95 años del primer vuelo Barcelona-Madrid: la ruta que sentó las bases del puente aéreo y que podría empezar a desaparecer

Imagen de archivo de un avión en pleno vuelo.
Imagen de archivo de un avión en pleno vuelo.
PIXABAY
Imagen de archivo de un avión en pleno vuelo.

El verano es una época de viajes por excelencia y son muchos los que eligen el avión para llegar hasta sus destinos vacacionales. Hoy es posible sobrevolar el Atlántico y llegar a una playa caribeña en menos de diez horas, pero hubo un tiempo en el que los vuelos de corto recorrido dentro de la península ibérica, tan cuestionados en la actualidad por sus contraindicaciones climáticas, eran un auténtico hito. Esta semana se han cumplido 95 años desde la fundación de Iberia, aerolínea que inauguró sus operaciones allá por 1927 con la ruta entre Barcelona y Madrid.

El primer vuelo entre la Ciudad Condal y la capital española tuvo lugar el 14 de diciembre de 1927, apenas ocho meses después de la creación del Consejo Superior de Aeronáutica y de la promulgación del Real Decreto Ley en el que se definían las bases para la construcción y explotación de aeropuertos nacionales. La envergadura del trayecto era tal que el propio rey Alfonso XIII se desplazó hasta el actual aeropuerto de Cuatro Vientos para ser testigo del aterrizaje del avión, un trimotor Rohrbach Roland. Sin embargo, no todo salió como estaba previsto. El aparato despegó con normalidad de Barcelona, pero tuvo que realizar una escala inesperada en los campos de Almazán (Soria) para evitar una tormenta.

Puede que cubrir en avión los casi 500 kilómetros que separan por aire Barcelona y Madrid no parezca hoy una gran hazaña, pero era un gran avance comparado con el primer vuelo realizado en la Península dieciséis años antes, un trayecto entre Ciudad Lineal y Carabanchel -actualmente dos distritos de Madrid- que supuso el inicio de la aviación en España. El responsable de este primer vuelo, realizado el 12 de marzo de 1911, fue Benito Loigorri Pimentel, el primer español en obtener el título de piloto, una licencia que consiguió en Francia.

Lejos quedan hoy las casi cuatro horas y las 163 pesetas que costaba aquel vuelo que estrenó la ruta entre Barcelona y Madrid en 1927, un trayecto que se convertiría en puente aéreo en 1974 por la elevada demanda de vuelos. Esta línea regular, cuyo trayecto dura actualmente menos de hora y media en ambos sentidos, se inició con un mediático abrazo entre el presidente de Iberia y el alcalde de Barcelona. "El presidente de las líneas españolas e ilustre exministro don Jesús Romero Gorría abraza al alcalde de Barcelona, don Enrique Masó, instantes después de que llegara a Barcelona, procedente de Madrid, el avión que inauguraba oficialmente el puente aéreo entre la capital de España y la Ciudad Condal", destacaba la portada de ABC el 5 de noviembre de 1974.

Este puente aéreo, potenciado tras las obras de mejora del aeropuerto de Barcelona con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, sigue siendo hoy en día uno de los más transitados. Solo Iberia ofrece de lunes a viernes hasta 26 vuelos diarios en cada sentido entre los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, y hasta 15 durante los fines de semana, con una frecuencia que llega a bajar de los 30 minutos en hora punta. Según datos de Aena, en lo que va de año, 679.288 pasajeros han utilizado esta ruta, una cifra que en 2019 superó los 2,5 millones.

¿Fin a los vuelos cortos?

Sin embargo, el puente aéreo está en el punto de mira desde que el Gobierno se marcara el año pasado como meta para 2050 la supresión de los vuelos cortos que tengan una alternativa en tren en menos de dos horas y media. Esta es una de las medidas comprendidas en el proyecto estratégico España 2050, un documento presentado hace un año que tiene como objetivo la modernización del país en los próximos treinta años. La Unión Europea también da prioridad en su Libro Blanco del Transporte al tren de alta velocidad frente el avión para las mismas conexiones, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes producidas por el sector del transporte.

El trayecto en tren entre Madrid y Barcelona dura, concretamente, dos horas y media, justo el límite marcado por el plan España 2050, por lo que no se sabe si podría verse afectado por la medida para reducir el impacto medioambiental de los viajes en avión, cuya puesta en marcha todavía no tiene fecha. Junto a esta propuesta, el Gobierno sugirió también introducir una tasa de "viajero frecuente" o establecer impuestos sobre los billetes de avión según la cercanía del destino.

Por su parte, el sector aéreo se ha pronunciado en contra de estas medidas. A principios de junio el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, aprovechó el anuncio de los primeros vuelos de largo recorrido con biocombustible para denunciar que la prohibición de vuelos cortos pondría trabas al avance en la sostenibilidad del sector, puesto que las pruebas para electrificar aviones se está realizando en aviones pequeños, en los que cubren las rutas de corto radio. "Nadie va a invertir en vuelos que se van a prohibir", afirmó Sánchez-Prieto.

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