Los NFT, ¿democracia en el arte digital o burbuja especulativa?: "El espacio del arte se ha abierto a cualquiera"

Imagen de una galería virtual de Zardoz Club donde se exponen obras de criptoarte a la venta como NFT.
Imagen de una galería virtual de Zardoz Club donde se exponen obras de criptoarte a la venta como NFT.
Zardoz Club
Imagen de una galería virtual de Zardoz Club donde se exponen obras de criptoarte a la venta como NFT.

Como tantas otras historias de éxito, el proyecto de Tomm Zardoz empezó con un fracaso. La pandemia hundió sus negocios en el sector de los viajes y decidió mirar a su alrededor para poder reinventarse. Y, en su entorno, lo que había eran artistas y un fenómeno que apenas empezaba a aflorar: los non fungible tokens, más conocidos por sus siglas: NFT.

"A mis amigos les vi también atascados a la hora de seguir moviendo sus obras", declara Zardoz que ahora dirige una galería que lleva su alias en la que se expone el conocido como criptoarte. "Una amiga me enseñó el tema de cómo se estaba empezando a mover el criptoarte, ese registro de ficheros digitales en el blockchain y me pareció una buena oportunidad de ayudar a mis amigos no solo a tokenizar y ayudar a distribuir sus obras en el blockchain, sino también a montar exposiciones virtuales".

Uno de esos artistas es Diego, que responde al alias virtual de Diegrich y trabaja como diseñador de producto en 3D y había conseguido mostrar su obra en galerías que la imprimían en láminas. Nunca había oído hablar de los NFT

"Yo lo conocí a través de Tomm y una amiga suya. Me acuerdo que ella nos hizo un curso antes de la pandemia y fue muy guay pero, en ese momento, lo hice porque era amiga de él, pero yo ni entendía muy bien qué era eso", declara Diegrich, que ahora tiene obras expuestas en la galería Zardoz Club a la venta por un precio en criptomonedas de entre 1,03 y 20,6 Ethereum, -entre 3.000 y 60.000 euros al cambio actual-. 

A pesar de todo, también hay que decirlo, él mismo admite que no se ha "hecho rico" y mantiene su trabajo anterior: "A mi, lo que me gusta de esto es, aparte de que le sacas rentabilidad, es que tienes la posibilidad de hacer lo que quieras".

Del bitcoin a los NFT

Lo que Diegrich y otros tres artistas digitales con los que inició el proyecto de Zardoz Club aprendieron en ese curso iniciático son términos que han ido saliendo a flote en el debate público, pero cuyo significado aún desconoce con exactitud el común de los mortales. NFT, tokens, criptomonedas… Todos ellos remiten siempre a lo mismo: la tecnología blockchain.

Literalmente, “cadena de bloques”, esta tecnología se presentó en 2009 junto a la más famosa de las criptomonedas: el bitcoin. Se trataba de un sistema descentralizado que permitía hacer transacciones sin un banco como intermediario

"Si comparamos cómo funcionaban los pagos digitales antes de bitcoin, un pago con tarjeta de crédito, necesitamos un gran intermediario que nos lo gestione, generalmente un banco", explica Víctor García Font, profesor de los estudios de informática, multimedia y telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Bitcoin lo que consigue es que no se necesite ese gran intermediario, sino que los datos de las transacciones están registrados en esta base de datos distribuida que se llama blockchain que la mantiene y gestiona toda la comunidad".

Pero fue necesaria otra evolución que permitiera ampliar el uso de blockchain desde un sistema de intercambio de divisas a cualquier otro tipo de cosa que estuviese en ese mundo infinito y, hasta entonces gratuito, al que llamamos internet. Es aquí donde entran los "tokens no fungibles" -NFT, por sus siglas en inglés-.

"A ti te da igual qué bitcoin tienes, tú quieres saber qué cantidad de bitcoins tienes, como en euros, tú puedes tener en tu cartera una moneda de un euro, pero te da igual tener esa que otra moneda de un euro. Eso es una propiedad que se llama fungibilidad”, explica el profesor García Font.

"Pero ahora imagínate que lo que tienes es una colección de cromos. A ti sí que te importa si tienes un cromo de Messi o un cromo de Cristiano Ronaldo, porque cada cromo en concreto es diferente. Entonces, modificaron la tecnología que hay detrás de bitcoin para utilizar la blockchain para que pudiéramos hacer un registro del cambio de la propiedad de este cromo digital sin requerir un intermediario", añade el profesor.

En definitiva, se convirtió a blockchain en un sistema que permitiera vender y establecer propiedad sobre cualquier elemento digital, desde un meme, a un tuit, pasando por todo ese difuso concepto llamado arte digital. 

"Una ruptura en el paradigma del mercado del arte"

Cromos digitales es exactamente en los que consiste el último proyecto de Hey Pablo!, otro de los artistas digitales que exponen actualmente su obra en la galería de Zardoz. 

Sus cromos, que, en sus propias palabras, "ironizan sobre arquetipos de gente del futuro, pero llevado a la sociedad de ahora mismo con un enfoque completamente distópico", empezaron a ser expuestos en formato físico en tiendas de galerías tradicionales antes del boom de los NFT y ahora pueden visitarse y adquirirse por en torno a 0,1 ehtereum (280 euros) en galerías virtuales de Zardoz Club.

- Vayamos por partes, ¿qué una galería virtual?

- "A una exposición virtual se accede a través de tu navegador web de toda la vida, tú entras en una ambiente que tiene una dinámica muy parecida a los videojuegos como Minecraft, donde manejas a tu personaje. Allí navegas y paseas, ves las obras e interactúas con los demás visitantes y, si quieres, adquieres la obra", explica Zardoz.

