Roldán y los años locos de la 'corrupción a la española' con fondos reservados: "El poder y el dinero le obnubiló"

Cronología de la fuga de Luis Roldán.
Cronología de la fuga de Luis Roldán.
Henar de Pedro
Cronología de la fuga de Luis Roldán.
Cronología de la fuga de Luis Roldán.
Henar de Pedro

El 28 de febrero de 1995, un nombre sobrevolaba todas las conversaciones del español medio: Luis Roldán. "¡Han detenido a Roldán!", era la exclamación habitual ese día entre ciudadanos de toda clase y edad. Tal era la categoría de la noticia que llenaba los titulares de todos los medios de comunicación. El día empezó como un martes cualquiera, en la semana de Carnaval, pero acabó con el prófugo más buscado de España regresando tras casi un año de estrambótica huida de la justicia. Su caída también simbolizó el fin de los gobiernos de Felipe González.

Este jueves se conoció el fallecimiento de Roldán en un hospital de Zaragoza tras días ingresado. Ha muerto a los 78 años como un hombre más, salvo por el hecho de que hace doce años que salió de la cárcel de Zuera tras cumplir 15 años de los 31 a los que fue condenado por casi todos los delitos de corrupción posibles: malversación de fondos públicos, cohecho, fraude fiscal y estafa.

Se han escrito miles de artículos sobre Roldán. Su ascenso en el PSOE, su entrada en política como concejal y su meteórica escalada en cargos públicos que le llevó, primero, a ser delegado del Gobierno en Navarra y, posteriormente, como director general de la Guardia Civil, convirtiéndose en la primera persona que no pertenecía al Cuerpo en ocupar ese puesto.

Ocupó el cargo hasta 1993, dejando tras de sí un rosario de corruptelas que le llevaron a acumular una fortuna de aproximadamente 1.700 millones de pesetas (más de diez millones de euros) de lo que había cobrado de los fondos reservados y de comisiones ilegales por adjudicaciones para la construcción de cuarteles de la Guardia Civil y de cárceles, entre otros contratos.

Interior, "el Banco de España"

Roldán ha admitido sus delitos, pero también reconocía: "Yo hice lo que hacían todos". Con ese "todos", se refería al Ministerio del Interior. Tal y como explica el periodista Antonio Rubio a 20minutos, no es tanto que el exdirector de la Guardia Civil fuera el símbolo de una época donde la corrupción campaba a sus anchas, sino que el símbolo de esa época fue el Ministerio del Interior. "Aquello era el Banco de España", ilustra el periodista de investigación, quien señala al ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera como otro de los receptores de estos fondos.

Y es que lo que descubrió Roldán al empezar a ocupar puestos importantes dependientes de este ministerio es que, cada año, ciertos altos cargos cobraban mínimo cinco millones de pesetas que se sacaban de los fondos reservados. El primer sobresueldo en B lo recibió en 1983, según confesó él mismo, siendo delegado del Gobierno. Así fue como entró en la "dinámica de la corrupción", explica Rubio, porque se dio cuenta de que "meter la mano en la caja era muy fácil". Precisamente porque era una práctica "habitual", en palabras del propio Roldán.

"El poder y el dinero le obnubiló", continúa Rubio. Luego llegaron las comisiones ilegales y con todo ello, Roldán llegó a amasar una fortuna con la que acabó comprando propiedades por España y también en el extranjero, en lugares como París o San Bartolomé.

En la capital francesa fue precisamente donde el exdirector de la Guardia Civil se escondió tras huir de España, cuando las informaciones periodísticas habían dejado en evidencia todas sus corruptelas, el Gobierno de Felipe González y el PSOE le habían defenestrado, el entonces ministro del Interior Antonio Asunción había dimitido y la posibilidad de acabar detenido ya era más que una realidad. Fue en París también donde los periodistas del diario El Mundo Antonio Rubio y Manuel Cerdán le encontraron y le entrevistaron en la suite 208 del Hotel Marignan, en abril de 1994.

