Casado y Ayuso, la historia de una amistad que ha derivado en guerra abierta en el PP

Casado y Ayuso: crisis en el PP.
Casado y Ayuso: crisis en el PP.
Henar de Pedro
Casado y Ayuso: crisis en el PP.
La guerra entre Díaz Ayuso y Casado comenzó por el control del PP de Madrid.
Atlas/Henar de Pedro

Ha estallado la guerra pública entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, un fuego avivado desde ambas trincheras que ha terminado en incendio. El presunto espionaje al hermano de la presidenta madrileña, conocido este miércoles y cuyas réplicas copan la agenda de la plana mayor del PP, desplazada la mala resaca por las elecciones en Castilla y León, ha supuesto la bocanada definitiva. Dos jóvenes que se conocieron en el seno de Nuevas Generaciones y que han terminado por protagonizar un espectacular cisma en el partido, agrietándolo internamente y generando bandos. 

La espiral de tensión tras la publicado este miércoles ha alcanzado un ritmo vertiginoso. "Es muy doloroso que dirigentes de tu partido en lugar de respaldarte sean quienes te quieren destruir", ha disparado la presidenta madrileña contra el fuego amigo tras las acusaciones filtradas de "corrupción" desde Génova. 

Mayo 2019: la apuesta de Casado para Madrid

Ayuso fue la apuesta arriesgada de un líder recién llegado para la Comunidad de Madrid en 2019. Casado optó por la frescura de una mujer de partido avalada, principalmente, por una respuesta vehemente y viralizada a una periodista en televisión. Una decisión "temeraria" -como opinó en un primer momento Cayetana Álvarez de Toledo- y puesta en entredicho por algunos sectores del partido con preferencias por algunas figuras de más peso. El PP de Madrid era entonces una formación vulnerable cuya hegemonía estaba en juego tras la dimisión de Cristina Cifuentes y el éxodo definitivo de Esperanza Aguirre.

El peor resultado jamás sacado por el PP en la Comunidad de Madrid no impidió que Ayuso gobernara de la mano de Ciudadanos. La madrileña retuvo una región clave para el partido, la relación Casado era próspera y se rodeó de figuras afines al presidente, como Javier Fernández-Lasquetty para la Consejería de Hacienda o Enrique López. para la de Presidencia, Justicia e Interior. También es cierto que el fichaje de Miguel Ángel Rodríguez, el spin doctor que llevó a José María Aznar a la Moncloa y que había colaborado con Ayuso en la campaña, provocó discrepancias en algunos dirigentes. A la postre, Génova vería en él principal instigador de la tensión. Ayuso tomó posesión en la Puerta del Sol el 17 de agosto de ese año. 

Marzo de 2020: explosión de la pandemia 

Los primeros meses de Ayuso como presidenta no fueron fáciles. La dirección nacional del partido no salió en tromba, o ni siquiera salió en ocasiones, a arropar a la presidenta madrileña frente a las controversias fruto de sus declaraciones, como "echo de menos los atascos a las tres de la mañana" que fueron motivo de crítica para la opinión pública. Una incontinencia verbal que supo revertir en una de las claves de su éxito. 

Tras la explosión de la pandemia, Ayuso elevó la confrontación con Sánchez hasta erigirse en su principal antagonista, asumiendo parte del papel que correspondía a Casado como líder de la oposición. Culpó a Moncloa de las dificultades para pasar de fase en la desescalada y criticó los cierres interregionales y de la hostería, un sector que consolidó como uno de sus baluartes. Muchas de las decisiones aperturistas de la presidenta madrileña fueron vistas por recelo por otras autonomías del PP, como la del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. 

Campeada la primera ola, la presidenta madrileña supo y quiso crear una imagen propia, desvinculada de los corsés del partido, robustecida frente al electorado en su condición de verso libre. 

