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Cuando hay dos progenitores y solo uno puede cuidar al bebé: la lucha de Clara para aspirar a la misma baja que una familia monoparental

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Discapacidad y bajas por nacimiento de hijo
Clara y Alejandro, junto a su hijo Paris.
Jorge París
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Discapacidad y bajas por nacimiento de hijo
La lucha de Clara para aspirar a la misma baja que una familia monoparental
Wochit

Con apenas dos meses, el pequeño Paris se acomoda plácidamente en los brazos de su padre hasta quedarse dormido, ajeno a lo que sucede a su alrededor. Ajeno a los dos desconocidos que acaban de entrar en casa grabadora y cámara de fotos en mano. Ajeno a que sus progenitores se han propuesto luchar contra lo que consideran "una auténtica discriminación". Alejandro González y Clara Gonzalo han acudido a este diario para visibilizar una situación "que no figura en ningún lado" y si no se les escucha, no descartan recurrir a la vía judicial. 

"En la nueva Ley de Diversidad Familiar se contemplará que una familia monoparental pueda juntar el permiso de maternidad y el de paternidad. En el caso de que uno de los progenitores sea dependiente, ¿por qué no se otorga ese beneficio también? Es algo parecido porque al final el cuidador es solo uno. Aquí se suma que a mí también hay que atenderme", reivindica Clara, mientras se acerca hacia la mesa del salón en su silla de ruedas. Esta mujer de 38 años sufrió hipoxia al nacer a causa de una negligencia médica, lo que desencadenó en una parálisis cerebral. Desde 2001 tiene reconocida una discapacidad física del 85% que va de la mano del grado tres de dependencia, el máximo posible. Cuando su marido no está, siempre hay una persona con ella que la ayuda. 

Superando barreras, Clara acabó la carrera de Psicología y la de Económicas y estuvo trabajando de analista financiera, hasta que en 2015 le otorgaron una Incapacidad Permanente Absoluta por una luxación de cadera. Lejos de amedrentarse, ha seguido activa. Da charlas y cursos sobre gestión emocional e incluso durante el confinamiento domiciliario por el coronavirus ofreció apoyo psicológico a sus vecinos a través del teléfono. "Siempre intento aportar algo a la sociedad", comenta. Al no poder tener un contrato ni una pensión contributiva, ahora que ha sido madre no puede acogerse a una baja maternal y reivindica que Alejandro, que disfruta en estos momentos de su permiso paternal, pueda sumar después las semanas que le corresponderían a ella. 

"Si este Gobierno promulga la defensa de los derechos del menor y que esté con una persona de apego seguro el mayor tiempo posible, es injusto que en este caso ese tiempo solo vaya a ser de cuatro meses y medio. Aunque yo también sea un vínculo de apego seguro para mi hijo, siempre va a tener que haber un tercero que lo atienda. Por lo tanto nos parece que existe una discriminación hacia el pequeño, hacia la persona dependiente y hacia su cónyuge", clama esta mujer, que sostiene a su niño, pero para ello ha necesitado que se lo pongan en los brazos. Y le da el biberón mientras el padre lo sujeta. 

Este problema deja al descubierto la cantidad de cosas que siguen generando una exclusión de las personas con discapacidad

La pareja lleva desde antes del verano pasado intentando que la futura Ley de Diversidad Familiar y Apoyo a las Familias tenga en cuenta situaciones como la suya. Los socios de coalición han pactado tramitarla a partir de septiembre y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, apuntó el pasado jueves que, para las familias monoparentales, Unidas Podemos plantea 48 semanas de baja. El objetivo es que "puedan disfrutar de las mismas semanas que las biparentales en conjunto". La norma iría así en la línea de lo aprobado en el Congreso en marzo. La Cámara dio luz verde entonces a una proposición de ley del PP para aumentar a 26 semanas los permisos de los hogares con un solo progenitor, en su inmensa mayoría con una mujer al frente.  

Esa es una reivindicación que dichas familias llevan años planteando y que hasta el momento han tenido que batallar en los juzgados. Los tribunales les han venido dando la razón alegando que, en caso contrario, el menor se vería discriminado frente a quienes tienen dos padres y se conculcaría el derecho de igualdad que consagra la Convención sobre los Derechos del Niño.

El abogado Roberto Mangas se ha ocupado de varios de esos casos y Clara y Alejandro se han puesto en contacto con él para consultar si el suyo también tiene posibilidades de prosperar. "Presenta sus particularidades y es más complejo, pero a nivel procesal se puede intentar abordar de forma análoga. Tengo que estudiarlo bien, pero apelando al interés del menor, creo que se puede interponer una demanda", explica el letrado a 20minutos en una conversación telefónica

Después de que ni el ministerio de Belarra ni la Seguridad Social les hayan dado una respuesta, Clara y Alejandro están dispuestos a iniciar ese proceso judicial. Sería un caso inédito pero no único. Este matrimonio conoce a otros en las mismas circunstancias, pero hasta hoy el dilema no había trascendido del ámbito privado. "Tenemos que dar visibilidad a este problema porque no se está facilitando que una persona con un grado de discapacidad tan grande ser padre o madre. Deja al descubierto la cantidad de cosas que siguen generando una exclusión de las personas con discapacidad en la vida que se concibe como 'normal", defiende ella.

El 80% de las mujeres con parálisis cerebral presenta grandes necesidades de apoyo, según cálculos de la Confederación Aspace, lo que conduce a que requieran la presencia de una tercera persona las 24 horas del día. En este contexto, la entidad denuncia que muchas veces se ven despojadas de la posibilidad de ser madres, un ejercicio que, "en términos de igualdad, debería ser una realidad posible". "Desde el punto de vista legal, las mujeres con parálisis cerebral no cuentan con apoyos suficientes para el cuidado de sus hijos e hijas. Esto hace que, ellas mismas, en muchas ocasiones decidan no ser madres", continúa.

Desde la organización consideran que la pretensión de Clara "es adecuada". "Pero no para ser equiparada con las familias monomarentales o monoparentales, sino para que la previsión de permisos de maternidad y paternidad pueda ser transferible entre ambos sexos por situación de discapacidad y dependencia para el ejercicio del cuidado del menor y, en atención al interés superior de este, posibilitar que se desarrolle en términos corresponsables por esta unidad familiar diversa", afirman. 

Aspace agrega que "no sería la única medida necesaria": "Esta excepción se podría incorporar a un abanico de apoyos entre los que estaría, por ejemplo, la figura del asistente personal; pero también cuestiones vinculadas a ayuda económica, adaptaciones físicas, etc.". En definitiva, reclama que se faciliten todos los apoyos necesarios para que cada persona con parálisis cerebral viva de acuerdo con sus deseos y preferencias, posibilitando, entre otras opciones, la maternidad.

Alejandro tendría que incorporarse al trabajo en julio y el matrimonio es consciente de que una posible solución probablemente llegaría tarde para ellos. Pero abriría camino. "Aunque luego yo ya no pueda disfrutar de ese permiso, el hecho de que haya una sentencia que nos dé la razón y que alguien pueda utilizar después como antecedente ya sería un logro", concluye él mientras acaricia a Paris. El pequeño continúa ajeno a todo. Ajeno a que sus padres puedan llegar a ser los precursores de un nuevo derecho

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