El veto del PP a Victoria Rosell en el CGPJ y la insistencia de Podemos en incluirla generan otro escollo en la negociación para renovarlo

  • Los morados insisten oficialmente en que la jueza es su "candidata favorita", pero los populares la rechazan.
  • Sectores de Unidas Podemos abren la puerta a tener que buscar otro candidato, aunque priorizan a Rosell. 
Archivo - La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, durante una comparecencia institucional con motivo del último asesinato de una mujer a manos de su pareja en Granada, y otro crimen de
La magistrada y delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell.
EP
Archivo - La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, durante una comparecencia institucional con motivo del último asesinato de una mujer a manos de su pareja en Granada, y otro crimen de

La negociación reabierta entre el Gobierno y el PP para elegir un nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras casi cuatro años bloqueado por la negativa de los populares a renovarlo parece avanzar, pero no sin sobresaltos. A las puertas de que el Ejecutivo y el PP comiencen a definir qué personas ocuparán este órgano, un nombre amenaza con generar un obstáculo que dilate de nuevo las negociaciones: el de la magistrada Victoria Rosell, actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género y la apuesta de Unidas Podemos para ocupar uno de los dos asientos que, en principio, le corresponderían del nuevo CGPJ. 

El PP, después de meses planteando que no negociaría la renovación del órgano de gobierno de los jueces mientras en esas conversaciones estuviera presente Unidas Podemos, ahora sí se ha abierto a admitir la presencia de la formación morada en el nuevo CGPJ. No obstante, el partido que lidera Alberto Núñez Feijóo sigue oponiéndose a que Rosell acceda como vocal a la institución, algo que para Unidas Podemos resulta inadmisible porque, a su juicio, los populares carecen de cualquier legitimidad para imponer vetos a las propuestas de otros partidos.

En un contexto en el que la negociación, a diferencia de otras ocasiones, parece ir bien encaminada, el PP ha sido más sutil que antaño a la hora de mantener su negativa a la presencia de Rosell en el CGPJ. En lugar de mencionar directamente a la jueza, Feijóo aseguró este jueves que el acuerdo para renovar el CGPJ solo será posible si se cumple el "requisito de la despolitización", lo cual implicaría -según quiere el PP- dejar fuera a "cargos públicos o políticos", pese a que la ley no establece ninguna limitación en este sentido. Y Rosell es, desde 2020, delegada del Gobierno para la Violencia de Género, un puesto dependiente del Ministerio de Igualdad.

Unidas Podemos, por el contrario, ha asegurado públicamente por boca de su portavoz adjunto en el Congreso, Jaume Asens, que no piensa renunciar a su "candidata favorita", y mucho menos después del "calvario" que ha padecido con el exjuez Salvador Alba, que esta semana entró en prisión condenado precisamente por conspirar contra Rosell. "Se merecería estar ahí [en el CGPJ], y es "una de nuestras aspiraciones", apuntó Asens. Los morados siempre han tenido en muy buena estima profesional a la magistrada, pero además conseguir incluirla en el órgano de gobierno de los jueces les haría apuntarse un importante tanto simbólico.

En la dirección de Podemos existe la sensación de que el partido morado ya ha derribado una primera barrera consiguiendo que el PP se haya sentado a negociar sin la condición previa de excluirles. Pero sus dirigentes también insisten en que no aceptan vetos de los populares a ninguno de los nombres que planteen, tampoco al de Rosell, porque Podemos considera además que el argumento que plantea Feijóo para excluir a la jueza -que su nombramiento no serviría para "despolitizar" el CGPJ- no es más que otra excusa para torpedear los candidatos morados.

Dudas en Unidas Podemos

No obstante, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, no ha sido tan taxativa a la hora de defender la presencia de Rosell en el órgano como fue Asens. Este jueves, preguntada al respecto, Díaz se limitó a señalar que no va a desvelar el contenido de las negociaciones ni "en absoluto" a hablar de nombres, si bien también aseguró sentirse "optimista" con respecto a la posibilidad de que las negociaciones lleguen por fin a buen puerto. "Creo que saldrá adelante [el acuerdo] y cumpliremos con los mandatos constituciones", afirmó la vicepresidenta, que cargó contra el PP por el "bochorno" que supone que el CGPJ haya estado sin renovar casi cuatro años.

En esa línea, hay sectores de Unidas Podemos que no son tan tajantes como Asens y como la cúpula del partido morado a la hora de defender la elección de Rosell como vocal del órgano. En todo el espacio existe unanimidad en que la jueza sería la mejor vocal que podrían nominar, pero también es cierto que algunos dirigentes abren la puerta a tener que buscar otro candidato si el PP sigue cerrando la puerta y la buena marcha de la negociación se pone en peligro. 

El problema que explica estas dudas dentro de Unidas Podemos es que los morados son el actor más débil en estas conversaciones, porque PP y PSOE ya reúnen sin sus votos la mayoría de tres quintos requerida para renovar el CGPJ. Y, por ello, algunos sectores del espacio consideran que insistir demasiado con la candidatura de Rosell podría incluso hacer peligrar el acuerdo tácito para que Unidas Podemos cuente con dos asientos en el próximo órgano de gobierno de los jueces. No obstante, ningún dirigente se atreve a fecha de hoy a descartar ningún escenario, desde la ruptura de las conversaciones hasta que el PP termine transigiendo y aceptando a la jueza como parte del nuevo CGPJ.

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