El diputado de Vox Francisco Contreras encendió el pasado martes la polémica en el Congreso y en las redes sociales después de asegurar que, para su partido, “ser español es mucho más que tener un papel”. Con este y otros argumentos, el representante de la formación que lidera Santiago Abascal defendió una proposición de ley para modificar la legislación vigente y endurecer los requisitos exigidos de cara a obtener la nacionalidad española, frente al rechazo casi unánime de todo el arco parlamentario.

A juicio del diputado de VOX por Sevilla y portavoz en la Comisión de Reto Demográfico, los migrantes de segunda generación que forman parte de las 'bandas latinas', tan sólo "tienen el DNI español" y ni si quiera "hubieran debido tener jamás dicho papel. No queremos que los delincuentes puedan conseguir la nacionalidad española”, subrayó en alusión velada a los últimos episodios criminales vividos en la capital.

A ojos del diputado, "sólo merecen nuestra nacionalidad quienes estén dispuestos a abrazar el esfuerzo colectivo, nuestra cultura y nuestra historia".

Sus palabras se han entendido como una réplica al reproche que lanzó la semana pasada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid. 

En aquella ocasión, Ayuso se ganó la ovación de la bancada de la izquierda con este comentario. “En el caso de las bandas latinas, muchos de sus integrantes son migrantes de segunda generación, que son tan españoles como usted, como Abascal o como yo”.

El Congreso se opone a endurecer los requisitos para obtener la nacionalidad 

En contra de la voluntad de diputado y su partido, el Congreso cerró filas en este día contra la proposición de ley de Vox para modificar el Código Civil y el Código Penal y endurecer así los requisitos exigidos para obtener la nacionalidad española.

A falta de la votación, sólo Foro Asturias apoyó la toma en consideración de la iniciativa, cuyo objetivo es "acabar con las prácticas fraudulentas" de adquisición de la nacionalidad española, así como "restringir" su concesión por procedimientos "que no acreditan, en modo alguno, un suficiente grado de integración en la nación española".

La reforma propone ampliar de 10 a 15 años el plazo de residencia legal en España para obtener la nacionalidad, así como extender el plazo excepcional de un año de residencia para supuestos como el hecho de contraer matrimonio con un ciudadano español. 

Plantea además exigir nuevos requisitos para obtener dicha nacionalidad: poseer un certificado oficial de idiomas y acreditar un suficiente conocimiento y manejo del español, superar una prueba escrita de conocimientos "constitucionales, históricos y culturales" de España, y presentar un documento público del país de origen que certifique la pérdida de la anterior nacionalidad.

Además, la reforma contempla endurecer las causas de pérdida de nacionalidad y propone que en los supuestos de pérdida voluntaria el plazo se reduzca de 3 a 2 años, así como cuando la pierdan aquellos que hayan sido condenados en sentencia firme por la comisión de "delitos contra la Constitución, contra el orden público, de traición y contra la paz o la independencia del Estado".

Reacciones contrarias de todo el arco parlamentario

Los portavoces de todos los grupos parlamentarios -excepto el de Foro Asturias- rechazaron la propuesta de Vox y todos, salvo el PP, definieron la iniciativa como xenófoba, racista y con el único objetivo de criminalizar a los inmigrantes.

Para la diputada popular María Jesús Moro, la reforma sólo trata de "poner trabas por poner trabas" y dijo que poner trabas al accesos a la nacionalidad no es eficaz porque "desnaturaliza el sujeto y no se avanza".

Afirmó,  asimismo, que Vox pretende "volver al Código Penal de 1944" al querer privar de la nacionalidad española por sanción penal, argumento compartido con la diputada del PSOE Gemma Araujo, que acusó a Vox de "creerse en el convencimiento de repartir los carnés de buenos y malos españoles".

"Es una vuelta de tuerca más al diferente, al extranjero, al pobre (...) Y lo que no quieren es que haya españoles que no sean como ustedes", afrimó Miguel Gutiérrez (Cs), en tanto que Jon Iñarritu (EH Bildu) acusó a Vox de querer implantar una "gincana de obstáculos" para acceder a la nacionalidad española.

Para el PNV, esta reforma "ni es oportuna ni necesaria", incluso "incongruente", dijo Mikel Legarda, que remarcó que tampoco comparten su justificación ideológica, mientras que Genís Boadella (PDeCAT) bromeó con que "los catalanes se van a apuntar para que ustedes mismos les quiten la nacionalidad española".

ERC apostó, en cambio, por una respuesta unitaria frente al peligro del racismo y la extrema derecha y la diputada de Unidas Podemos Isabel Franco ha advertido al PP del riesgo de pactar con Vox.

Los portavoces parlamentarios también adelantaron que votarán en contra de otra iniciativa de Vox para suspender los visados de entrada en Europa a todos los ciudadanos de Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania, mientras estos países no readmitan a todos sus nacionales devueltos por España.