Tras tantos revuelos y polémicas que han llovido en la última temporada en torno a la familia imperial japonesa, la recién casada princesa Mako, quien ha renunciado a su título para contraer matrimonio con Kei Komuro, acaba de recibir una novedad del todo desagradable: el fallecimiento de su abuelo materno.
Pese a los inconvenientes, la boda entre Mako de Japón y el plebeyo Komuro pudo realizarse para sorpresa de todos, incluso para una familia imperial en la que escasean los miembros femeninos. Sin embargo, en mitad de toda la organización para la pareja recién casada y su traslado a Nueva York, fue informada el pasado 4 de noviembre de que Tatsuhiko Kawashima, padre de la princesa heredera Kiko y abuelo de Mako, daba su último aliento desde el hospital.
Mako visitaba a su abuelo, ingresado desde el 19 de octubre, por última vez antes de la boda, celebrada el pasado 26 de octubre. Lo hacía junto a su hermana, Kako, y su madre, Kiko. La noticia de la pérdida recorría titulares en medios de Kyodo, aunque la familia imperial era consciente del mal estado de salud del anciano.
Y es que existen rumores que apuntan a lo gafada que está este nuevo matrimonio, anunciado desde 2017: desde un primer momento en el que empezaron a movilizar el asunto, no hubo descanso para Mako, quien llegaba a sus 30 años el 23 de octubre, y sus familiares. Partiendo desde la inestabilidad anímica y de salud de Mako, pasando por la renuncia del estatus real de la propia por casarse con un plebeyo y llegando hasta el escándalo más grande y reciente.
Muchos comentaban sobre la posibilidad de que el plebeyo se hubiera aprovechado del estatus de su prometida, y ahora esposa, para acceder a sus estudios. Polémica que envolvía a la madre de Mako por contraer una elevada deuda económica de 30.000 euros con su expareja para que Kei Komuro finalizara su carrera en Estados Unidos, algo impensable para los miembros imperiales de Japón.
Ahora, con su vida a punto de continuar pese a lo tantísimo que se tambalea su Titanic personal, la pareja ha comenzado a vivir en matrimonio dentro de un apartamento de Shibuya Ward (Tokio), antes de llegar finalmente a Nueva York donde Kei Komuro finalizará sus estudios antes de trabajar en un bufete de abogados.
Todo, claro está, entre la malas noticias y con la memoria de la dolorosa pérdida de Tatsuhiko Kawashima, exprofesor emérito de la Universidad de Gakushuin (Tokio), que se suma a la carga de desgracias con las que convive Mako en estos días.
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