Llevar 'Sonrisas a Ucrania': una pareja recorre más de 3.000 kilómetros para ayudar a los niños de un orfanato

Llevar 'Sonrisas a Ucrania': una pareja recorre más de 3.000 kilómetros para ayudar a los niños de un orfanato.
Llevar 'Sonrisas a Ucrania': una pareja recorre más de 3.000 kilómetros para ayudar a los niños de un orfanato.
Llevar 'Sonrisas a Ucrania': una pareja recorre más de 3.000 kilómetros para ayudar a los niños de un orfanato.
Llevar 'Sonrisas a Ucrania': una pareja recorre más de 3.000 kilómetros para ayudar a los niños de un orfanato.

Aislados en el oeste de Ucrania, en medio de una guerra y un clima gélido y sin los productos más elementales: ni comida ni mantas ni artículos de higiene. Los pequeños inquilinos del orfanato de Nadvirna se quedaron sin prácticamente nada cuando las tropas rusas de Vladímir Putin comenzaron la invasión del país vecino hace casi dos semanas. A su rescate han acudido este fin de semana Sergio y Elena Nizhegorodov, que les han llevado en una furgoneta los bienes más perentorios para ayudarlos a subsistir. De regreso, este matrimonio trae un pasajero más: una anciana que huyó de su ciudad y busca reencontrarse con su hija y con su nieto, residentes en España.

Más de 3.000 kilómetros por carretera en un viaje de 32 horas para hacer llegar los productos a los niños de este hospicio. Una vez entregados, el mismo recorrido de vuelta a Madrid. Es la titánica empresa que este matrimonio ucraniano con residencia en España emprendió el pasado sábado, en una iniciativa de la Fundación Gomaespuma y el podcast Memorias de un tambor. Tras este proyecto, valoran poner en marcha otros para transportar a los huidos y reunirlos con sus familias.

La idea surgió de la voluntad de ayudar en medio del desastre y de la necesidad de aunar fuerzas para hacerlo posible. Al ver el avance del ataque ruso, Elena llamó al orfelinato donde adoptó a su hijo para interesarse por el estado de los pequeños y descubrió la precariedad en la que los había sumido el conflicto. Con 90 niños de menos de 3 años, de los cuales 20 presentan problemas de movilidad serias, no tenían prácticamente de nada y empezaban a recibir más pequeños de todas las edades, huérfanos o perdidos a causa de la guerra.

"Lo que está ocurriendo en Ucrania es enorme, no tenemos capacidad de solucionar ni hacer grandes historias, pero lo que no podemos es estarnos quietos"

Conocida de Guillermo Fesser, una de las mitades de Gomaespuma, Elena le mencionó estas carencias y bastó para poner en marcha la maquinaria de la solidaridad. "Ha sido un primer impulso, una cosa pequeñita. Nosotros, en la Fundación, tenemos un lema: 'Pequeños proyectos, pero que se hagan'. Lo que está ocurriendo en Ucrania es enorme, no tenemos capacidad de solucionar ni hacer grandes historias, pero lo que no podemos es estarnos quietos", explica el periodista.

"A través de la Fundación Gomaespuma movimos contactos y una panadería nos dejó la furgoneta. El viernes por la mañana, soltamos la iniciativa y pedimos donaciones. En 24 horas, llegaron 14.000 euros. Gente como Mercadona, el Colegio de Educación Infantil y Primaria Escuelas Aguirre hicieron una colecta y llenamos la furgoneta", detalla, en referencia a la iniciativa 'Sonrisas a Ucrania'.

Drama en la frontera con Polonia

Con la furgoneta cargada, Elena y Sergio se pusieron en ruta, no sin miedo ante la posibilidad de que los pararan en alguna frontera por llevar un vehículo repleto de productos a través de Europa. "Nos han dicho que está llegando ayuda a Ucrania de todas partes. La gente está tan solidarizada con el tema que no hay problema y los han dejado pasar sin pegas", ahonda Fesser.

Menos esperanzador es el escenario que el matrimonio encontró en la frontera de Ucrania con Polonia, donde la gente hace colas interminables para huir del horror de la guerra. Al llegar, ni siquiera pudieron acceder a su país a causa de la ley marcial impuesta por el presidente, Volodímir Zelenski, que habría obligado a Sergio a quedarse a combatir, como todos los hombres de entre 18 y 60 años. Por esta razón, tuvieron que trasvasar el contenido de su furgoneta a la de un periodista voluntario, que se encargó de transportarlo hasta Nadvirna.

Antes de emprender la vuelta a Madrid, esta pareja localizó en un campo de refugiados a una anciana que había abandonado su ciudad para escapar no solo del avance del Ejército de Moscú, sino también de los robos y los asaltos. Sin dinero ni medios para salir de allí, la mujer había quedado atrapada en la frontera y su hija -una ucraniana domiciliada en España- había recurrido a la Fundación para traer de vuelta a su madre. Ahora, se dirige hacia España junto a Elena y Sergio en el tercer asiento de la furgoneta. 

Ayudas en el traslado de refugiados

Tras este proyecto, el objetivo de Fundación Gomaespuma y Memorias de un tambor es continuar ayudando en esta guerra. "Esto ha sido una primera iniciativa de urgencia. Con lo que hemos recaudado, vamos a ver cómo ser más útiles. Hay mucha gente con parientes en España que está ahora en la frontera y no tiene medios para venir. Quizá utilicemos ese dinero para facilitarles un transporte y reunirlos con sus familias", detalla Fesser.

"Hay mucha gente con parientes en España que está ahora en la frontera y no tiene medios para venir. Quizá utilicemos ese dinero para facilitarles un transporte y reunirlos con sus familias"

Para colaborar con esta causa, es posible hacerlo a través de la página web fundaciongomaespuma.org con una donación puntual del importe deseado o convirtiéndose en socio. También se puede ayudar a Ucrania mediante la compra de camisetas de Memorias de un tambor, creadas expresamente para esta crisis.

Fundación Gomaespuma tiene en marcha otros proyectos en todo el mundo, en países como Sri Lanka, Nicaragua o Senegal, donde sus colaboradores locales, que conocen la realidad del lugar y sus necesidades, ponen en marcha los mecanismos necesarios para ayudar a la población.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento