Encuentran muerto al presunto líder de una secta sexual, el 'Tío Toni', en su celda

Imagen aérea de la masía en Vistabella (Castellón)
Imagen de la masía en Vistabella (Castellón), donde estaba instalada presuntamente la secta
EP
Imagen aérea de la masía en Vistabella (Castellón)

El líder de la secta sexual 'La Chaparra', Antonio G.L., conocido como el 'Tío Toni', ha muerto a los 64 años en el centro penitenciario de Castellón

El hallazgo del cadáver se ha producido durante el recuento de presos y todavía se están investigando las causas de la muerte. Aunque según han indicado a EFE fuentes de la Subdelegación del Gobierno este lunes, al parecer las primeras hipótesis apuntan a que habría sido una muerte natural.

La causa tendrá aún que ser determinada, aunque se desconoce si se le practicará la autopsia debido al deterioro de su salud, ya que usaba bombona de oxígeno, no se valía por sí mismo y realizaba continuas visitas médicas. Necesitaba silla de ruedas para desplazarse y se encontraba "muy deteriorado". 

El acusado de dirigir presuntamente una organización, que cometía abusos sexuales tanto a adultos como a menores de edad, se encontraba en prisión provisional. El detenido no quiso aportar información sobre el caso acogiéndose a su derecho a no declarar. Había sido enviado a prisión junto a otros dos miembros de la secta por la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Castellón, que acordó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por delitos de agresión y abuso sexual, trata de seres humanos con fines de dominación doméstica y sexual, y exhibición de pornografía a menores.  

Abusos sexuales

El líder presuntamente abusaba y agredía sexualmente sobre todo a chicas adolescentes desde los 15 o 16 años, en un principio con “aparatos sexuales” y “después con acceso carnal”. Estos actos se cometían en presencia de otros miembros de la organización y se grababan con el pretexto, según el medio, de que se “las debía iniciar en la sexualidad”.

Con los niños actuaba del mismo modo, así como también con las mujeres, cuyo consentimiento “habría estado viciado por la anulación volitiva que el inculpado ejercía sobre sus adeptos” y ocultando los actos a las parejas.

A los hombres les encargaba labores que les ocupaban mucho tiempo con el pretexto de ser necesario para el mantenimiento de la secta. Sin embargo, también agredía en ocasiones sexualmente a los hombres asegurando ser parte de “sesiones espirituales”.

12 liberados

La detección del líder de la secta se produjo el 6 de marzo, cuando la policía accedió a la masía en la que vivía junto a un grupo de personas, entre ellas menores de edad. En la misma operación fueron liberadas doce personas.

La operación se saldó con varias detenciones, entre ellas la del líder de la secta, conocido como un "sanador" que practicaba terapias alternativas.

La masía se encuentra a unos ocho kilómetros del casco urbano de la localidad de Vistabella del Maestrat, en el interior de Castellón, y sus vecinos se mostraron "extrañados", ya que no sabían lo que sucedía al ver el despliegue policial y "nadie se podía imaginar un asunto así", según relato a Efe el alcalde del municipio, Jordi Alcón.

Los habitantes de la masía, alguno de los cuales estaban empadronados en Vistabella, tenían un modo de vida "alternativo" y eran "bastante autosuficientes", ya que tenían tierras que cultivaban ellos mismos, y aunque ninguno de los menores acudía al colegio en esta localidad, otros sí lo hacían en otros centros educativos de la zona.

La Generalitat Valenciana asumió la tutela de dos de los menores de edad, que fueron liberados de la secta, después de que la jueza decretara la suspensión de la patria potestad. 

Una estancia penitenciaria breve y complicada

El 'Tío Toni' ingresó en el centro penitenciario en marzo, y pese a que su estancia fue corta, tuvieron complicaciones con él. Su reducida movilidad (iba en silla de ruedas) hacía que pasase mucho tiempo en la enfermería.

Pero el principal problema era su actitud, ya que desde que ingresó en prisión era "altivo" e "irrespetuoso" con el personal de la penitenciaria, quien lo calificaba de "maleducado". Sin embargo, fue cambiando con los días y estaba más predispuesto a colaborar, incluso hizo relación con otro preso que le ayudaba a desplazarse por la penitenciaria. 

Se estimó en la primera fase de la investigación que el acusado podría enfrentarse a una pena de hasta 80 años de cárcel por cometer diversos delitos de diferentes índoles.

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