El tonto útil

Allí, lo que se encontraron, relata Rubio a este periódico, fue a un hombre "roto, derrotado", como si fuera "una torre que cayera", hasta el punto de que este periodista tuvo que pasarle un pañuelo para que se secara las lágrimas. Sólo unos pocos años antes, ese mismo hombre había estado al mando de 60.000 guardias civiles.

Roldán no deja de ser un corrupto, pero Rubio tiene claro que fue "el tonto útil" al que acabaron "trincando" y que acabó pagando por sus delitos y por toda la corrupción rampante que había estado a la orden del día en el Ministerio del Interior durante los años ochenta. El exdirector de la Guardia Civil amenazó varias veces con "tirar de la manta", pero nunca lo hizo. Rubio tiene claro que "no podía hacerlo porque quedaría al descubierto la guerra sucia del Estado contra ETA", con lo que se implicaría a él mismo en delitos mucho más graves que la corrupción ya probada.

El corrupto estafado

En la huida de Roldán, entró en escena el otro gran personaje de esta trama digna de una película de espías y tejemanejes políticos: Francisco Paesa, precisamente un exespía que comandó los destinos del exdirector de la Benemérita durante su fuga y también en su detención final. Para Rubio, "indudablemente" Roldán se convirtió en un estafador estafado por otro estafador mayor, esto es, Paesa.

Fue el exespía, apunta el periodista, el que negoció la entrega del expolítico a las autoridades españoles, en una estrafalaria operación, una "película que montaron" desde el Ministerio de Interior y Justicia que entonces dirigía Juan Alberto Belloch según la cual, después de París, contaron que Roldán había huido a Laos y allí fue detenido. 

Roldán siempre defendió que Paesa le había asegurado que había pactado con un Gobierno desesperado por arrestarle que sólo le acusarían de algunos delitos. Las autoridades de Laos, por su parte, salieron a desmentir que ese español tan buscado hubiese entrado en su territorio y que allí se le hubiera detenido. Cuando salió a la luz la farsa, el Ejecutivo de Felipe González tuvo que dar muchas explicaciones y negar ningún pacto tras haber anunciado eufórico el arresto del prófugo más buscado. 

Rubio, en cambio, lo tiene claro y así lo ha publicado en sus investigaciones sobre este caso: el Gobierno "pagó a Paesa 300 millones de pesetas" por facilitar la entrega y tener así la imagen del exdirector de la Guardia Civil bajando de un avión Falcon con las esposas puestas.

Más que una detención, entonces, la operación para traer a Roldán de vuelta a España fue una entrega que negoció Paesa con el Gobierno. Y el exdirector de la Guardia Civil se encontró con que le acusaron del lote completo de delitos, no sólo de esos pocos que le había asegurado el exespía.

¿Y por qué nadie, aparte de Roldán y sus testaferros, acabaron ante la justicia por este uso ilícito de los fondos reservados? "Porque no interesa airear los trapos sucios", sentencia Rubio, quien recuerda que todo está publicado, pero no se ha investigado por parte de la justicia.

¿Y el dinero?

Lo que también tiene claro el periodista es que Roldán no se quedó con el dinero que se había llevado, esos más de diez millones de euros. "Se lo quedaron Paesa y un ex alto cargo del Ministerio del Interior", afirma, sin revelar el nombre del segundo. Es la versión que también defiende Roldán. "¿Si tuviera el dinero, cree usted que viviría en las condiciones en las que hoy día vivo? Yo pagué por lo mío, ¿y los demás?", se preguntaba en una entrevista que concedió al diario El País en 2013, tres años después de salir de la cárcel.

"¿Si tuviera el dinero, cree usted que viviría en las condiciones en las que hoy día vivo?"

Con "condiciones", Roldán se refería a vivir en la que había sido la casa de sus padres, en Zaragoza, y con una pensión de 600 euros al mes. Esta vida tan modesta es la que mantuvo hasta su muerte. Rubio corrobora que las veces que le vio después de salir de prisión, el periodista fue quien pagó las comidas porque el que un día fue jefe todopoderoso de la Guardia Civil no tenía ni para invitar.

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