Reportaje

En la oficina no se pagan horas extra: "Se da por hecho que te quedas y lo haces"

  • Casi la mitad de las horas extra que se realizan en España no son retribuidas ni compensadas por la empresa.
  • Los empleos de cuello blanco o de oficina, entre los que tienen un mayor porcentaje de horas extras que no se pagan.
Varias personas trabajan en una oficina en una imagen de archivo.
Varias personas trabajan en una oficina en una imagen de archivo.
EUROPA PRESS
Varias personas trabajan en una oficina en una imagen de archivo.
"Aproximadamente la mitad de las horas extra que se hacen en España no se pagan"
Wochit

Reunión de equipo. El informático llegaba, en sus propias palabras, "muy mosqueado del día anterior", cuando había tenido que trabajar hasta las 21:30 h a pesar de que su jornada debería haber terminado cuatro horas antes.

"Era uno de esos días que te pilla revirado y estás harto de que se rían de ti y se lo dije: 'Bueno, ¿Cómo nos vais a compensar las horas extras?'. Me respondió, simplemente, que no estaba planificado", declara Arturo -nombre ficticio- un periodista de 34 años que huyó del sector por la precariedad y decidió certificarse en el lenguaje de programación Java para aventurarse en el mundo de la informática.

El tono de la discusión por videollamada fue en aumento ante la atónita mirada del resto del equipo.

- "Yo quiero que se me compensen las horas", espetó Arturo.

- "Tomo nota", respondió su jefe, el responsable de proyecto de una empresa de consultoría informática.

- "Pues toma nota con buena letra, que no se te olvide, yo no voy a volver a hacer una hora extra, a las 17:30h acaba mi jornada y a esa hora me voy a ir, estén las cosas como estén".

"Te tratan como carne, entras, te trituran, sales y luego vuelven a coger al siguiente cacho de carne y lo trituran igualmente"

Se hizo un largo silencio. "No podía creer que estuviera pasando otra vez, que me fueran a despedir otra vez", recuerda ahora Arturo, que había sido despedido antes de otra consultora por negarse a hacer horas extra no remuneradas ni compensadas de ninguna forma, algo muy habitual en el sector.

Esta vez, Arturo, no fue despedido, quizás por su bajo sueldo, pero acabó abandonando él mismo al poco tiempo y, actualmente, ha optado por la siempre socorrida salida de preparar una oposición para funcionario del Estado: "Las consultoras de informática trabajan como cárnicas, las llaman así porque te tratan como carne, entras, te trituran, sales y luego vuelven a coger al siguiente cacho de carne y lo trituran igualmente".

Horas extra de "cuello blanco"

El número de horas extra no remuneradas ascendió en el segundo trimestre de este año a 3.272.800, el 49,3% del total de horas extras realizadas en ese periodo, incluyendo también las legales, es decir, las que sí son remuneradas, según datos recopilados en la Encuesta de Población Activa del INE.

"Cuando miras una serie histórica de las últimas décadas, aproximadamente la mitad de las horas extras que se hacen en este país no se pagan", declara Luis Zarapuz, economista del Gabinete Económico Confederal del sindicato CCOO. "El empresario obtiene los beneficios de esa producción pero no afloran ni en la parte de salarios ni en la parte de ingresos públicos, por lo que también tiene repercusión en el resto de la economía".

"Aproximadamente la mitad de las horas extras que se hacen en este país no se pagan"

Los sectores que tradicionalmente han acumulado un mayor de número de horas extras no remuneradas según la EPA son los sospechosos habituales: hostelería, comercio y educación. Sin embargo, en los últimos tiempos, otros sectores están repuntando en las estadísticas del INE como el de actividades profesionales, científicas y técnicas -el segundo que más horas extra no remuneradas acumuló en el segundo trimestre de este año-.

Si acudimos al porcentaje del total de horas extra que no se compensan de ninguna forma, afloran sectores inesperados: actividades inmobiliarias -100%-; actividades financieras y de seguros -89,4%- o información y comunicaciones -68,6%-.

"La preeminencia de horas extras no pagadas está más presente en sectores en los que es menos intensa la presencia sindical", explica Zarapuz. "Esto hace que no se ajusten al típico cliché de trabajadores muy precarios, sino que, si miras los datos por ocupación, el perfil que sale es el de cuello blanco, personal técnico, de dirección o cualificado". Empleos que tienen algo en común: su espacio de trabajo suele ser una oficina.

Los sectores de oficina cuentan entre los que tienen un mayor porcentaje de horas extras no remuneradas sobre el total.
Los sectores de oficina cuentan entre los que tienen un mayor porcentaje de horas extras no remuneradas sobre el total.
Carlos Gámez

"Que reviente todo, estoy harta"

Ana -nombre ficticio- tiene más de 50 años y ha pasado casi 30 trabajando como comercial en oficinas bancarias. "Esto de la prolongación de la jornada es un mal endémico, de toda la vida", se lamenta esta trabajadora que asegura tener que hacer horas extra sin remuneración prácticamente todos los días. "Una o dos horas al día salvo los viernes, excepto alguna semana que dices: 'esta semana me da igual si revienta todo, que reviente, estoy harta'".

Según asegura Ana, que ha trabajado en tres entidades distintas durante su carrera, la situación es similar en todas las empresas del sector y se ha agravado en los últimos años con los recortes de plantilla derivados de las fusiones y la digitalización del servicio.

"Esto se arreglaría si se contratara a más personal o si se autorizaran las horas extras para luego compensarlas otros días"

El caso de la banca es especialmente complejo porque la postura oficial de las empresas del sector es que las horas extra solo deben ser realizadas de forma extraordinaria y tienen que ser autorizadas previamente. Sin embargo, la realidad es que son rutinarias y se hacen mientras las entidades miran hacia otro lado.

