Reportaje

Las placas solares en edificios chocan con las trabas de las eléctricas: "Es desesperante, pero al final compensa"

Unos operarios instalan placas solares en un edificio de viviendas.
Unos operarios instalan placas solares en un edificio de viviendas.
Ecooo
Unos operarios instalan placas solares en un edificio de viviendas.

Fue una junta de propietarios bastante más tranquila de lo habitual. Solo un tercio de los vecinos tenía que dar el visto bueno a la instalación de las placas solares y el resultado fue bastante más holgado de lo necesario. 10 de las 16 viviendas se adhirieron al proyecto. Ningún voto en contra.

"No entró todo el mundo pero tampoco hubo mucha tensión", declara Guillermo Lozano, un consultor de 48 años y padre de familia numerosa, vecino de esta comunidad de Majadahonda, Madrid. "Es voluntario, realmente tú tienes que tomar dos decisiones: si apruebas que se instalen los paneles y si te metes tú". A las dos semanas, las placas solares estaban instaladas en las azoteas de los edificios.

Todo parecía estar desarrollándose con fluidez hasta ese momento. Siete meses después, un laberinto burocrático ha impedido que los vecinos vean reflejada su inversión en sus facturas. Los paneles siguen apagados a la espera de que la empresa energética encargada de la distribución de la electricidad realice el último trámite.

"Llevamos siete meses con la instalación lista para girar la llave, no lo hemos hecho porque esa energía no nos revertiría a nosotros"

Este último paso, que consiste básicamente en la tramitación de los nuevos contratos de cada uno de las viviendas del bloque, una formalidad sencilla y rápida en viviendas unifamiliares, pero que puede llegar a extenderse entre 6 y 12 meses en el caso de las instalaciones comunitarias. Además, y al contrario que en las instalaciones individuales, hasta que no culmina este procedimiento, los vecinos de los bloques de viviendas no perciben ningún ahorro en sus facturas.

"Llevamos siete meses con la instalación lista para girar la llave, no lo hemos hecho porque esa energía no nos revertiría a nosotros. Seguimos parados y estamos bastante, bastante molestos", declara Lozano. "No sabemos por qué, cada vez que llamamos al centro de atención especializado de Iberdrola la respuesta es absolutamente vaga".

Poco interés de las energéticas

Las instalaciones fotovoltaicas en viviendas unifamiliares empezaron a hacerse habituales en España a finales de 2018, cuando se puso fin al conocido como "impuesto al sol", un peaje que se aplicaba a la energía generada mediante el uso de paneles solares de más de 10 kW de potencia.

Este bloque de Majadahonda es uno de los pocos que ha dado el paso para instalar placas solares en su azotea en España hasta la fecha. Una instalación que logra ahorrar en torno a un 50% en las facturas de los vecinos, pero que sigue siendo mucho más escasa en bloques de apartamentos que en vivienda unifamiliares.

"Si realmente queremos lograr una transición ecológica en manos de la personas, el autoconsumo es fundamental, y para eso es imprescindible que no se desarrolle solo en vivienda unifamiliar, que es donde se está haciendo hasta ahora sobre todo, sino en el alrededor de 65% de viviendas que, en este país, están en edificios", declara Laura Feijóo, coordinadora del área de autoconsumo de la cooperativa Ecooo, una empresa que gestiona todas las fases de la instalación en viviendas unifamiliares y bloques.

La falsa percepción de que el proceso requiere un amplio consenso en las reuniones de vecinos -solo necesita un tercio de síes- y un desconocimiento sobre el precio y el retorno de la inversión -que suele rondar los 3.000 euros por apartamento y se recupera en unos cinco años- ha hecho que, hasta ahora, las placas solares no se vean de forma habitual en las azoteas de los edificios de las ciudades.

Usuarios y empresas del sector como Ecooo denuncian ahora que las grandes compañías energéticas, las mayores perjudicadas del autoconsumo eléctrico, están mostrando poco interés en agilizar las tramitaciones que culminan el proceso.

"Es un trámite mucho más largo de lo que debería ser, parece que hay un bloqueo sobre todo de las empresas distribuidoras que no son en absoluto lo ágiles que se espera de ellas", declara Laura Feijóo que ve como solución que las compañías "pongan a técnicos a trabajar en ello, que los formen y que pongan los recursos que sea necesario par que la tramitación sea mucho más rápida".

"Esto es el futuro"

El edificio donde vive Juan Peraita, un ingeniero de 39 años, en el barrio vitoriano de Adurtza, fue pionero en Euskadi y uno de los primeros en toda España en instalar una estación fotovoltaica comunitaria en su azotea.

A finales de 2020, los ocho propietarios votaron mayoritariamente a favor de la propuesta que había llevado a junta el propio Peraita y que había elaborado Ecooo. Posteriormente, los vecinos que decidieron formar parte del proyecto, volvieron a reunirse para acordar el coeficiente de reparto: porcentaje de la instalación corresponde a cada participante.

Una vez decididos estos detalles, se mandó la documentación a la distribuidora y tocó esperar.

"La instalación estaba lista en marzo y hasta agosto no empezamos a recibir facturas con descuento"

"Lo peor fue después el proceso de validación y de legalizar la propia instalación y cobrar la compensación de excedentes y todo el proceso de aprobación con la comercializadora", explica Peralta. "La instalación estaba lista en marzo y hasta agosto no empezamos a recibir facturas con descuento".

El acompañamiento de Ecooo, que advirtió a los vecinos sobre ese periodo de espera, ahorró frustraciones y, a pesar de el tedioso trámite final, el balance que hacen no puede ser más positivo. "Es desesperante, pero al final compensa", señala Peraita. "Estamos todos los vecinos súper contentos, el ahorro se nota desde la primera factura que llega y al final, en España, la mayoría de la gente vive en bloques así que este es el futuro".

Mayores sanciones a las energéticas

Desde el Gobierno se está apostando por agilizar el autoconsumo en un país que sigue muy por detrás en cuanto al peso de la energía solar en el total del mix energético -8,1%, en 2021- respecto a otros países europeos con muchas menos horas anuales de sol como Alemania o Francia.

Los fondos europeos han servido para dar un impulso mediante subvenciones a estas instalaciones que se entregan a posteriori, pero que, sin embargo, han ido mayoritariamente a parar a viviendas unifamiliares.

En el caso de los bloques de vivienda, recientemente se han endurecido las sanciones por incumplimiento de los plazos de respuesta de las distribuidoras, pero, según afirma Laura Feijóo, "la situación de poder de las distribuidoras es tan grande, que estos cambios no siempre tienen un efecto claro o inmediato".

"Esto, que podría dar muchísimo oxígeno a muchísimas familias más humildes, está siendo una tortura"

Entre tanto, en el bloque de Majadahonda, los vecinos han interpuesto ya una reclamación en el Ministerio de Industria ante la falta de una respuesta clara por parte de la distribuidora.

"Es una situación que hace insostenible el proyecto para los instaladores, porque no les vamos a pagar hasta que esto no esté aprobado, también para nosotros, porque es algo absolutamente incómodo, y encima estamos penalizando probablemente a la parte de la sociedad de menor poder adquisitivo, que son los que no tienen las viviendas unifamiliares", declara Lozano. "Esto, que podría dar muchísimo oxígeno a muchísimas familias más humildes, está siendo una tortura". 

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