1982. El expresidente y el actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, han puesto el foco en los 'populares', que comunicaron su intención de "suspender" las conversaciones el jueves, lamentando que "haya triunfado el extremismo" y reclamándoles que la Constitución Española, que marca que la renovación del órgano judicial debe hacerse cada cinco años -y lleva casi cuatro bloqueado-, se ha de cumplir "de pe a pa".

"Siempre hemos cumplido con nuestras obligaciones, en el gobierno y en la oposición", ha lanzado Sánchez en el auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes), al que han acudido 4.000 asistentes. Entre ellos se encontraban diez ministros: María Jesús Montero (Hacienda), Fernando Grande-Marlaska (Interior), Pilar Llop (Justicia), Luis Planas (Agricultura); Teresa Ribera, (Transición Ecológica), Miquel Iceta (Cultura), Diana Morant (Ciencia), Isabel Rodríguez (Política Territorial) y Pilar Alegría (Educación). También Félix Bolaños, titular de Presidencia, al que el PP culpa de la ruptura al acusarle de "mentir".

En este sentido, el jefe del Ejecutivo ha declarado que el hecho de que "se incumpla" la Carta Magna "es la derrota de la moderación", algo que "deteriora la democracia y la convivencia". También Sánchez ha querido diferenciar al PP y al PSOE en esto, señalando que los socialistas forman un partido "libre de presión de cualquier grupo, por muy grande que este sea". "Esos poderes", de los que el presidente ya ha hablado antes aunque nunca ha concretado de quién o quiénes se trata, "tienen atrapados a otros partidos". En las filas socialistas está la convicción de la excusa dada por el PP para romper -la posible reforma de la sedición, un compromiso que el presidente hizo en su discurso de investidura- no es real y que detrás de la ruptura está una "corriente reaccionaria del poder económico, judicial y mediático que no quiere que haya un acuerdo".

En este sentido, González también ha arremetido contra el Partido Popular. En una referencia velada a Alberto Núñez Feijóo, presidente de los populares, ha asegurado que "si a alguien no le gusta una ley, tiene derecho a cambiarla". Eso sí, "lo que no tiene derecho es a incumplirla". De hecho, el expresidente ha ido más allá y ha acusado al PP de no darle estabilidad a la democracia: "Primero la cumples [la ley] y después propones que se cambie".

González pide darle "un repaso" a la fiscalidad

Como acostumbra, Felipe González ha dejado diferentes mensajes en su intervención, que ha durado más de media hora. El primero, para el que fuera su vicepresidente y el hombre que levantó su mano el 28 de octubre de 1992 en el Palace para celebrar su victoria: Alfonso Guerra. El exvicepresidente, como la mayoría de barones, se ha ausentado del acto tras una semana en la que ha polemizado con la dirección federal del partido a cambio de su invitación. "Trato de buscar, y lamento no conseguirlo, a este personaje singular que levantaba mi mano en la ventana del (Hotel) Palace, que era Alfonso Guerra. Y lo quiero tener en esta mano", ha lanzado desde el atril.

No obstante, no se ha quedado ahí, puesto que también le ha pedido a la ministra darle "un repaso de arriba a abajo", en pleno debate fiscal entre el Gobierno y la oposición que también ha arrastrado a las comunidades autónomas a moverse en este sentido. También a esta carrera fiscal -"competencia fiscal a la baja", según la llama el Gobierno- se ha referido el expresidente, que ha asegurado que "la redistribución del ingreso sigue siendo injusta" y "genera desigualdad". Además, ha añadido que está a favor de la descentralización pero no de "descentrifugar".

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