La mascarilla pasa a la historia en España. Este complemento, uno de las medidas más icónicas de la pandemia por Covid-19, dejará de ser obligatorio para la mayor parte de la población este miércoles 20 de abril tras aprobarse la medida este martes en Consejo de Minsitros y se publique posteriormente en el BOE. 

Será dos años menos un mes después de que, nada más terminada la 'desescalada' desde el confinamiento total en la primavera de 2020, el decreto de "nueva normalidad" estableciera una primera obligación que se reforzó al año siguiente, en 2021, poco antes de que empezara un alivio que terminará definitivamente justo después de Semana Santa, siempre que un indeseable empeoramiento de la situación epidemiológica no lleve a más decisiones sobre la cuestión.

El Gobierno decreta el fin de la mascarilla pero la recomienda a mayores de 60, embarazadas, profesores vulnerables o reuniones familiares

Sin embargo, para la mayoría de la población y en la mayoría de las situaciones supondrá el fin de la mascarilla, una decisión que otros países de nuestro entorno ya tomaron hace semanas y que llega en España casi dos años después de la primera ley que la hizo obligatoria para la población mayor de seis años.

'Nueva normalidad' y multa de 100 euros

Dos meses después del inicio oficial de la pandemia, del confinamiento total de la población y de la carestía de mascarillas, el Gobierno aprobó en mayo de 2020 el decreto-ley de "nueva normalidad" que por primera vez hacía obligatorio su uso, toda vez que ya estaba asegurado su abastecimiento.

Aquella ley sentó las bases sobre las que se fundamentaron modificaciones posteriores, para endurecer o relajar su uso, y también dejó claro que la mascarilla era cosa del Gobierno central. Las decisiones relativas a su uso fueron aprobadas en el Consejo de Ministros, no en el Consejo Interterritorial con las comunidades, y hasta febrero de este año debieron pasar también por la convalidación del Congreso.

Nada más salir del confinamiento, la primera norma de aquella primavera de 2020 no fue la más dura, puesto que dictaba la obligación de llevar mascarilla al aire libre y espacios cerrados, pero siempre que tanto en unos como en otros no se pudiera guardar una distancia de seguridad de 1,5 metros.

Se establecía, eso sí, una multa de hasta 100 euros, una penalización que decayó cuando esta ley de nueva normalidad fue superada por el segundo decreto de alarma, que empezó en octubre de 2021. "El incumplimiento de la obligación de uso de mascarillas será considerado infracción leve a efectos de lo previsto en el artículo 57 de la Ley 33/2011, de 4 de octubre, y sancionado con multa de hasta cien euros", decía el texto.

Obligatoria en también en la playa

En marzo de 2021, recién salidos de la mortífera tercera ola de la Covid, el Gobierno aprobó una nueva norma sobre mascarillas, incluida en una nueva ley de medidas urgentes de prevención y contención de la Covid-19 que eliminó la excepción a la obligación de llevar mascarillas que regía desde el año anterior. A partir de entonces, la posibilidad de guardar una distancia de 1,5 metros no serviría ya para no tener que llevarla y se establecía su uso obligatorio con independencia de la distancia que se pudiera mantener.

Esta modificación dejó en evidencia los largos plazos que en ocasiones tiene el proceso de legislativo, puesto que tuvo que ser por medio de una enmienda del PSOE en el Senado a un real decreto en el que en principio no figuraban las mascarillas la forma en la que el Gobierno endureció el decreto de nueva normalidad de casi un año antes, que había sido demasiado permisivo porque eximía de su uso si se guardaba una distancia de seguridad de 1,5 metros que en la práctica pronto se vio que era difícil de respetar.

Sería obligatoria "en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público", dictó la ley de marzo de 2021. También en todos  los medios de transporte público, como previsiblemente seguirá siendo el caso más allá del 20 de abril puesto, que junto con hospitales y centros sociosanitarios, es una de las excepciones a la eliminación de las mascarillas.

También se mantenía el permiso para no llevarla puesta "en el caso de ejercicio de deporte individual al aire libre" o en situaciones "de necesidad" o por "la propia naturaleza de las actividades" la hicieran "incompatible".

Primer alivio al aire libre

La primera gran modificación del uso de las mascarillas llegó en el ecuador de sus casi dos años de historia. En junio de 2021,  presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció durante la clausura de la reunión del Cercle d'Economia que dejarían de ser obligatorias al aire libre, gracias al avanzado estado del proceso de vacunación contra la Covid. La decisión se materializó en un Consejo de Ministros convocado de forma extraordinaria solo para eso y también quedó claro entonces que la mascarilla pasaba a ser una cuestión política y, como se vio más adelante, en una cuestión siempre en la cartera del Gobierno ante la necesidad de tomar medidas o de dar buenas noticias. 

El 26 de junio de 2021 las mascarillas dejaron de ser obligatorias por la calle por primera vez, incluidos los patios de los colegios y las residencias de mayores, entre residentes y trabajadores, con al menos una cobertura de vacunación del 80%.

Paso atrás antes de Navidad

A pocos días de eliminar las mascarillas también en interiores, Darias no ha querido pronunciarse este miércoles sobre la posibilidad de tener que reintroducirlas si los datos epidemiológicos volvieran a empeorar. "Me gustaría ir paso a paso, hoy estamos con una noticia importante que significa que seguimos avanzando", ha dicho al término del Consejo Interterritorial en el que ha anunciado la fecha del 20 de abril.

Pero lo cierto es que hay un precedente. El pasado mes de diciembre, a las puertas de la Navidad y con los contagios disparados debido a la variante ómicron, la única medida que estimó oportuna el Gobierno para hacer frente a la sexta ola fue precisamente la de desandar el camino emprendido en junio de 2021 y volver a hacer obligatorio el uso de la mascarilla por la calle.

Así se lo anunció Sánchez a los presidentes autonómicos en una Conferencia de Presidentes, que vino precedida, eso sí, por la petición que en ese mismo sentido le habían hecho hasta siete comunidades. Eso no le libró de las críticas de ciudadanos, expertos y políticos de todo signo por la incoherencia de volver a obligar a la población a llevar mascarilla por la calle, al mismo tiempo que se les permitía, por ejemplo, quitársela para consumir en bares y restaurantes, a los que tanto el Gobierno central como las comunidades se negaron a poner de nuevo límites de aforo o de horario.

Aquel decreto de diciembre de 2021 tuvo una polémica votación en el Congreso porque para conseguir que fuera convalidado por los grupos que se oponían mayoritariamente a reintroducir la obligación de la mascarilla en exteriores, el Gobierno incluyó también la paga extra para compensar las pensiones con el IPC de 2021.

No volverá a ocurrir porque fue la última vez que las decisiones relacionada con las mascarillas pasaban por la aprobación del Congreso. A partir de entonces, ya no se regularían por decreto-ley, sino por real decreto, que solo requiere la aprobación del Consejo de Ministros.

De nuevo fuera de las calles

Esto es justo lo que ocurrió poco después, en cuanto se dio por superado el peligro de la variante ómicron. El 8 de febrero el Consejo de Ministros aprobó un primer real decreto sobre mascarillas para volver a levantar la obligación de llevarla al aire libre. Dos días después, el 10 de febrero, se tomaba esta decisión por segunda vez en menos de un año y ya solo quedaba la que se hará realidad el próximo 20 de abril, que las mascarillas desaparezcan prácticamente totalmente en los espacios cerrados y, con ellas, el símbolo más visible de la pandemia.