La ministra de Defensa, Margarita Robles, informó este jueves de que España enviará "en tres o cuatro días" la fragata Blas de Lezo al Mar Negro, hacia donde ya partió hace tres días el buque de Acción Marítima (BAM) Meteoro, cumpliendo así con los planes de la OTAN para reforzar la presencia militar en Ucrania ante la escalada de tensión con Rusia.

Además, la ministra también ha confirmado que se está valorando la posibilidad de que haya un despliegue aéreo en Bulgaria en el que participe España, que ya ha puesto cazas del Ejército del Aire a disposición de la Alianza Atlántica. Este despliegue aéreo se sumaría al ya existente en Lituania en el que también participa España, que desde hace seis años cuenta con un contingente de unos 350 militares en el Báltico.

"España participa en todos los despliegues de la OTAN como un aliado serio desde hace años, y en este caso concreto se ha adelantado la salida de la fragata dentro de lo acordado", ha asegurado Robles durante la visita a un centro de vacunación militar en Ciudad Real.

Blas de Lezo y Meteoro: así son la fragata y el cazaminas que España manda al Mar Negro como apoyo a la OTAN ante Rusia

En cualquier caso, en referencia a la crisis en Ucrania, la titular de Defensa ha abogado por la diplomacia para rebajar la tensión en la zona. "La posición de España, como de la OTAN en su conjunto, es que la respuesta sea diplomática y haya una desescalada", ha dicho.

No obstante, ha advertido que la Alianza "es muy clara" en su posicionamiento ante una posible intervención militar rusa en territorio ucraniano: "Rusia no le puede decir a ningún país lo que puede hacer, y la OTAN va a defender a cualquier país que quiera entrar en ella".

El envío de tropas españolas a Ucrania podría provocar el enésimo enfrentamiento en el gobierno de coalición, pues este mismo jueves destacados dirigentes de Unidas Podemos criticaron la decisión. El diputado morado y secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago, ha calificado de "grave error" ampliar la OTAN hasta Rusia porque "amenaza la paz y es estratégicamente torpe", ya que, a su juicio, "subirán el gas, el petróleo y la inflación". Su mensaje en Twitter ha sido difundido por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y el portavoz de UP, Pablo Echenique. Más contundente aún ha sido el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que ha hecho mención directa a los socialistas: "El furor pro-USA acabó con Aznar y hoy sería una gran torpeza de la parte socialista del Gobierno enfrentarse a todos sus socios y montar el ‘partido de la guerra’ con el PP".

Pero lo cierto es que la escalada de tensión en Ucrania no cesa y Rusia mantiene la presión militar en la frontera con el despliegue de nuevas tropas en Bielorrusia y el anuncio de las mayores maniobras navales de su historia, en las que participarán más de 140 buques, 60 aviones y casi 10.000 soldados. "La última vez que hubo unos ejercicios tan grandes fue en la época soviética", señaló Víctor Kravchenko, comandante en jefe de la Armada rusa.

La OTAN ha respondido suministrando a Kiev misiles antiblindaje y antiaéreos fabricados en EEUU, además del envío de efectivos navales. En los próximos días, Estados Unidos procederá al envío a Ucrania de misiles, municiones y otros equipos militares por valor de 200 millones de dólares. Este jueves, el presidente norteamericano, Joe Biden, advirtió a Moscú de que cualquier tipo de incursión en territorio ucraniano será considerada "una invasión" y tendrá una "respuesta severa". "Que no quede ninguna duda de que si Putin toma esta decisión, Rusia pagará un alto precio", reiteró Biden desde la Casa Blanca, añadiendo que si esa invasión se produce, el presidente ruso "se encontrará con una respuesta económica severa y coordinada de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN".

El Kremlin, por su parte, consideró que las palabras de Biden pueden contribuir a la "desestabilización de la situación" en Ucrania y denunció el envío de armamento a la zona por parte de los países occidentales. Rusia niega que se plantee una invasión, aunque sí ha prometido tomar "medidas técnico-militares" en caso de que la OTAN no renuncie a incorporar a Ucrania a la Alianza.

Ese cruce de declaraciones se produjo en la víspera de la reunión que este viernes mantendrán en Ginebra el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken, un encuentro con el difícil objetivo de iniciar una desescalada bélica.

Así es el despliegue de Rusia en la frontera con Ucrania a vista de satélite