Marzo de 2021: adelanto electoral

Una moción de censura fallida en la Región de Murcia, auspiciada por Ciudadanos en una operación conjunta a nivel nacional con el PSOE, levantó las sospechas inmediatas de Ayuso, que convocó elecciones de manera inmediata. "Socialismo o libertad" fue la dicotomía planteada por la presidenta que, tras el anuncio de Pablo Iglesias de presentar su candidatura por Unidas Podemos, reformuló en "comunismo o libertad". Un lema de éxito y bandera política de Ayuso desde entonces.

Pronto asomaron las tensiones con Génova. La fallida imposición de Toni Cantó en los puestos de salida provocó malestar. "Me presento yo y el proyecto lo encabezo yo y la Comunidad de Madrid me la he echado a las espaldas yo y así pienso seguir haciéndolo", defendió Ayuso, que totalmente emancipada de imposiciones desde Génova, quería "vivir a la madrileña".

Mayo de 2021: triunfo electoral incontestable

La victoria aplastante de Ayuso -65 diputados, a cuatro de la mayoría absoluta- aupó al PP en las encuestas, multiplicó su popularidad y firmó el obituario político de un Iglesias que, vencido, abandonó la política. 

Casado, en un primer momento, canalizó la victoria en Madrid y García Egea llegó a deslizar su apoyo en junio para que fuera la presidenta del partido en la región. 

Septiembre de 2021: la discordia por presidir el partido en Madrid

Ayuso declaró públicamente su intención de presentar su candidatura para presidir el PP de Madrid, algo que no gustó en Génova, donde nadie salió a respaldar su posición y que arguyó que no era el momento, en vísperas de un congreso nacional. Que la Comunidad de Madrid sea la única 'baronía' no presidida por quien gobierna en la comunidad se convirtió en la principal lucha interna de la presidenta. Una bicefalia con que Ayuso quería unificar.

Fue entonces cuando se intensificaron las discrepancias con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, a quien el partido posicionó para el puesto. La lucha por la presidencia erosionó un tándem de éxito para los 'populares', pero Ayuso no bajó el pie del acelerador y pidió el adelanto del congreso para la primera mitad de 2022.

El viaje de la presidenta madrileña a Estados unidos, a pocos días del congreso en Valencia, caldeó todavía más el ambiente. Finalmente, la presidenta acortó su itinerario para llegar a la clausura. 

Octubre de 2021: la tenue aproximación en Valencia

El encuentro entre Ayuso y Casado constituyó el principal aliciente de la cita más importante del partido. Allí, la presidenta madrileña escenificó un acercamiento hacia el líder nacional. "Tengo meridianamente claro dónde está mi sitio y sé que mi sitio es Madrid y que daré lo mejor para Madrid porque Madrid es España y porque necesitamos que tú llegues a ser el presidente del Gobierno".

Visto como excesivo por los demás 'barones' del partido, el protagonismo de Ayuso generó chascarrillos públicos. Como el del presidente murciano, Fernando López Miras, que bromeó con un "querido presidente, yo también me quedo en Murcia". 

La foto de júbilo entre ambos dirigentes rebajó pero no cerró las especulaciones. El efecto analgésico duró pocos días y comenzó una guerra de filtraciones a periódicos y medios de comunicación. Sucedieron episodios cómicos, como que Ayuso que tuviera bloqueado en Whatsapp a Teodoro García Egea, información que, una vez publicada, la presidenta madrileña no desmintió. 

La probabilidad expuesta por Martínez Almeida personalmente, durante una comida, de que un tercero fuera quien liderara el partido no convenció a Ayuso que, el 31 de agosto (al día siguiente), anunció que se presentaría. Pero entonces ya se estaba librando la batalla. 

Febrero de 2022: la tregua de la campaña en Castilla y León

La disputa por el congreso del PP de Madrid vivió hace pocas semanas una pequeña tregua durante la campaña en Castilla y León, en la que Ayuso se implicó personalmente, participando en media docena de actos electorales. No obstante, aunque no hubo enfrentamientos internas, sí se constataron las diferencias de estrategia, cuando en alguno de los mítines lanzó su apuesta de pactar con Vox mientras el resto del partido insistía en conseguir mayoría suficiente para gobernar en solitario. 

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