La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha redactado un protocolo de atención sanitaria para los refugiados ucranianos que están llegando a la región huyendo de la guerra. El documento, de una treintena de páginas, ha sido enviado a todos los centros de la red pública madrileña con el objetivo de que se "promueva y mejore" la salud de todas las personas que están llegando a la comunidad. 

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Los técnicos del departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero han señalado varios puntos prioritarios en el documento. En primer lugar, se establece la obligatoriedad de que a todas las personas que lleguen se les realice "un chequeo" para determinar su estado de salud. La atención a personas vulnerables, como mayores, embarazadas y niños, será preferente.

Igualmente, se reseñan una serie de aspectos que los sanitarios tendrán que tener en cuenta. Destaca el apartado de vacunación: se prioriza la administración de dosis contra la poliomelitis, el sarampión y la Covid-19, ya que Ucrania tenía antes de la guerra una tasa de inmunización del 35%. En el caso de mujeres gestantes, se prestará especial atención vacunas de la gripe y la tosferina.

"Las personas que no hayan recibido ninguna dosis de vacuna contra la Covid-19 deberán recibir las mismas vacunas que cualquier persona hubiese recibido en la Comunidad de Madrid a su misma edad y que estén incluidas en el momento actual", se precisa.

En este sentido, los profesionales del servicio madrileño de salud identificarán los problemas de salud prioritarios y establecerán un calendario de vacunación "hasta alcanzar el mismo nivel de protección que en la población madrileña". Entre otras cuestiones, el protocolo indica la realización de pruebas de tuberculosis.

Para Sanidad es importante la detección temprana de brotes y otras enfermedades, destaca el texto, por lo que se establecerán redes de vigilancia en los centros de acogida en los que se alojen los refugiados, como el que se ha habilitado en Pozuelo de Alarcón. 

Madrid quiere poner el foco en los refugiados en situaciones de especial vulnerabilidad que lleguen a la región. Mujeres gestantes, menores, especialmente los no acompañados, personas con diversidad funcional, posibles casos de trata, violencia sexual, casos de estrés postraumático... para todos ellos se contemplan accesos a la red de apoyo psicológico, además de derivaciones a centros de salud o servicios de Urgencias si es necesario tras el chequeo.