Así es el extrovertido pixie-bob, un gato con la cola truncada y aspecto de gato montés

  • Los gatos con polidactilia son muy comunes en Estados Unidos, al tratarse de una mutación dominante.
Pixie-bob brown tabby.
Pixie-bob brown tabby.
20minutos
Pixie-bob brown tabby.

Era el año 1985 cuando una criadora estadounidense, Carol Ann Brewer, inició el programa de cría del pixie-bob, también escrito pixiebob. Había comprado a un matrimonio un gatito polidáctilo, es decir, con dedos extras en las garras delanteras y que además presentaba una cola corta. Un año después, adoptó a otro gato callejero inusualmente grande, también con cola corta, y que dio por hecho que podría tratarse de un híbrido con gato montés, algo que en principio no tiene por qué ser imposible. Este segundo gato se cruzó con la gata de una vecina y de la camada resultante, Carol Ann se quedó con una gatita, a la que llamó Pixie. Esta hembra fue la base del programa de cría.

El objetivo principal de su programa de reproducción era conservar las características de la polidactilia y el rabo corto, y parecerse estéticamente al bobcat (Lynx rufus o lince rojo) norteamericano. Debido a que introdujo en el programa un par de docenas de gatos de una población local de la Cordillera de las Cascadas, una conocida cadena montañosa en América del Norte, con gran presencia de gatos monteses, Carol Ann siempre estuvo convencida de que su nueva raza era un híbrido de lince rojo.

Pero aquí viene un curioso giro de guion porque en los estudios genéticos realizados al pixie-bob, no se ha encontrado ningún gen de gato montés. De modo que, contradiciendo la campaña de Carol Ann, esta raza es totalmente doméstica desde sus orígenes y la herencia del lince rojo es inexistente, tan solo se basa en su apariencia que, eso sí, logró acercar respetablemente a la especie salvaje. Comparten algunos rasgos como el penacho de la punta de las orejas, unos párpados pesados, que le otorgan una expresión de ojos caídos, y unas mejillas robustas y bien marcadas.

El pixiebob tiene una variedad de pelo semilargo y comparten estándar. El único color y patrón de manto admitido en la raza es brown tabby, tal como los gatos monteses, con puntos (spotted en lenguaje felino) tenues. El subpelo es denso en ambas variedades. Los ojos van desde el dorado de diferente intensidad hasta el verde, sin admitirse otra coloración.

Un gato vocal y sociable, con el síndrome Manx

Quienes conviven con un pixiebob dicen que son gatos muy activos, con gran demanda de ejercicio, y compatibles en la convivencia con otros animales y niños. También se advierte de que tienen fama de escapistas, por lo que se debe tener cuidado con puertas o ventanas.

La polidactilia de sus garras delanteras hacen que las patas sean grandes y carnosas. A rasgos generales es una raza sana, pero es importante señalar que la cola corta se debe a una mutación, presente también en otras razas felinas, y que puede llegar a desestabilizar la columna y afecta al sistema nervioso. En el caso del pixie-bob la longitud de la cola debe ser como mínimo de 5 centímetros, y ya disponemos de estudios, como este, que aclaran en qué alelo se produce la mutación y la relación de dicha alteración con las de otras razas felinas sin cola.

No existen criadores en España, pero sí en otros países de Europa. El pixie-bob está reconocido tan solo por tres asociaciones felinas, debido a las estrictas condiciones que ponen para la admisión de nuevas razas, y que en principio el pixie-bob no supera. Sea como fuere, en España tenemos delegación de Cat Fanciers Association, asociación que sí admite la raza.

Como cada semana, sin embargo, promovemos la adopción responsable de gatos que buscan un hogar.

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