Boom de inversión en ETF de pequeños ahorradores: qué son y por qué se pagan menos comisiones

Foto de archivo de calculadora.
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Adrián Amorín, country manager para España de Scalable Capital

Adrián Amorín

  • Country manager para España de Scalable Capital

En el mundo de las finanzas han irrumpido con fuerza unas siglas de las que últimamente todos los expertos hablan. No se trata de algo nuevo, pero sí de un producto de inversión que está marcando tendencia en la actualidad. Hablamos de los ETF, del inglés Exchange Traded Funds, o fondos de inversión cotizados.

Nacieron en 1990 en Canadá... y llegaron a España en 2006

Su historia se remonta a 1990, cuando la Bolsa de Toronto (Canadá) crea el primer ETF del mundo, y en 1993 se lanza el primero en Estados Unidos. A Europa llegan en 2000, de la mano de las Bolsas de Fráncfort (Alemania) y Londres (Reino Unido), y en España, los primeros datan de 2006, aunque es en los últimos dos años cuando están experimentando un crecimiento espectacular.

10 billones de dólares

Dólares estadounidenses.
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GTRES

En la última década, los activos gestionados por ETF se han multiplicado por ocho hasta superar los 10 billones de dólares en todo el mundo. La aparición de nuevas plataformas digitales de inversión está favoreciendo en gran medida su desarrollo, y poco a poco se van convirtiendo en la opción favorita de los pequeños inversores, sobre todo de los más jóvenes. Pero, ¿qué son realmente los ETF y qué los hace tan atractivos?

Cómo funcionan los ETF

Podríamos describirlos como un vehículo de inversión que se sitúa en la intersección entre el fondo de inversión convencional y las acciones que cotizan en bolsa, o que combina una parte de ambos. Es decir, son fondos que invierten en bonos o acciones, y que toman como referencia la evolución de un índice bursátil (como puede ser el IBEX 35, el Nasdaq, el S&P 500 o el MSCI World), replicando su comportamiento, pero se pueden comprar y vender al momento del mismo modo que las acciones.

Se trata de un producto de inversión pasiva, pues los ETF se indexan a los índices referenciados y dejan que su confianza en ellos haga el resto, frente a las inversiones activas, en las que el inversor selecciona de forma individual las empresas en las que desea invertir, comprando sus acciones. Sin embargo, como hay una amplia variedad de índices, es posible crear una cartera diversificada basada en necesidades combinando diferentes ETF. Es decir, con una selección activa de instrumentos de inversión pasiva, podemos seguir una amplia gama de estrategias de inversión para la acumulación de patrimonio.

Por qué están de moda: qué ventajas tienen

El hecho de “conectarse” a un índice de referencia facilita al pequeño ahorrador la posibilidad de invertir con menor esfuerzo, ya que no necesita hacer un análisis pormenorizado de empresas ni confiar en oráculos para decidir dónde depositar su dinero. Además, con los ETF las comisiones que paga son menores, precisamente porque el esfuerzo del bróker o gestor es más limitado, al no tener que seleccionar los títulos uno a uno.

En la inversión considerada activa, muchos gestores de fondos no solo examinan concienzudamente los balances, sino que también visitan las empresas in situ y hablan con los directivos.

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Imagen del Ibex 35.
Europa Press

Todo esto supone un gran esfuerzo y, por tanto, en muchos casos da lugar a carteras con poca variedad. En lugar de invertir en un puñado de empresas, los ETF permiten diversificar el riesgo con selecciones mucho más amplias basadas en reglas. Asimismo, quedan fuera de la ecuación el instinto y otras cuestiones emocionales que pueden interferir en las decisiones de inversión y hacer que el ahorrador tome un camino no recomendable.

Por último, con los ETF diversificados globalmente en los índices MSCI All Country o MSCI World, los pequeños inversores pueden aplicar de forma sencilla una estrategia de inversión internacional, algo que de otro modo sería mucho más costoso y difícil.

Cómo se construyen

Para elaborar un índice o un ETF se sigue un procedimiento sistemático, basado en reglas preestablecidas que determinan la estrategia de inversión a seguir, así como un estricto proceso de selección que va más allá de la evaluación de eventos futuros y trata de eliminar las trampas psicológicas que conlleva la selección individual de valores.

La inclusión de una empresa en un ETF no es el resultado de valoraciones subjetivas, sino de determinados datos clave, como la relación entre su valor bursátil y el valor de su balance. De la misma manera, se hace una ponderación entre las distintas regiones para que su peso sea acorde a su relevancia.

Actualmente hay más de 1.600 acciones solo en el índice MSCI World. Los ETF basados en este índice se consideran los best sellers de los fondos indexados. Sin embargo, solamente cuenta con acciones de empresas de países industrializados como Alemania, Francia o Estados Unidos. Las acciones de mercados emergentes como Brasil, Sudáfrica o China forman parte del índice MSCI Emerging Markets.

Cómo invertir en ETF

La forma más sencilla de invertir en el producto de inversión de moda, beneficiándose de la posibilidad de tener una cartera internacional bien diversificada sin preocuparse por la toma de decisiones, es hacerlo a través de una de las nuevas plataformas digitales de inversión que han surgido en los últimos años. Con estas plataformas no existe barrera de entrada respecto a precios, ya que con algunas de ellas es posible invertir en ETF mensual por menos de 1€ por operación.

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