- Bueno y, ¿quién está dispuesto a pagar 280 euros por una obra que está y seguirá estando disponible en internet?

- "Es un cambio y una ruptura en el paradigma del mercado del arte, cuando uno compra una obra digital no está comprando un fichero, que es como un conejo, que se reproduce de manera infinita, tú no controlas quién puede poseer un fichero, todo el planeta puede poseer un fichero. Lo que tu compras es un certificado firmado por el artista de que ahora otra persona es el propietario del fichero, propietario no es lo mismo que poseedor".

- ¿Y cómo se explican unos precios tan altos cuando muchas de las piezas que se venden ni si quiera parecen tener mucho mérito?

- "Mi baza es el contenido, hay una intención, un hilo conductor, una estética común, como más cercana a lo que es el arte. Sí es verdad que es un mercado en el que no todo el mundo apuesta por esto", declara Hey Pablo!. "Al final, es un mercado especulativo y lo que cuenta es un poco cómo tu juegas con tu pieza para que alcance determinado valor. Se juega mucho a que sea una pieza mediocre que tenga un precio astronómico, es un poco nihilista, es super especulativo así que lo que valida la obra es el precio, es una especie de reflejo exagerado del mercado del arte, que también funciona así en alguna medida".

¿Coleccionistas o especuladores?

Parte de estas dudas sobre la motivación de los compradores de criptoarte proviene de que muchas de las piezas vendidas a través de blockchain dudosamente pueden ser consideradas artísticas. A través de NFT hemos visto últimamente transacciones multimillonarias tan surrealistas como el primer mensaje publicado en Twitter -que es de libre acceso- y que fue vendido por el fundador de la red social, Jack Dorsey, por 2,4 millones de euros en criptomonedas.

La mayor venta de la joven historia de esta tecnología se produjo el pasado verano. Un collage de imágenes digitales firmado por el autor Mike Winkelmann, alias Beeple, fue subastado por 69,3 millones de euros. El propio Beeple aseguró en una entrevista que el mundo de las NFT era una "burbuja".

Estas dudas sobre la motivación de los inversores en el mundo de las NFT ha llevado a muchos a sospechar de que, detrás de todo, hay un ambición puramente especulativa que se vale de un nuevo mundo supuestamente desregulado. Hay quien lo califica ya abiertamente como una "estafa piramidal".

"Las NFT para mi son una forma de introducir las finanzas en el día a día de las personas y especialmente de los artistas", opina el periodista Ekaitz Cancela, autor del libro Despertar del sueño tecnológico. "Creo que crea un problema grande porque, hasta hace no mucho, países como Holanda o España han tenido unas industrias culturales muy fuertes, era el Estado, el dinero público, el que financiaba sin pedir nada a cambio parte de la cultura y a los artistas para que hicieran cosas que realmente son arte, no creaciones orientadas a determinado fin en el mercado".

Para Cancela, los NFT traerán como consecuencia una privatización de todo lo que hasta ahora era libre en internet y ve una clara vocación especulativa en los que están entrando a invertir en este mundo. "Para mí, es la máxima expresión del capitalismo financiarizado que tantos problemas dio y que tan de manifiesto se puso en 2008 que había sido un problema, pero el capitalismo ha cambiado, no se ha hecho más bueno, se ha hecho mejor, tiene que buscar tecnologías y mecanismos descentralizados para seguir extendiendo las finanzas hacia el cuerpo social y las NFT y las tecnologías descentralizadas son una tecnología bastante buenas para esto".

Ni los propios artistas que comercializan sus obras mediante los NFT niegan este factor especulativo que, en cualquier caso, siempre ha estado presente en el mundo del arte.

"Esto funciona igual que el mercado de arte, inmobiliario o de coleccionistas, hay muchos coleccionistas que están por la especulación, esto siempre ha sido así donde hay intercambio de bienes o servicios por dinero habrá especulación", declara Zardoz. "Hay un valor que se define acerca de determinados artistas y obras que es pura especulación, esto siempre ha sido así en el mercado de arte tradicional y va a ser así en el mercado de arte digital".

Democratización del arte y huella de carbono

Para Zardoz, con sus luces y sus sombras, la revolución NFT supone, ante todo, una democratización del arte que está permitiendo a miles de artistas empezar a vivir de su trabajo y poder dedicarse a tiempo completo a la creación.

"Cualquier persona puede acceder a un blockchain, generar su identidad virtual y publicar sus ficheros digitales, ya sea la ama de casa de pueblo que hace dibujitos o el artista conceptual que trabaja con equipos digitales de última generación, el espacio se abre a cualquiera, porque desaparece la figura del intermediario".

No es oro todo lo que reluce y lo mismo ocurre con el atractivo mundo de los NFT para muchos artistas, que ponen en duda que sea un mundo realmente sin intermediarios o cuestionan la huella de carbono que deja la producción de criptomonedas como Ethereum, que requieren ingentes cantidades de energía para hacer funcionar los superordenadores necesarios para mantener en pie el sistema descentralizado. 

Nieves de la Fuente es una artista madrileña basada en Colonia que trabaja con la realidad virtual, un formato aparentemente propicio para este mercado, del que, sin embargo, ha preferido mantenerse por ahora al margen.

"Me parece un tema super interesante, pero lo que más me tira para atrás es la cuestión y de la huella de carbono y, además, es un mundo en el que sigue habiendo gate keepers", declara de La Fuente. "En el mercado del arte, hay galerías a las que tú tienes acceso o no, ahora incluso Christie's está interesada en la venta de NFT y a plataformas como Foundation, que es una de las más importantes para artistas que quieren tener un poco de renombre dentro del NFT, no puedes acceder si no tienes invitación".

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