"Pides autorización, no te la dan, pero te invitan a que las hagas con un: 'Bueno, tú sabrás'. O incluso llegan a decirte algunos jefes: 'Hombre, puedes irte a tu casa y desde allí te conectas'", declara Ana. "Esto se arreglaría si se contratara a más personal o si se autorizaran las horas extras para luego compensarlas otros días, porque, si no, acabas haciendo más horas, porque es una cuestión de servicio al cliente y supervivencia, pero no se refleja en ningún sitio".

Mentiras a los inspectores de Trabajo

A falta de control sindical, la solución para evitar el abuso de las horas extras no remuneradas es el propio Estado, a través de Inspección de Trabajo. Sin embargo, la tendencia de las últimas dos décadas es bastante regular, también desde la introducción del registro de jornada obligatoria, que no ha tenido ningún impacto visible en los datos de la EPA.

Ana asegura haber tenido conocimiento de que algunos compañeros mentían a los inspectores de trabajo que acudían a las oficinas y les encontraban fuera de su jornada laboral con excusas peregrinas como "me he dejado las llaves" o "pasaba por aquí".

"Se habla mucho de la hostelería en este tema, pero las oficinas son un problema y, desde que se ha introducido el teletrabajo, resulta mucho más difícil de controlar", declara María Mercedes Martínez Aso, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT).

"Se habla mucho de la hostelería en este tema, pero las oficinas son un problema"

"Se necesitan muchas circunstancias para poder probar que se hacen horas extra no remuneradas", añade la inspectora. "La primera que las propias personas trabajadoras, cuando son entrevistadas con la inspección, reconozcan la realidad de su jornada y, luego, que haya un sistema de registro de jornada fiable no manipulable y con posibilidad de acceso por parte de la inspección".

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció en mayo que su departamento creará "un nuevo algoritmo desde Inspección de Trabajo para fiscalizar las horas extra" y, sobre todo, perseguir las que no se remuneren, aunque Martínez Aso asegura que aún no ha sido implantado a nivel de calle.

La infracción de una empresa que esté haciendo trabajar a sus empleados horas extra sin remuneración ni compensación es considerada grave y acarrea una sanción de 751 euros a 7500 euros.

Cultura de empresa

Pocos testimonios hablan de una coerción directa para realizar horas extra no remuneradas. La presión es, generalmente, más sutil y se enmarca, en muchos casos en una suerte de "cultura empresarial" muy vinculada a determinados sectores donde todo el mundo sabe que las jornadas fijadas por convenio son meramente orientativas.

"Se da por hecho que te quedas y lo haces, forma parte de la cultura de la empresa, si no te quedas y no lo haces parece que molesta", declara Patricia -también nombre ficticio- una treintañera que trabajaba en el departamento de comunicación de una pequeña escuela de negocio.

Patricia, que estudió Periodismo, ha trabajado anteriormente en medios de comunicación y asegura que, a pesar de la fama del periodismo, en su sector actual, "se echan más horas que un reloj", también fuera de la oficina.

"En teoría, yo termino a las 6, pero en la práctica, si me llama un periodista por la tarde, me suelo quedar pendiente hasta las 9 de la noche"

"En teoría, yo termino a las 6, pero en la práctica, si me llama un periodista por la tarde, me suelo quedar pendiente hasta las 9 de la noche para pasarle el contacto y hacer un trabajo bien hecho", declara Patricia. "Para mi es diferente trabajar en la oficina que seguir enganchada al trabajo en mi casa o donde esté".

"De todas formas, ha habido un cambio en los últimos años porque ha entrado mucha gente nueva y la gente joven no lo ve igual", declara Patricia. "Ha habido un cambio con el tema del covid porque antes estabas tan metido en la bola que no se cuestionaba la gente cómo funcionaban las cosas y de un tiempo a esta parte hay un mayor cuestionamiento y hasta los superiores son conscientes".

Sin vida social

Irene -una vez más, nombre ficticio-, una joven veinteañera que se dedica a la publicidad, también ha tenido que hacer numerosas horas extra en varias de las empresas donde ha desarrollado su trabajo, pero ella ni siquiera era legalmente una trabajadora.

"Yo no tenía contrato de trabajo, sino con las prácticas de mi máster y cobraba unos 360 euros al mes", declara Irene, una de esas jóvenes no dispuestas a seguir aceptando esta cultura de la hora extra no remunerada con una fuerte implantación también en el mundo de la publicidad, donde los jefes le decían a las claras que "no hay horas extras, hay horas de más y no se pagan".

"Al principio, bien, me respetaban los horarios, pero luego empezaron con: 'Ay, ¿no te importa quedarte un par de horitas?'. Y, al final, es un continuo hasta tener que quedarte hasta las 2 de la mañana", relata esta joven, que asegura que durante meses apenas tuvo vida social: "A mi pareja era casi imposible que le viera, a mis amigos tampoco porque llegaba el finde y me quería morir, ni iba al gimnasio ni hacía nada".

El motor detrás de aceptar las horas extra sin quejarse e incluso de mentir a los inspectores, según todos los entrevistados es el mismo: el miedo a perder el trabajo. "En general nos quedábamos todos porque nos daba miedo que no nos renovaran", asegura Irene. Ella pudo encontrar una salida y, actualmente, trabaja en un rara avis en el sector de la publicidad: una empresa donde las horas extras existen… y se pagan.

Si quieres contactar con 20minutos o realizar alguna denuncia o alguna corrección sobre algún tema, puedes enviarnos un mail a zona20@20minutos.es. También puedes suscribirte a las newsletters de 20minutos para recibir cada día las noticias más destacadas o la edición impresa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento