"Voy a proponeros el estado de alarma. Ministro, ¿estáis preparados para asumirlo?": Las memorias de Salvador Illa sobre la covid

  • El exministro de Sanidad publica "El año de la pandemia", donde ensalza la labor de Simón y el apoyo de Sánchez.
  • Con un tono sosegado, ausencia de autocrítica y alejado del ajuste de cuentas, Illa solo carga las tintas contra Ayuso.
  • ESPECIAL | Las Actas de la Pandemia.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa.
El exministro de Sanidad, Salvador Illa, en su primer Consejo de Ministros, menos de dos meses antes de decretarse el estado de alarma por la Covid
Emilio Naranjo / EFE
El ministro de Sanidad, Salvador Illa.

"Voy a proponeros convocar el estado de alarma. Ministro Illa, ¿estáis preparados en el ministerio para asumirlo?". "Presidente, estamos a lo que se disponga". Era 13 de marzo de 2020 y este intercambio se producía entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa. Hacía apenas dos meses que había echado a andar el Gobierno de coalición y que el hoy líder del PSC había aterrizado en el Ministerio de Sanidad, con la advertencia de que, como a todo ministro de Sanidad, lo que le terminaría tumbando sería una crisis sanitaria. No ocurrió así, a pesar de que poco después le tocaría enfrentarse a la mayor de la historia: la pandemia por la Covid.

Casi tres años después de aquella escena -una reunión telemática con un reducido número de ministros-, Illa publica sus memorias -El año de la pandemia (Península)-, un relato sosegado sobre el frenesí de los primeros doce meses de una pandemia que empezó sin darle tiempo casi a saber cómo funcionaba el Ministerio de Sanidad, del que recibió la cartera en un acto muy concurrido, aunque él considera que fuera por que, en el mismo, también entraban al Gobierno Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Tampoco admite Illa que entonces no sabía mucho del Consejo Interterritorial de Sanidad -"no conocía mucho sobre este órgano, creo que ni yo ni muchos españoles", admite-. Era enero de 2020, ya se sabía de la existencia de un desconocido virus que provocaba graves neumonías en China y que se iba acercando a España para provocar la mayor sacudida sanitaria, social y económica que se recuerda. Aunque el estado de alarma no llegó hasta marzo, Illa desvela que ya a finales de febrero preguntó a su subsecretario, Alberto Herrera, si en España se podía hacer como en China. 

"¿Podemos confinar a la población y restringir movimientos?", le preguntó en un almuerzo en El Ateneo. De las tres opciones que se le presentó, el Gobierno optó por el estado de alarma varias semanas después, una vez que las comunidades habían ido decretando el cierre de colegios, cancelado festividades como las Fallas pero también permitiendo las manifestaciones por el 8-M o torneos deportivos y mítines políticos. También fue después del primer positivo en el Gobierno, el de Irene Montero, al que seguiría el de Carolina Darias, que le sucedió en Sanidad en enero de 2021. "Me impactó muchísimo, para mí fue un mazazo. Acababa de comprobar que nadie escapaba de su capacidad de contagio", recuerda sobre el contagio de la ministra de Igualdad.

Fernando Simón y Pedro Sánchez

Illa narra algunos de los capítulos clave del año que fue ministro de Sanidad a través de un detallado relato en el que Fernando Simón, el director del CCAES que pasó de icono pop a ser denostado, es una de las figuras principales. Simón firma el prólogo y recibe un reconocimiento firme por parte de Illa, al igual que el resto del equipo de Sanidad, al que agradece su intenso trabajo, y del que lamenta que recibieran tantas críticas. 

Otra persona a la que Illa expresa un afecto particular es al presidente  Sánchez. Con el presidente hablaba todos los días a las 10 de la noche, de la crisis financiera y de cómo se encontraba anímicamente un ministro que para entonces se había mudado al ala de invitados de Moncloa, alejado de su mujer y de su hija, en Barcelona. Junto a su jefe de gabinete, Víctor Francos, intentaban desconectar del día viendo nada menos que la serie Chernóbil, sobre el accidente en la central nuclear ucraniana.

