Cuatro entierros, Ley de Memoria Histórica y últimas voluntades: claves en la exhumación de Primo de Rivera del Valle de los Caídos

José Antonio Primo de Rivera.
José Antonio Primo de Rivera.
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José Antonio Primo de Rivera.

Los herederos de Primo de Rivera hicieron pública este lunes su petición de exhumar los restos del fundador de Falange del Valle de los Caídos. A través de un comunicado, Fernando Primo de Rivera aseguró que ya habían comenzado con la tramitación antes de que el lugar donde descansa José Antonio se convirtiese en un cementerio civil por la recién aprobada Ley de Memoria Histórica. Así, cumplirían la última voluntad de Primo de Rivera.

La familia se ha adelantado al Gobierno para evitar la "exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles" y que el proceso permanezca dentro de la "estricta intimidad familiar". Esta rápida actuación de los sobrino nietos de Primo de Rivera podría entenderse como una estrategia para prevenir "un posible litigio con el Estado", según explica a 20minutos Gutmaro Gómez Bravo, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid.

La última voluntad de Primo de Rivera

El motivo de la exhumación de Primo de Rivera está directamente relacionado con su última voluntad, recogida en su testamento. En la primera cláusula, el fundador de Falange establece: "Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión católica, apostólica, romana que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz".

La Ley de Memoria Histórica, que se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial del Estado (BOE), prevé que el templo pase a ser un lugar de enterramiento civil, dejando de ser considerado "sagrado". Por este motivo, los descendientes de Primo de Rivera consideran que deben inhumar los restos de José Antonio en un cementerio católico, tal y como dejó escrito en su testamento.

Un lugar menos destacado en el Valle

El artículo 54.4 de la nueva ley obliga a reubicar cualquier resto mortal que ocupe un "lugar preeminente" en el Valle de los Caídos. Es por ello que, cumpliendo con este punto, los restos de José Antonio serían trasladados a un lugar menos destacado de Cuelgamuros con el resto de civiles que están enterrados en el lugar.

Una vez entre en vigor la norma, la ley recoge que en el lugar solamente podrán yacer las personas fallecidas "a consecuencia de la Guerra", algo que el fundador de Falange "históricamente sí cumpliría porque fue ejecutado en la guerra y trasladado posteriormente", explica, Gutmaro Gómez. "La diferencia frente al resto de casos es que aquí si hubo consulta a la familia y consentimiento", reconoce el experto en historia contemporánea.

A pesar de cumplir con los requisitos, y en contra de que se quede en un lugar menos destacado, los familiares de Primo de Rivera han decidido retirar los restos del falangista a un cementerio católico. "José Antonio seguirá manteniendo el sitio preeminente que le corresponde en la memoria de muchos españoles y no podrá ser objeto de más humillaciones", recoge el comunicado.

Cinco entierros en 85 años

Los restos de José Antonio Primo de Rivera todavía no han conseguido descansar. Desde su fusilamiento el 20 de noviembre de 1936, esta exhumación sería la cuarta que se llevaría a cabo. Inicialmente, el cuerpo fue enterrado en una fosa del cementerio alicantino de Nuestra Señora del Remedio.

En 1939, sus restos se trasladaron a pie desde Alicante por un cortejo de falangistas al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en Madrid. "Allí estuvo el dirigente fascista dos décadas, tratado con los honores de rey", explica el historiador Julián Casanova en su cuenta de Twitter.

Después, Primo de Rivera fue trasladado al Valle de los Caídos "a petición del propio Franco para la inauguración", explica el historiador. El 7 de marzo de 1959, el dictador escribió a Pilar y Miguel Primo de Rivera para ofrecerles la nueva basílica como "el lugar preferente que le corresponde entre nuestros gloriosos caídos", recoge Casanova en en tuit.

Desde ese momento, a finales de marzo de 1959, el cuerpo ha permanecido en un sepulcro habilitado a los pies del altar mayor de la cripta, bajo una losa de granito con la inscripción de "José Antonio", muy cerca de la que fue la tumba de Franco. Ahora, la familia ha pedido retirar los restos del Valle y llevárselo a un lugar que todavía no han dado a conocer públicamente. Este sería el quinto entierro "de su mal llamado eterno descanso", según sus descendientes.

La exhumación de Franco

En octubre de 2019, se llevó a cabo la exhumación de Franco, una decisión que había sido aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en enero del mismo año. El cuerpo embalsamado del dictador había sido enterrado en el mausoleo del Valle de los Caídos, donde también están enterradas unas 34.000 víctimas de la Guerra Civil en fosas comunes.

La Ley de Memoria Histórica recoge que el Valle de los Caídos "se consagre como un lugar destinado a honrar y rehabilitar la memoria de todos los fallecidos en la Guerra y la represión política posterior", y que se eviten actos de exaltación del franquismo. Por lo tanto, el caudillo no podría continuar descansando dentro del Valle de los Caídos.

Primo de Rivera sí es considerado una víctima de la guerra, por lo que podría continuar en el monumento histórico, aunque el Gobierno le ha ofrecido a la familia exhumar al falangista en la cripta de Cuelgamuros, un lugar menos honorífico.

A diferencia de José Antonio, el caudillo tuvo que abandonar el lugar. La familia, en un primer momento, pidió que fuera enterrado en la crípta de la Almudena, pero la petición fue rechazada por el Gobierno, al considerar que no debería estar en un lugar donde pueda ser ensalzado. Por ello, finalmente, fue inhumado en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo.

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