El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se enzarzaron ayer en un cruce de acusaciones a distancia a causa del caso de escuchas y el cese de Paz Esteban como directora del CNI. El presidente del Gobierno habló ayer en la sesión de control en el Congreso de la destitución de Esteban, que calificó de "relevo", siguiendo los pasos de su ministra de Defensa, quien el martes la consideró como una "sustitución". Para Feijóo, en declaraciones desde Santiago de Compostela, esta actuación es "un paso más en una deriva sin retorno" que demuestra que Sánchez se está "autoinmolando".

Sánchez fue el primero ayer en elevar el tono en un bronco debate en el Congreso en el que justificó el cambio a los mandos del CNI por el "evidente fallo" en las comunicaciones del Ejecutivo, que permitió la intromisión de piratas informáticos a través del virus Pegasus en los terminales del presidente; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y la ministra de Defensa, Margarita Robles. A preguntas realizadas por PP y Cs por el espionaje, el presidente obvió las escuchas a los independentistas y se centró en el robo de información en su dispositivo y en el de miembros de su equipo.

Con todo, Sánchez sí quiso "reconocer" el trabajo de Esteban y de los 3.000 trabajadores de la inteligencia española, y justificó que su Ejecutivo "ha cumplido la ley". El tenso pleno continuó con el presidente volviendo a sacar a relucir casos de corrupción en los que se han visto envueltos los populares, nombrando específicamente la Kitchen, la presunta trama parapolicial bajo judicialización investigada por espiar a Luis Bárcenas, extesorero del PP. "Hoy no hay mangantes en el Gobierno y se cumple la Constitución", dijo.

Siete de cada diez españoles apoyaría que gobierne la lista más votada en las próximas elecciones

En la bancada de enfrente, la portavoz popular, Cuca Gamarra, consideró lo sucedido "la degradación absoluta de la política". El PP elevó así el tono contra el Gobierno y más aún lo hizo su líder, Alberto Núñez Feijóo, que contestó vía rueda de prensa en Santiago dibujando a un Pedro Sánchez "chantajeado" por sus socios independentistas. "España no merece un Gobierno que haya hecho de la crisis su estado natural, que niegue cualquier explicación a los españoles mientras se desvive en agasajar a los independentistas", manifestó con vehemencia.

El pronunciado esta mañana supone el discurso más agrio de Feijóo como líder de la oposición. Desde Génova se interpreta como una respuesta al apelativo de "mangantes" lanzado por Sánchez. "Estamos asistiendo en vivo y en directo a una autoinmolación del Gobierno que está dañando seriamente a España", subrayó Feijóo desde el cuartel general de los populares gallegos, para acabar dejando en duda las actuaciones del Gobierno en materia de seguridad, lo que, en su opinión granjea el descrédito internacional de España.

ERC se ausenta de la comparecencia de Bolaños

El que también tuvo ayer que dar explicaciones fue el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que comparecía a petición propia en la Comisión Constitucional para exponer el Plan Normativo del Gobierno para este año y que volvió a convertirse en un escenario para seguir debatiendo las escuchas y las consecuencias que han acarreado. Bolaños defendió la actuación del Gobierno y elogió al CNI, en un nuevo guiño a su homóloga de Defensa, Margarita Robles, tras las tiranteces que el espionaje hizo surgir entre ambos. Según indicó el ministro de la Presidencia, la inteligencia española "se dedica a salvar vidas calladamente" y actúa "con arreglo a derecho". Respecto a la destitución de Paz Esteban al frente del CNI, a quien sucede hoy Esperanza Casteleiro, Bolaños consideró que se abre "una nueva etapa con mayores garantías", ya que, matizó, "evidente" que el Ejecutivo ha sufrido un ciberespionaje.

Como había ocurrido por la mañana en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, la oposición no se quedó conforme con las explicaciones y le afeó que les tomara "por tontos", en una reunión en la que no hubo ningún representante de ERC.