Funerales y cierre total

Según su relato, Sánchez siguió siempre la opinión de los técnicos, de quienes se fio hasta para tomar las medidas más complicadas. La que más fue prohibir el 29 de marzo de 2020 los funerales y la despedida de los familiares fallecidos por Covid. Otra decisión difícil fue el cierre total de la actividad económica, con un permiso retribuido recuperable de 15 días en los alrededores de la Semana Santa de 2020 motivada por un artículo de The Lancet que alertaba del colapso de las UCI en solo dos semanas al ritmo de contagios que tenía España.

Illa hace un repaso de su gestión de la pandemia a lo largo de unos meses en los que recuerda cómo el cierre de filas político fue decayendo a medida que la situación sanitaria iba dando un respiro. Así se vio en el apoyo menguante en el Congreso a las progresivas prórrogas del primer estado de alarma y se desató, según sus memorias, en las posturas de los consejeros del PP en el Consejo Interterritorial. De carácter afable, el exministro recuerda la buena relación personal que forjó con los responsables sanitarios de Sanidad, con los que hablaba casi todos los días y con los que compartió todo tipo de desvelos por la pandemia. Aunque evita las críticas y el ajuste de cuentas, el hoy portavoz del PSC en el Parlament limita los pasajes más complejos al expresidente catalán, Quim Torra, con quien tuvo encontronazos a cuenta de las medidas en Cataluña y, sobre todo, con la Comunidad de Madrid. No con el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, sino con el gobierno regional, encabezado por Isabel Díaz Ayuso, especialmente cuando en mayo de 2020 la mitad del país pasó a la Fase 1 y el Gobierno central no lo permitía.

La tensión con Madrid siguió en aumento hasta que estalló en octubre de 2020, tras la cumbre Sánchez-Ayuso y a propósito del cierre perimetral en la Comunidad de Madrid. De nuevo, dice Illa que fue una decisión de Presidencia y no del consejero, de quien se queja que dejó de cogerle el teléfono en plena negociación para que la Comunidad accediera a cerrar los municipios de más de 500.000 habitantes.

Illa también dedica un apartado especial a hablar de los suministros y reconoce que, en momentos tan sensibles, hubiera quejas y dudas sobre la respuesta, pero dice no aceptar que "alguna autoridad autonómica"  denunciaba la llegada de material defectuoso distribuido por el ministerio y callaba cuando ocurría en su territorio. 

Despedida

Illa no llegó a ver como ministro la vacunación contra la Covid, que empezó de forma simbólica el 27 de diciembre de 2020 -"no pude evitar emocionarme cuando vi a Araceli, de 96 años, acercarse con el andador a la silla donde sería vacunada, cuando se santiguó mientras le inyectaban la dosis"- y se desplegó de verdad en enero de 2021, cuando él dejó el Gobierno. Pero en su libro sí refleja el inmenso interés que suscitó el desarrollo de las vacunas y la estrategia de vacunación, además de la decepción que le supuso no llegar a materializar una compra conjunta en la UE cuando hubo países que trataron de adelantarse. Poco después se crearía la Estrategia Europea de Vacunas que, en palabras de Illa, "nos salvó".

Las memorias terminan con el relato de Illa acerca de cómo dejó de ser ministro para convertirse en candidato del PSC a la Generalitat. Según cuenta, fue Miquel Iceta quien le hizo la propuesta, que recibió con sorpresa. En una conversación posterior con Sánchez, éste le dijo: "Salva, no es fácil relevar al ministro de Sanidad en esta situación. Solo si empieza el proceso de vacunación y entramos en el principio del final nos lo podemos plantear". Finalmente, el cambio se materializó e Illa entona un mea culpa por haberlo negado 24 horas antes de que se hiciera oficial, algo por lo que fue muy criticado. "Lo negué tres veces. Ese hecho me ha perseguido desde entonces".

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